Las leyendas del templo de Belén: Un viaje al corazón del barroco en Guanajuato
Guanajuato, Guanjauato.- El templo de Belén, fue construido entre los años de 1717 y 1775, como parte de todo un complejo que incluía un convento, un hospital, una escuela, y un panteón, en Guanajuato capital.
Sin embargo, apenas 5 años después de que se concluyera su construcción en el año de 1780, una devastadora inundación azotó la ciudad. Las afectaciones fueron tan graves que se decidió levantar el piso entero de la ciudad en las partes más bajas, por lo que toda la planta baja del templo, que se encuentra justo a un costado de donde pasaba el río, quedó enterrada. Esto provocó que el templo sufriera constantes inundaciones, por lo cual para el año de 1810 fue abandonado, y se sabe que tres años después, el templo “se había convertido en un depósito de agua permanente”, lo que originó agrietamientos en la estructura... Así permanecería prácticamente un siglo, hasta 1895, cuando se hacen cargo de él, los Misioneros, Hijos del Inmaculado Corazón de María.
Más de un siglo después, en el año 2003, se realizó un extenso trabajo de restauración en el templo, a cargo del arquitecto Héctor Bravo Galván, el cual incluyó la recuperación de los niveles que habían quedado enterrados desde 1780, para convertirlos en un salón de usos múltiples, y en un espacio para criptas o catacumbas, con sus respectivos nichos para depositar cenizas.
Dejando de lado la historia, por sí solo el templo es una auténtica belleza. La fachada tiene el estilo conocido como barroco mexicano o barroco churrigueresco; sin embargo, el verdadero tesoro está en el interior. Todo el templo está precisamente pintado y decorado con el mismo estilo barroco, con detalles dorados y hoja de oro, al estilo característico de la época. La exquisita decoración barroca se conjuga con los magníficos retablos y muebles neogóticos del templo, que datan de finales del siglo 19, y fueron mandados a traer de Barcelona, España. El piso es otra belleza, data del año 1900, y está hecho con un trabajo artesanal único, con base en teselas de mármol italiano. El conjunto es sencillamente hermoso.
De todo el complejo que formaba parte del templo de Belén, solo quedan algunos vestigios, en la calle Mendizábal, por donde el templo tiene también uno de sus accesos, hay una placa sobre una de las fachadas que indica que ahí estuvo el Cementerio del convento de Belén, donde “fueron sepultados varios españoles, entre ellos el intendente Don Juan Antonio de Riaño y Bárcenas, muertos el 28 de septiembre de 1810, en la toma por los insurgentes de la Alhóndiga de Granaditas y la Ciudad de Guanajuato”.
Al ser un edificio tan viejo, el templo de Belén no se escapa de tener algunas leyendas en su haber. Como la que cuenta que el padre y de Alfonso Portillo, fundador del templo, aparece para invitar a los transeúntes a escuchar misa y que durante la madrugada en algunas noches las campanas del templo suenan solas.
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