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Los ‘elefantes blancos’ de San Diego de la Unión: cuatro alcaldes y 15 años de abandono

Aunque estos dos edificios municipales fueron anunciados como detonadores de la economía, las administraciones y los partidos políticos los han dejado en el olvido
Municipios

Staff LC Camargo

Los ‘elefantes blancos’ de San Diego de la Unión: cuatro alcaldes y 15 años de abandono Los ‘elefantes blancos’ de San Diego de la Unión: cuatro alcaldes y 15 años de abandono

Roberto López Arrieta

San Diego de la Unión.- Desde hace 15 años, dos edificios municipales se mantienen sin uso a pesar de haber sido anunciados como detonadores de la economía. Uno es la ‘Desespinadora de tuna’ y el otro es un parador artesanal en la carretera federal 57. Después de cinco diferentes administraciones municipales, esos edificios se mantienen como los elefantes blancos del gobierno sandieguense.

La Desespinadora de tuna (o Procesadora de nopal) se construyó para apoyar a los productores locales y que tuvieran un espacio dónde elaborar diversos productos derivados de la tuna y el nopal.

El gobierno de ese entonces, encabezado por el perredista Calos Manuel Torres Quilpas le cedió en comodato el inmueble a una asociación civil que se constituyó entre los productores y, aunque el lugar funcionó por un tiempo, lo cierto es que hace muchos años que ya no se usa para el objetivo que fue creado.

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El lugar es una bodega medianamente grande, ubicada sobre la carretera San Diego de la Unión a Dolores Hidalgo, a unos dos kilómetros de la cabecera municipal. La bodega está cercada por una malla ciclónica que, a simple vista se nota que no ha sido abierta en mucho tiempo.

De acuerdo a fuentes extraoficiales, los integrantes de la asociación que tiene el comodato, tuvieron que cerrar porque sufrieron robos de los equipos que usaban para procesar sus productos y aparentemente por eso ya no pudieron seguir trabajando.

Construidos por Torres Quilpas y olvidados por todos

El alcalde interino Juan Esteban Díaz Rodríguez dijo al respecto “los dos edificios en cuestión son de la administración 2003-2006, del alcalde Carlos Manuel Torres Quilpas. En el caso de la desespinadora, que se ubica en la carretera a Dolores, existe un comodato por 99 años que se otorgó a una asociación, pero desconozco los términos de ese comodato”.

Señaló, empero, que habría que revisar el comodato de la desespinadora “porque además es una inversión municipal. Hoy no sé qué uso le estén dando, no me atrevería a decir que está en desuso, pero sí vale la pena retomarlo”.

De parador artesanal a foco de inseguridad

En el caso del parador artesanal, el proyecto era más grande, no sólo por el terreno, sino por la importancia que tenía para los artesanos locales. Originalmente, la idea era rentar los locales a un precio muy bajo para que los productores locales pudieran promocionar y vender sus productos en un lugar privilegiado.

El parador fue construido a un lado de la carretera fedaral 57 e incluyó locales comerciales, estacionamiento, baños y oficina. Hoy, éste sitio se encuentra en total abandono; los locales tienen grafitis, envases de cerveza y refrescos.

Incluso, en uno de los locales están varios cartones colocados manera de colchón, señalando que quizás es el hogar de alguna persona indigente. Donde estaba pensando el estacionamiento, hay maleza crecida y se nota la presencia de fauna local.

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La instalación eléctrica ha sido robada y vandalizada con el paso de los años. Además, el hecho que los locales estén abiertos, representa un foco de inseguridad y/o hasta un escondite para malechores.

“El de la carretera 57, a la altura de La Jaula, se construyó con la finalidad de instalar un parador turístico para aprovechar el flujo de la carretera federal. Ahí estaba el problema que no había un carril de desaceleración, ya que se trata de una vía federal”, explicó el presidente municipal interino.

Confesó “la verdad desconozco si el predio está regularizado, porque los dueños de ese espacio, también fueron los que nos otorgaron el permiso para la instalación de la planta de Condumex que está ahí cerca”.

Sin reactivación a la vista

Compartió que no existe actualmente un proyecto para re activar éste parador artesanal, pero también reveló que nunca se le dio seguimiento.

Y es que tras su construcción, en la administración de Torres Quilpas, pasaron cuatro alcaldes, cinco trienios y tres partidos políticos: Luis Gaudencio González Romero (2006-2009, PAN); luego la esposa de éste, Graciela Pérez Negrete (2009-2012, PAN); Diego Leyva Merino (2012-2015, PAN); Juan Carlos Castillo Cantero (2015-2018, PRI): y nuevamente Diego Alberto Leyva Merino.

Actualmente, Leyva Moreno está de licencia en busca de la re elección. De ganar, sería su tercer periodo como alcalde y si tampoco le da continuidad a los dos proyectos que hoy son elefantes blancos, habrán pasado 9 años en los que no hizo nada provechoso con esos edificios.

LC

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