Pandemia provocó la emigración de los obrajeros de Puruagua; ya no hay tejedores
Ante la crisis por la pandemia, muchos obrajeros de Puruagua partieron en busca del sueño americano, lo que dejó muy pocos tejedores
Onofre Lujano
Jerécuaro.- En la comunidad de Puruagua, la familias Guerrero y Onofre luchan por mantener viva la tradicional elaboración de prendas de lana a través de la obrajería. Esto porque durante la pandemia, mucha gente emigró a los Estados Unidos, lo que dejó al pueblo sin la mayoría de sus tejedores.
Sin embargo, estas familias, con préstamos y apoyos familiares, han logrado continuar con la tradición de hacer gabanes y otras prendas para mitigar el frío.
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Algunos de ellos son Pablo Guerrero, Marcos Barrera Guerrero, Francisco Carrillo Barrera y Pablo Onofre Martinez, quienes intentan vender sus tradicionales prendas. Ellos mencionan que no han podido recuperarse de los efectos de la pandemia.
“Muchos de nosotros tuvimos que conseguir préstamos para poder sobrevivir, y costo sacrificio porque los préstamos tampoco son fáciles de conseguir, lo traen a uno de aquí para allá”, explicaron.
“Algunos de los compañeros pudimos salir adelante, aunque no dejaban vender a nadie los productos cuando la cuarentena. Los compradores que vienen de otros lugares no podían ni entrar a la comunidad. Nos levantaban con los productos en las calles y los visitantes se ausentaron. Al menos un año no hubo clientes que venían de Michoacán”, explicó Pablo Onofre Martinez.
Ante este difícil escenario, la mayoría de los jóvenes obrajeros de la comunidad optaron por buscar una oportunidad de vida en los Estados Unidos.
“Muchos de los obrajeros de Puruagua, que sumamos 50 cuando menos, la mayoría optó por irse a los Estados Unidos. Ahora si al caso hay 10 en la comunidad”.
El obrajero explicó que esta crisis incluso estuvo cerca de terminar con la tradición textil de la comunidad.
“Esto estuvo a punto de desaparecer, porque también el material se fue al doble. Aparte que los compradores no quieren pagar el gabán porque no podemos darlo igual; la materia prima aumentó y ahorita un gabán dibujado su precio está en mil pesos, pero los revendedores lo venden en 2 mil pesos”.
Comentan que los acaparadores que los compran por mayoreo lo pagan incluso más barato, lo que afecta en sus bolsillos.
“A veces lo tenemos que vender en 500 o 700 pesos, dependiendo el dibujo y el gabán. Estuvimos a punto de dejar este oficio que data desde nuestros abuelos; hacíamos reuniones para planear que hacer y buscamos apoyo en Presidencia, pero tampoco hubo apoyo o respuesta y salimos avantes nosotros solos”, apuntó.
Cuenta don Pablo Guerrero que a muchos les sirvió que tenían mercancía rezagada que lograron vender, pero ahora, ante la partida de muchas de los obrajeros a los Estados Unidos, los nuevos compradores se encuentran con que no hay tejedores. “Pero estamos ya recuperando terreno con las ventas”, se consuela.
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Los textileros lamentaron que tampoco los inviten a las ferias grandes que hay en León o Aguascalientes.
“Antes íbamos a concursos y a vender producto. Esperamos que nos apoyen, que no nos dejen solos. Necesitamos de su ayuda para recuperarnos y que los abrajeros que se fueron por necesidad ante la pandemia, regresen para poder seguir siendo competitivos”, concluyeron.
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JRP