Museo Waldemar Julsrud de Acámbaro presenta colección de ‘bestias ancestrales’
El museo de Acámbaro tendrá una colección de bestias quiméricas de arcilla que, según algunos, tiene una larga tradición
Onofre Lujano
Acámbaro.- El museo de Acámbaro, famoso por la elaboración de pan, pero también por su historia de la cultura Chupicuaro y otras que prevalecieron en esta zona, ahora tendrá una colección de bestias quiméricas de arcilla. Según sus defensores, se elaboró hace varios milenios aunque otros afirman que se trató de una genial invención.
La polémica persiste. Sin embargo, sólo por esta controversia vale la pena que visites esta serie de monstruos y dinosaurios en Acámbaro en el Museo Waldemar Julsrud. Esto para que saques tus propias conclusiones y admires esta colección que es de las más concurridas. Para conocer las misteriosas figuras de dinosaurios y monstruos en el municipio.
A través de varias versiones por escrito y ahora ya digitalmente se dice que el alemán Waldemar Julsrud afirmaba que las piezas daban cuenta de la convivencia entre hombres y dinosaurios. La información sigue vigente en el mismo museo que, por conducto de la directora Juanita Ruiz.
No te pierdas: Zoológico de Moroleón es ‘nido de amor’: planean reproducción de hipopótamos
¿Cómo surgió la colección?
Todo empezó en 1923 cuando el comerciante alemán Waldemar Robert Ludwing Julsrud Walden, conocido popularmente como Waldemar Julsrud, empezó a interesarse en la cultura de la región llamada Chupícuaro, dado que vivía en Acámbaro. En 1944, mientras paseaba a caballo en la colina del Toro, encontró un trozo de cerámica semienterrado en el fondo de una zanja; cuál sería su sorpresa al descubrir la figurilla de barro de un reptil alado con un estilo desconocido en la región.
El hombre de apellido Julsrud, que también era un aficionado a la arqueología mexicana, ordenó a un peón suyo, llamado Odilón Tinajero, excavar en la zona y desenterrar con sumo cuidado las piezas encontradas.
Te puede interesar: Agripino Aguilar Negrete enmarca la cultura salmantina en su pintura
Desenterrando a las bestias
Tinajero regresó al día siguiente con una carretilla repleta de estatuillas de cerámica. Julsrud anunció que pagaría un peso por cada figurilla que le llevaran, fue así como a lo largo de los años logró reunir más de 30 mil piezas.
Generalmente eran lotes de 20 a 40 piezas. Ninguna era igual y destacaban por sus formas caprichosas mezcla de dinosaurios, alebrijes y quimeras y que ahora se exhiben en el museo de Acámbaro.
Otras son figuras con seres de seis brazos, serpientes con patas y cuernos, cocodrilos gigantes y animales parecidos a camellos, llamas, monos, osos hormigueros, armadillos y caballos. Las más pequeñas apenas miden centímetros y las más grandes más de un metro. También se hallaron instrumentos musicales y algunos cuchillos.
Lee más: Celebran el Festival Ferrocarrilero ‘Tendiendo Rieles’ en taller de máquinas de Acámbaro
¿Un fraude?
Ante estos hallazgos, el entusiasmado Waldemar Julsrud invitó a expertos nacionales y extranjeros para conocer las piezas. Cuando le preguntaron su opinión sobre las figurillas de Acámbaro, presentó su teoría sobre las mismas: provenían de la Atlántida, luego pasaron a los aztecas y fueron éstos quienes las enterraron antes de la llegada de los españoles. Según sus evidencias, Waldemar Julsrud afirmaba que las piezas daban cuenta de la convivencia entre hombres y dinosaurios. Al escuchar estas teorías muchos científicos lo desestimaron tachándolo de loco o ingenuo.
Un investigador estadounidense, Charles C. Di Peso, visitó Acámbaro para ver las figuras de la colección de Waldemar Julsrud, concluyó que se trataba de un montaje de Tinajero para engañar a su patrón.
Años después, otro investigador sometió las piezas a un análisis de Carbono 14 y encontró resultados sorprendentes, databan del año 1110 a. C. y otras del 4530 a.C.
El investigador Charles H. Hapgood, autor del libro ‘Mistery in Acámbaro’, hace referencia a la pintoresca teoría de Waldemar Julsrud sobre el origen de los monstruos de arcilla, pero considera que son productos de añejas tradiciones orales que se transformaron en animales fantásticos por la imaginación de los artesanos.
Finalmente, la colección de figurillas de arcilla que se almacenaban en cajas en una tlapalería del centro de la ciudad, la colección fue donada al municipio de Acámbaro. Se estableció un patronato y se fundó un museo en donde estuvo el cuartel del ejército mexicano.
Actualmente donde los visitantes pueden admirar las piezas y enterarse de las teorías y el gran espíritu de Waldemar Julsrud. Está abierto a todo el público y permanece cerrado los lunes.
Por si no lo viste: Reconocen a la OSUG en Croacia como una de las orquestas más prestigiosas
Resaltan herencia cultural de Santa María del Refugio
La zona arqueológica ubicada cerca de Santa María del Refugio al sur de Celaya resalta como un espacio relevante de la cultura Chupícuaro.
En el Museo de Celaya Historia Regional la primera sala de exposición permanente muestra varios objetos recuperados de esa zona arqueológica; entre estos hay: joyería, cuchillos de obsidiana, alfarería, utensilios de cocina, juguetes y muy probablemente objetos para ofrendas.
Los investigadores aseguran que esta zona fue usada probablemente por la cultura Chupícuaro del 500 a.C. hasta el 350 d.C. También se ubicaron vestigios de rasgos toltecas qué podrían ser del 950 al 1150 después de Cristo.
Como pasa en este tipo de lugares varias ocasiones saqueadores gente ajena a la región ha visitado la zona ocasionando daños y seguramente llevándose piezas, según han reportado vecinos de Santa María del Refugio desde hace tiempo.