¡Que seas siempre joven, Bob Dylan!
Agencias
Estados Unidos.- ‘Forever young’ es una canción de cuna que Bob Dylan escribió en 1966 para su hijo Jesse. Fue tantas veces versionada, pero siempre llega al corazón: “Que seas siempre valiente, te mantengas en pie y fuerte, que seas siempre joven”, dice.
Hablar del cantante es hablar de uno de los personajes más influyentes dentro de la música de los últimos 60 años, pues su obra no solamente se puede analizar desde la parte musical, sino también desde la literaria.
El músico, cantautor y poeta estadounidense, una de las figuras culturales más importantes de todos los tiempos, cumple hoy 80 años de edad, aclamado como una leyenda viva del folk rock.
Con una carrera que se mide en 39 discos y 125 millones de copias vendidas, Dylan lleva días recibiendo una lluvia de tributos en medios de comunicación, pero especialmente de sus seguidores, entre los que cuenta con otros íconos musicales como Patti Smith o Chrissie Hynde, vocalista de The Pretenders.
Diarios de toda la geografía mundial enumeran sus clásicos imprescindibles, estaciones de radio y televisión emiten programas especiales en su honor, y su localidad natal de Duluth (Minesota), da el pistoletazo de salida a un año de celebraciones.
Siempre en el radar
La fascinación es tal que incluso la Universidad de Tulsa (Oklahoma) tiene un Instituto de Estudios sobre Bob Dylan y estos días celebra un simposio con expertos ‘dylanólogos’, como su principal biógrafo, Chris Haylin, que acaba de publicar ‘The Double Life of Bob Dylan: A Restless, Hungry Feeling, 1941-1966’.
Dylan aprovechó la pandemia para lanzar ‘Rough and Rowdy Ways’, su primer disco de temas inéditos en ocho años, que recibió críticas estelares con el estandarte de ‘Murder Most Foul’, una canción de 17 minutos que condensa la historia y cultura estadounidenses.
Su calidad como compositor lo llevó a ser el primer músico en ganar el Premio Nobel de Literatura en 2016 por crear “nuevas expresiones poéticas” en la tradición del cancionero americano, probablemente la única distinción controvertida en una larga lista que abarca Grammys, un Oscar y un Pulitzer.
En mayo del 2012 el entonces presidente de EE. UU., Barack Obama, lo condecoró con la Medalla de la Libertad.
Ausente en la ceremonia de Estocolmo, Suecia, en su discurso de aceptación seis meses después, el músico explicó que empezó a escribir sus canciones haciendo de la jerga del “folk” su propio vocabulario, pero apoyándose en “sensibilidades” y en “una visión informada del mundo”, que aprendió de clásicos literarios.
El inicio
Antes de convertirse en símbolo cultural, Bob Dylan fue Robert Zimmerman, el hijo de unos comerciantes judíos que en 1961 dejó sus estudios universitarios y se mudó del pueblo minero de Hibbing, Minesota, donde creció, a una vibrante ciudad de Nueva York que le ofrecía futuro artístico.
En la Gran Manzana acabó convirtiéndose en uno de los nombres más célebres del ecosistema creativo que poblaba y daba vida al barrio del Greenwich Village, fue fichado por el productor Bob Johnton para Columbia Records y en 1962 publicó su primer álbum ‘Bob Dylan’.
El que fuera la encarnación musical del movimiento antibelicista de los 60 y del espíritu hippie se acercó allí a su ídolo Woody Guthrie, se introdujo en los florecientes garitos de la escena folk y creó temas de fama internacional como ‘Blowin’ in the Wind’, ‘Masters of War’ o ‘The Times They Are A-Changin’.
Desde entonces, no sin baches dignos de una vida bien vivida, desde un accidente de moto que lo relegó a la quietud de su sótano hasta algunas obras con floja acogida tras su conversión espiritual al cristianismo, Dylan ha alimentado su leyenda musical con temas originales, versiones y actuaciones en el mundo.
Entre sus discos más famosos están ‘Love & Theft’ (2001), ‘Modern Times’ (2006) ‘Tempest’ (2012) o ‘Fallen Angels’ (2016), sin olvidar recopilatorios como ‘The Essential Bob Dylan’ y ‘Bob Dylan Live. 1961-2000’, que Columbia Records sacó a la venta coincidiendo con su 60 cumpleaños.
A finales del 2020, Dylan vendió a Universal Music por unos 300 millones de dólares los derechos de su catálogo musical completo, que incluye 600 canciones y es considerado uno de los más amplios de la música contemporánea.
ndr