“La entropía y la degradación social”
“LA ENTROPÍA Y LA DEGRADACIÓN SOCIAL“
¿Cuál es la medida del desorden social que padecemos?
El momento que vivimos de anomía, caótica y en reacomodo, nos pareciera que vamos al garete, nuestros gobiernos no logran establecer la armonía social, asociar a sus planes y programas de gobiernos, a los anhelos más profundos de la sociedad y los ciudadanos que la integran.
La anomia social es generada desde las instituciones, que no brindan protección a los individuos, las herramientas imprescindibles para alcanzar sus objetivos y satisfacer sus necesidades básicas de desarrollo, alimentación salud y educación. Dando origen a las conductas antisociales como el narcotráfico. Lo que provoca la ruptura del tejido social. La anomía como una enfermedad, aparece cuando los objetivos de una sociedad y la posibilidad de acceso de sus integrantes a los medios necesarios, se encuentran disociados. La asociación entre medios y fines, por lo tanto, comienza a debilitarse hasta que se concreta el quiebre del entramado social. Lo que se conoce como ingobernabilidad o estado fallido. Como ejemplo tenemos a los diputados que integran el Congreso del estado de Guanajuato. Cuando analizamos el manejo personal que le dan al presupuesto que ejercen, donde se analiza, que han hecho a un lado, los principios éticos, los valores axiológicos y morales. ¿Dónde queda la ética kantiana o deontológica? ¿Conocerán nuestros diputados y gobernantes; cuáles son los imperativos categóricos? Que señalan:
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<< Obra de tal modo que la máxima de tu conducta, pueda servir de ejemplo y convertirse en una legislación universal>> El máximo de su conducta según se observa en el manejo de los dineros, es para aprovecharse de los 116 millones de pesos anuales, que se pagan, bajo distintos rubros, para nómina, dietas, asesores, gastos de operación, casas de enlace, renta de espacios y pagos de personal operativo, gastos de transporte, ayudas sociales, su respectivo mes adicional proporcional. Vaya que se sirven con la cuchara grande, ese es un cucharon, mientras que los salarios de los jornaleros, obreros, y profesionistas, distan mucho. La ética no les sirve, de muro para contener y limitar su actuar inmoral. Y abusan de este poder, lo cual es imitado por los Ayuntamientos, municipios y otras dependencias, donde también tenemos magnos ejemplos de sueldos desproporcionados. Si a ello le agregamos que ni siquiera cumplen eficientemente con su función, como servidores públicos, dando malos tratos a los usuarios. Siendo omisos o negligentes. Preguntémosle a los grupos de búsqueda de personas desaparecidas, si sienten atendidos por las autoridades.
Lo que provoca la desinstitucionalización, la falta de igualdad de oportunidades sociales para el desarrollo social. Gobernar debe tener como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía. La sociedad debe superar la inacción gubernamental, incorporando sus propias capacidades, ante la incapacidad de nuestras autoridades, para gobernar y administrar los recursos eficientemente.
La situación crítica que enfrentamos nos muestra una dura realidad con una problemática social en la comisión de los delitos, de homicidios dolosos, de robos con violencia, de manera determinante va en aumento del desempleo que enfrentamos a causa de una contracción y cierre de la industria local, las empresas han decidido cerrar ante el clima de inseguridad. Se vuelve urgente, acabar con la ineficiencia de los gobiernos, estatales y municipales, para atacar la corrupción y los malos manejos de los recursos, círculo vicioso (-en lugar de virtuoso). Solo vemos como futuro, un mayor endeudamiento público, sin determinar los límites claros al gasto corriente, a donde se destina la mayor parte al pago de los sueldos, sin estar apegados ningún tabulador de salarios mínimos, como con los que se castiga al obrero en Guanajuato, ni a realidad social que viven los ciudadanos; sino según sus ambiciones de la clase gobernante, sometiendo a la base de la burocracia y premiando a los altos mandos. Por eso la casta divina de políticos, no entiende al pueblo, ya que vive en un mundo distante y feliz, distinto a la realidad, donde todo para ellos, es grandeza, mientras para el pueblo, se traduce en pobreza, marginación violencia y delincuencia.
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JRP