Domingo, 12 Enero, 2025

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A sed y hambre

Opinión

Héctor Andrade Chacón - Sociedad y economía

Uno de los motores fundamentales de la economía del estado de Guanajuato está por prácticamente apagarse. El sector agroalimentario está en una de sus mayores crisis en las últimas décadas; la sequía que provocó serias afectaciones en el ciclo otoño-invierno del año pasado, se ha prolongado y amenaza a que se suspendan cultivos para la segunda mitad del año, luego de que el ciclo primaveraverano 2021 atenderá prácticamente cultivos de autoconsumo con la poca agua de algunas presas y riego de pozos.

El promedio de lluvias en el estado venía siendo de 600 milímetros, pero en 2020 apenas y se llegó a los 450. Para este año, la Comisión Nacional del Agua ha pronosticado que las condiciones imperantes permiten pronosticar que el promedio apenas y llegará a los 300 milímetros, la mitad del promedio.

En varias oficias públicas el tema se discute y se buscan apoyos para los productores agrícolas a fin de que enfrenten de mejor forma los problemas derivados por la carencia de agua y sobre todo, la reducción o cancelación de sus cultivos. Pero donde la verdadera presión se siente es entre los hombres y mujeres del campo.

Agustín Robles Montenegro, presidente del Distrito de Riego 011, aseguró que con los 300 milímetros de lluvia pronosticados por Conagua, no se tiene ni siquiera asegurado el ciclo agrícola primavera-verano, que se concentra mayoritariamente en maíz y sorgo. El agua apenas si alcanzará para una tercera o cuarta parte del regado necesario para la producción de los alimentos en las parcelas.

A su vez, José Francisco Gutiérrez Michel, secretario de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato, nos entera de que el Gobierno del Estado ya contrató un seguro contra gastos catastróficos y así apoyar financieramente a los productores afectados. Pero más allá de los temas monetarios, de alta importancia por el pago a trabajadores, costeo de insumos y demás, lo altamente preocupante es lo que vendrá después cuando la producción agroalimentaria no se concrete. La carencia de alimentos llevará a la necesidad de su importación y ello empujará los precios en el mercado al alza con una mayor carestía y presión social.

Ahora bien, en los Estados Unidos también hay sequía. Es uno de los principales productores de granos del mundo y uno de nuestros abastecedores en cuanto a importaciones. Se adelanta en la Unión Americana que mayo será un mes complicado. Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), cita además que “la sequía afectará la producción de granos básicos pero también a la caña de azúcar y otros productos agrícolas. Además de ganaderos, lo que provocará un daño a los productores”, indicó.

En Guanajuato, uno de los grupos agrícolas que ya vio las cosas complicadas en 2020, fue el productor de cebada, que resintió la carencia de agua en el ciclo otoño-invierno y que podría no sembrar este año en la segunda mitad del año. El año pasado, por la crisis de la pandemia de COVID-19, también vieron en riesgo no lograr vender lo que apenas produjeron, sin embargo, por un acuerdo nacional Grupo Modelo compró toda la cebada nacional y eso dio un aliento económico. Este año, no habría nada que vender.

Cada grupo de producción agropecuaria tiene sus necesidades y problemáticas, pero este año, todos juntos enfrentan la sequía. Nosotros, como ciudadanos, el desabasto y el aumento de precio, algunos, el hambre. La salida de apoyo económico, sin duda ayudará a los productores del campo, pero también es hora de que se piense en lo que sucede con el cambio climático y, científicamente, se analice qué deberá hacerse en los próximos años, porque podría ser peor lo que viene.

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