El dispendio del gobierno y el gasto público
Los ciudadanos nos preguntamos como se justifica el gasto de 7.2 millones de pesos en el equipo de futbol Oviedo, que juega a cientos de kilómetros de Guanajuato, en el continente europeo, o el pago de 5 cinco millones de pesos para la realización de un video clip, a la artista Belinda o el pago de 8.5 millones de pesos al piloto Checo Pérez por la realización de una plática motivacional inspiradora. A manera de ejemplos.
Cuando el Estado enfrenta tantos problemas urgentes, que requieren ser resueltos, y que dichos recursos servirían para mitigarlos; como crear refugios o albergues para personas en situación de calle, niños en situación de abandono, personas con adicciones, mujeres que sufren violencia familiar y que no tienen hogar de acogida o una red de apoyo familiar, los problemas de abastecimiento de medicinas, agua, servicios, problemas urgentes como la falta de policías o ministerios públicos. Por lo que nos parece un absoluto y tota derroche injustificado del dinero del pueblo.
Nos obliga a reflexionar y preguntarnos: ¿Cuáles son las prioridades que tiene el gobierno? ¿Quiénes son los que toman las desatinadas decisiones realmente? ¿Hasta dónde son responsables de la asignación y gestión del gasto público? ¿Por qué están apartadas de las necesidades de la población? ¿Bajo qué criterios y prioridades se distribuyen los recursos del estado? ¿Realmente se da la transparencia y la rendición de cuentas? ¿Se utilizan de manera eficiente y efectiva los recursos? ¿Existe corrupción y mal uso de los recursos públicos?
Todo nos lleva a pensar que huele y existe corrupción ante la falta de transparencia dentro de los sistemas de gestión del erario, lo que implica una de las mayores sangrías. Los fondos públicos mal gestionados o desviados a prácticas corruptas no solo afectan la eficiencia del gasto, sino que también erosionan la confianza de la ciudadanía en las instituciones. Sin buenos sistemas de control y auditoría, que hagan efectiva la transparencia en la gestión pública y se castigue severamente las prácticas corruptas. La situación actual requiere del buen manejo de los recursos públicos como un requisito fundamental para el desarrollo. Si queremos superar estos retos, se requiere de una gestión eficiente, equitativa y transparente de los recursos, junto con una visión a largo plazo que contemple las diversas dinámicas sociales, económicas y políticas que pueden afectar los ingresos y gastos del Estado.
Se entiende que el erario es el conjunto de ingresos, rentas y bienes que tiene el Estado a su disposición, para financiar las actividades administrativas, la inversión pública, los servicios y bienes que brinda el gobierno a la población. Esta referencia a los recursos financieros que el Estado maneja para cumplir con sus funciones y responsabilidades. Estos fondos no son propiedad de los políticos, pues los obtienen principalmente de los impuestos que pagan los ciudadanos.
La asignación del gasto público es una de las decisiones más importantes que toman los gobiernos, afecta directamente el bienestar de la población y el desarrollo de la sociedad. Definir cuáles son las prioridades del gasto sin tomar en cuenta las necesidades en educación, salud, infraestructura, seguridad, bien estar social, innovación y tecnologías, medioambiente nos llena de frustración y enojo.
El gasto social es necesario para apoyar la economía de las familias necesitadas, pero deben existir restricciones; hemos llegado al colmo de que se entregan ayudas o pensiones para adultos mayores que no lo necesitan o personas que gozan de otros mayores ingresos, quienes pueden reunir la documentación mínima, y los que verdaderamente tienen necesidad; ni siquiera pueden sacar su acta de nacimiento o su credencial del INE. O las becas sin establecer ninguna exigencia sobre rendimiento académico, convierte a los beneficiados en dependientes. O el apoyo a las mujeres, que incluso tienen empleos formales u otros ingresos. Dejando de lado a quienes verdaderamente requieren esas ayudas, madreres solteras desempleadas.
El panorama no luce alentador, por lo que se debe corregir el rumbo, hacer rendir el gasto público, en el futuro evitar los dispendios. De lo contrario la población se dará cuenta de las mentiras que les cuentan los gobernantes. Y empezarán a exigir cada vez más. Hasta que ya no existan mas recursos o dadivas que repartir.
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