“Agradezco el trabajo y la labor realizada a Mauricio Usabiaga quien hasta ahora se encargó de la Secretaría de Desarrollo Económico Sustentable y quien se retira para ataender sus empresas y sus proyectos personales”
Diego Sinhue Rodríguez Vallejo
Por cierto, con la incorporación de Graciela Amaro al Instituto de Planeación del Estado (Iplaneg), Diego Sinhue Rodríguez Vallejo confirma que no olvida a sus compañeros de sus tiempos mozos en la política.
Amaro, quien salió del Instituto Municipal de Planeación de León en el arranque de la administración de Alejandra Gutiérrez Campos tras 14 años en la dependencia, ya estaba ahí cuando Diego Sinhue fue regidor de la administración de Vicente Guerrero entre 2006 y 2009. De hecho fue ahí donde llegó a ese cargo.
Rodríguez Vallejo realizó entonces un viaje a Barcelona con funcionarios y ediles para conocer temas de urbanismo.La funcionaria leonesa se incorpora ahora a la administración estatal, invitada por su viejo amigo como ya lo está Francisco García León, quien fue secretario del Ayuntamiento en aquel mismo trienio.
García León trabó desde entonces una buena relación con el actual mandatario estatal quien ya había trabajado en temas de agua con el propio Guerrero.
La otra invitada de aquellos tiempos es Teresa Palomino, la titular de la renovada Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes. Ella fue regidora junto a Francisco Trejo Ortiz en aquel trienio. Trejo Ortiz es hermano de Marcelino, quien quería ser alcalde León en el trienio anterior y al final tuvo diferencias con Ricardo Sheffield.
Por cierto, otro funcionario actual surgido de aquellos tiempos es el flamante director de Movilidad, José Luis Manrique quien fue secretario particular del entonces alcalde Ricardo Sheffield en 2009. En esos tiempos, Sheffield fue apoyado por Diego Sinhue en la interna azul.
Su hermana, Alma Cristina, la actual directora del DIF León, fue incluida en la planilla de Sheffield. Eran los tiempos en los que la onda grupera panista dominaba la escena en León y los Rodríguez Vallejo se convertían en factor de decisión en las elecciones internas.
En 2006, Diego Sinhue y familia apoyaron a Vicente Guerrero en la batalla que perdió Sheffield; tres años después, el ahora gobernador respaldó a Sheffield en la interna que le ganó a Miguel Salim. Y en 2012, Rodríguez Vallejo apoyó a Salim en la contienda frente a Mayra Enríquez, candidata de Sheffield. Esa pugna marcó la ruptura de Diego y Ricardo.
Hoy, los amigos de Diego Sinhue tienen cargos y las internas son cosa del pasado en el PAN. El actual gobernador aplica el dedazo a rajatabla.
El pasado viernes en su columna que publica en el periódico El Financiero, el analista Darío Celis escribió que el político leonés, Ricardo Sheffield Padilla “tiene casi medio pie” fuera de la Procuraduría Federal del Consumidor.
Celis asegura que el exalcalde panista fue notificado por el secretario de la Función Pública del desmantelamiento de las 38 delegaciones del consumidor tras los señalamientos de lo que llama “una red de corrupción”.
Llama la atención en el escrito el analista advierte que Sheffield fue de los pocos titulares que tuvo “manga ancha”, es decir, libertad absoluta para elegir a sus colaboradores y designar delegados.
Una versión que contrasta con la declaración que dio el propio Sheffield a Reforma en la que señala que no se ha comprobado ninguna irregularidad y que los cambios en la dependencia fueron decisión suya. Ya veremos.
PAN: LOS TIEMPOS DEL BRONX
El bronx o los llamados grupos rebeldes ya no existen más en el panismo guanajuatense. El nuevo entorno político ha propiciado que el partido gobernante en la entidad mande a volar su famosa democracia interna de la que tanto se preciaba hace unos años.
Y justo hace siete años, se vían los últimos coletazos de esa disidencia azul que le daba un cariz de morbo al análisis del panismo.
En plena campaña electoral el todavía dirigente del PAN Gustavo Madero visitaba León y, en el cierre de sus actividades, cenaba en el domicilio del entonces candidato a diputado federal panista, Miguel Ángel Salim Alle.
A esa cena acudieron también Gerardo Trujillo, el senador Fernando Torres, el entonces regidor Alejandro Arena, el magistrado del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, Vicente Esqueda y párele de contar.
Salim y Madero hicieron buenas migas cuando aquel emprendió el reto de construir el nuevo edificio del PAN en tiempo récord antes de 2012. Y si Salim sorprendió al colarse como un candidato fuerte a ser diputado federal en la lista plurinominal fue a partir de esa relación que construyó con el político chihuahuense.
El exdirector del ISSEG trabó una muy buena relación con Jorge Villalobos, el titular de la comisión electoral y filtro clave para la definición de candidatos. Este personaje era muy cercano a su vez a Valente Aguirre con quien Salim tenía una excelente relación.
Miguel Salim desplazó de la lista de plurinominales ni más ni menos que a Justino Arriaga, entonces alcalde de Salamanca e incondicional de Luis Alberto Villarreal.
Salim Alle se ha mantenido en la nómina desde hace más de una década. Doloroso su descalabro cuando fue el primer candidato panista a la alcaldía en perder una elección en León, pero pudo rehacerse y ser diputado federal de manera sorpresiva en 2015, de rebote en 2018 y con la mano en la cintura en 2021.
En su tiempo, cercano a Luis Ernesto Ayala cuando el PAN era un partido de tribus, Salim se ha mantenido en los cargos incluso después de haber militado fugazmente en el bronx justo en 2018 cuando Fernando Torres buscó la candidatura a la gubernatura.
Hoy, él, Vicente Esqueda, Jorge Espadas y la propia Libia Dennise García tienen un buen cargo público, sobre todo el segundo y la cuarta que son ombudsperson y secretaria de Gobierno respectivamente.
Son parte de la alineación al oficialismo que encabeza Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y que, a base de cargos, calma las aguas y las ansias de rebeldía al interior de su partido.
Y mire lo que son las cosas, Gustavo Madero ha sido la voz disidente del PAN para acercar ciertas posiciones al lopezobradorismo.
La salida del gabinete de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo del secretario de Desarrollo Económico Sustentable estaba cantadísima desde hace varios meses y es el típico caso del empresario exitoso que nomás no dio el ancho en la administración pública, porque una cosa no lleva a la otra en automático.
Las ideas de Usabiaga no pudieron cuajar en proyectos exitosos y a eso le podemos agregar que no era fácil cambiar con eficacia inmediata, la fórmula que había dado a losexgobernadores Juan Manuel Oliva y Miguel Márquez que capitalizaron el ‘boom’ de inversiones en combinación con un funcionario pragmático y razonablemente eficaz como Héctor López Santillana que vivió sus mejores pasajes como funcionario en esa dependencia.
No es extraño -con base en lo anterior- que Diego Sinhue haya apostado a un fiel discípulo de López Santillana como Ramón Alfaro para ir al rescate de una dependencia que ha tenido pocas prendas que presumir en este sexenio, más allá de que enfrentó el trancazo que ha representado la pandemia.
No es de esa dependencia, pero tampoco lo ha sido la famosa apuesta por la mentefactura que es el estandarte de la administración dieguista, una entelequia que hoy encuentra pocos frutos que presumir y que no los encontrará en el resto del sexenio, lo cual dejará muy chato ese flanco para cantar logros.
A todo lo anterior hay que agregar la relación tirante que tuvo con el secretario de Finanzas y Administración, Héctor Salgado Banda, harto conocida en el gobierno dieguista. Casi cada vez que tocaba la puerta Usabiaga de la oficina del tesorero estatal, era conflicto seguro.
Un obstáculo adicional que enfrentó el ahora extitular de Desarrollo Económico fue la escucha y asesoría que tiene el gobernador de empresarios o lumbreras en la función pública como el exsecretario de Economía, Eduardo Sojo Garza quien fue el autor del famoso ‘Plan Marshall’ en plena pandemia.
Este factor contribuyó de manera sensible a arrinconar la influencia y poder que tenía Mauricio Usabiaga.
Finalmente, Diego Sinhue optó por la lógica o “la fácil”, como usted quiera llamarle. Que el bombero sea alguien que le sabe a la fórmula probada, que dio resultado en los dos sexenios anteriores, pero que hoy ya parece muy desgastada y que pronto será obsoleta.
El gran mérito del grupo cercano a López Santillana es hacerse indispensable para caer parados siempre en muy buenas posiciones. Hoy, es una paradoja que un gobernante joven como Diego Sinhue tenga que recurrir a los dinosaurios de la burocracia en Desarrollo Económico para el cierre del sexenio. Ya no fue en este sexenio, no digamos el relevo generacional sino el relanzamiento de una estrategia novedosa de desarrollo económico para la entidad. Ese golpe de timón, no funcionó.
