La tradición indica que Albino García Ramos nació hacia 1775 en el rancho de Cerro Blanco (Salamanca, Gto). Su infancia y juventud las vivió en el campo, como el hijo de un peón, un ranchero o un caporal. Se conoce que fue arriero y destacó como domador de potros salvajes, sufriendo una terrible caída que le inutilizó el brazo izquierdo y le dio el apodo de “el Manco”.En 1810 laboraba como caporal en la hacienda de Quiriceo y, en Salamanca, al paso de los insurgentes rumbo a Valladolid (hoy Morelia), se entrevista con Miguel Hidalgo, recibiendo de él la autorización para insurreccionar el Bajío.Sin embargo, las primeras escaramuzas le fueron adversas, como en la hacienda de Quiriceo (febrero de 1811) donde sus hombres fueron dispersados por la tropa del capitán Antonio Linares; la derrota en La Calera por Miguel del Campo, y luego el mismo Linares que le asesta otro golpe en Ojo de Agua, cerca de San Luis de la Paz.El mismo teniente coronel del Campo le vence nuevamente en Valle de Santiago y defiende con éxito la ciudad de Celaya ante la ofensiva de “el Manco”. Este, pese a los descalabros, gana simpatías entre los otros guerrilleros por su arrojo y persistencia. Así, se le unen los hombres de Anacleto Camacho, Tomás Baltierra, “El Negro” Valero y Toribio Natera, reclutando más de dos mil combatientes bajo su mando.Este astuto guerrillero entra el 21 de agosto de 1811 a Pénjamo, saquea la villa, se mofa de los vecinos pudientes a los que roba y hace desfilar por las calles semidesnudos o en fachas, e insulta y encarcela al jefe de armas en ese lugar, quien resulta ser José María Hidalgo, hermano del cura de Dolores, y quien es tildado por Albino como “un alcahuete de los gachupines”.Posterior a la toma de Dolores, los hombres de Albino caen sobre la villa de Lagos, atracan los comercios, las casas de los ricos y nuevamente ridiculizan a los dirigentes locales paseándolos desnudos sobre jumentos por las calles principales.Frustrado su intento de ocupar León por la oportuna llegada de refuerzos militares, “el Manco” se lanzó nuevamente sobre Dolores el 10 de septiembre, donde fusiló a varias personas, y perdonó a otras tantas gracias al rescate que por ellas pagó Manuela Taboada de Rojas, esposa de Mariano Abasolo.El día 30 se apodera de Aguascalientes, donde repite sus tropelías; el 8 de octubre sufre una derrota cerca de Salvatierra por parte del realista Agustín de la Viña. Pero entonces planea un audaz golpe: secuestrar al general Félix María Calleja, el mayor enemigo de los revolucionarios.“Calleja –según la descripción de Fernando Osorno– tenía una bien conquistada fama de invencible y de ser un militar valiente y acertado, por sus brillantes campañas en África y Europa y por las notables acciones que había sostenido contra los insurrectos, pero era un hombre de inauditas pretensiones, muy dado a las medidas de la exageración y la violencia, de un orgullo y arrogancia que le hacían petulante, fastidioso, y capaz de creer que ni el sol se asomaría cuando él dejase de existir sobre la tierra”.Enterado Albino de que Calleja tomaba unos días de descanso en la hacienda de Cuevas, próxima a Guanajuato, salió de inmediato para sorprender a su rival. Esta acción, de haberse consumado, habría trastocado el curso de la guerra. Pero Calleja tenía ojos y oídos por todo el Bajío y, alertado a tiempo, preparó un fuerte contingente para ahuyentar a los guerrilleros.Reacio a admitir a Ignacio López Rayón como sucesor del cura Hidalgo, “el Manco” no reconoce a la Junta de Zitácuaro que busca unificar a los insurrectos. Preocupado por detener el mal ejemplo, López Rayón lo manda combatir; pero, sus emisarios no pueden derrotarlo.Combatiendo lo mismo a realistas que a “rayonistas”, Albino García continúa con lo suyo: ataca Guanajuato, Irapuato y Valladolid. En esta última es derrotado por la tropa de Ángel Linares, con grandes pérdidas humanas y de artillería.Aprovechando este revés, así como el padecimiento de gota que agobia a “el Manco”, se reanuda su persecución y el 5 de junio de 1812 es sorprendido y capturado en Valle de Santiago gracias a la astucia de Agustín de Iturbide.Conducido a Celaya, es fusilado tres días después, siendo su cadáver descuartizado y luego exhibido en partes allí, en Salamanca y Guanajuato.Pese a lo controvertido, Albino García fue “el guerrillero más activo y temible que produjo la insurrección” –según Lucas Alamán–, continuador del movimiento social iniciado por Miguel Hidalgo en el Bajío. No por nada los primeros versos de su corrido dicen:Era el terror del Bajíoel manco Albino García,gran jinete macheterohasta perderse de vista;de tan agudo chirumen,tal travesura y tal chispa,que le llamaban las viejasel coco de los realistas.