Sábado, 11 Enero, 2025

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El maestro, forja de la nueva era social

Opinión

Leon Ruiz - La mesa del rincon

Uno de los grandes retos que habrá de enfrentar nuestra sociedad, es la formación de los ciudadanos que la integrarán en la era de la postpandemia. Asimismo, para configurar la visión antropológica que requerirá la época que está por comenzar, es imperativa la realización de un estudio exploratorio o diagnóstico que valore a profundidad el daño socioemocional que la pandemia y sus colateralidades ocasionó en nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

Bajo el esquema de la vertebración de nuestra sociedad, emerge nuevamente la figura del maestro y la maestra como factor protector de las generaciones en formación, que a la sombra del Sistema Educativo forjará el tamiz axiológico capaz de restaurar la personalidad y esencia del nuevo ciudadano, para enfrentar con éxito las demandas de los modelos sociales, económicos, culturales y políticos que se transformarán como respuesta a la perturbación sanitaria que detuvo la maquinaria mundial.

Apenas transcurrido el Día del Maestro y de la Maestra, las felicitaciones deslizan, entre el reconocimiento y orgullo por la labor educativa ejercida heroicamente, una tenue silueta del devenir histórico que le espera a la docencia. Coincidiendo en paralelo con el muy pertinente posicionamiento que la diputada Sandra Arrona expuso desde la Tribuna Legislativa del Estado, al asegurar que sin el trabajo tan comprometido del magisterio guanajuatense, la formación de nuestras chicas y chicos se hubiera derrumbado por el confinamiento, por lo que la sociedad se encuentra en deuda con las maestras y maestros.

Precisamente ahora, en un muy incipiente recuento de daños, los profesionales de la educación se suman al excelso grupo de los profesionales de la salud como el segmento más significativo en la preservación de la sociedad. Hoy el magisterio se yergue como el batallón que enfrentó la catástrofe pandémica sin más armas que su talento y los pocos insumos que su pecunio y el sistema oficial le proveyeron.

Ciertamente que en la titánica tarea de mantener funcional el modelo educativo, los maestros y maestras contaron con el invaluable apoyo de sus alumnos y padres de familia, sin embargo, sin ellos como dínamo del modelo improvisado de educación a distancia la inmovilidad hubiera socavado la formación y espíritu socio-afectivo de los menores. Lo anterior enaltece la trascendente contribución social de los educadores para conservar la esencia sináptica de la humanidad.

Justo es que, ahora que estamos celebrando a los maestros y maestras, valoremos el papel que estos juegan en la conformación de la personalidad, valores y actitudes de las generaciones que harán realidad el futuro de una humanidad cada vez más acosada por las consecuencias de su evolución y errores. Por lo que resultará que sólo la educación y la cultura de preservación, que siembre el magisterio en el intelecto y corazón de nuestros menores, permitirá la existencia de la humanidad por un largo tiempo más.

Atendiendo las palabras de la diputada Sandra Arrona, nos congratulamos por la labor del magisterio y les decimos ¡Felicidades maestras y maestros! Gracias por mantener viva la esencia formativa; la sociedad está en deuda con ustedes para que nunca más realicen su trascendental trabajo sin las herramientas adecuadas; para que nunca más caminen solos en la ardua tarea de educar a las nuevas generaciones; para que nunca más estén en desventaja ante la ciencia y la tecnología que rigen la interacción humana, para que nuestro Sistema Educativo no vuelva a colapsar.

Con la reactivación de las escuelas también debe venir una profunda reflexión sobre el qué nos dejó la pandemia como enseñanza, para que desde el mismo despacho del secretario de Educación surjan las directrices que den lugar a la estructuración de los nuevos paradigmas de la escuela y la docencia, esta historia no se debe repetir.

Quien no aprende de sus errores e infortunios, caerá nuevamente ante estos.

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