LA FERIA VA; CLASES EN VEREMOS; FUTBOL, NO: EL SUBE Y BAJA DE LA PANDEMIA
EN LO DICHO. Lo dijo desde su ronco pecho: el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo define en sus declaraciones de ayer las prioridades y los alcances en el tema de la pandemia y la forma en que se aterriza en los hechos su “no vamos a detener la economía”.
HASTA FEBRERO. Definitivamente no habrá retorno a clases en el mes de enero como llegó a perfilarse un escenario hace algunas semanas. La fecha más cercana para el regreso a las presenciales es febrero. No antes.
AVANCES. Ya se trabaja en protocolos sanitarios con escuelas del sector público y el privado. El gobernador habló por ejemplo de un proyecto con el Tec de Monterrey para una modalidad híbrida.
NO. Respecto al futbol y la liguilla que actualmente juega el Club León, el mandatario estatal de plano no quiso abrir un frente adicional en estos momentos. Implicaría una polémica en esta y la siguiente semana si el cuadro esmeralda llega a la final. Y esa, se la salta con la mano en la cintura.
SIGUE. En el tema de la Feria de León, sí llama la atención el énfasis con el que el mandatario se mantiene en lo dicho y asegura que, si bien es decisión del Ayuntamiento de León, él cree que la verbena debe realizarse.
YA QUEREMOS VERLOS. Ya entrados en gastos, habría que preguntar si el alcalde de León y su cabildo azul se atreverían a contradecir la voluntad de un mandatario estatal que influye en algunas decisiones importantes que se toman en León y esta es una de ellas.
CONTEXTO. Ayer le decía que suena a un despropósito mantener la Feria de León en enero con todo y medidas y protocolos de sana distancia y áreas restringidas que advierten las autoridades. Quizá por ello se maneja como una posibilidad la de diferir un mes aproximadamente la celebración de la feria de modo que en lugar de enero, se vaya a principios de febrero y termine en marzo.
DATOS. En cualquier caso, el aplazamiento mantendría la posibilidad de una cancelación porque la pandemia no se va a ir en todo 2021. Tienen razón quienes dicen que no se puede poner a competir la Feria con el regreso a clases y señalar que parece haber más permisividad para la diversión que para la educación.
ENTRETENIMIENTO. La Feria de León dura 25 días y no es obligatorio ir. Va quien así lo desea. El tema del regreso a clases si implicaría algo más cercano a la obligación por más que la autoridad pueda dejar abierto el derecho de los padres a decidir si mandan a sus hijos o no como lo dijo Rodríguez Vallejo.
EDUCACIÓN. Esta variante de “regreso voluntario” sería la novedad de la apuesta en Guanajuato. Por obvias razones, la reticencia de autoridades al regreso a clases tiene que ver con el riesgo que implica la convivencia diaria de menores de edad.
PIES DE PLOMO. Por eso, Rodríguez Vallejo es cauto cuando se refiere al retorno a clases y se nota más resuelto cuando habla de la Feria de mayor poder de convocatoria en la entidad. Es más fácil arrepentirse de esta reapertura.
LA DEL ESTRIBO…
Ayer en la Comisión de Justicia, panistas, morenistas y verdes salieron igual de contentos porque se aprobaron iniciativas impulsadas por sus bancadas.
El PAN propuso penas más duras para la extorsión; Morena pidió endurecer los castigos para las agresiones al personal médico y el Verde, con la bendición de la diputada precandidata panista Alejandra Gutiérrez vio triunfar su iniciativa para castigar el maltrato a animales de compañía.
Desde luego que no es casualidad. Son acuerdos que suelen tener las bancadas con representación en el Congreso local para emparejar la cancha y de vez en cuando proyectar que también se ponen en sintonía.
No importa que esté demostrado que el aumento de penas para delitos no baja per se la comisión de los mismos.
A UN AÑO DEL HOMICIDIO DE HUGO ESTEFANÍA
La violencia homicida en Guanajuato ha tenido muchos rostros durante los últimos cinco años que representan la fase más cruda de su agudizamiento y crecimiento exponencial.
Masacres, la revelación de un cartel regional por primera vez en la historia, el estado como campo de batalla de grupos criminales con distinta fenomenología según sea la región, la disputa Estado-Federación que se reparten culpas, récord de policías ultimados, candidatos asesinados o alcaldes o exalcaldes como ocurría hace un año con el de Cortazar, Hugo Estefanía Monroy.
El expresidente municipal, quien gobernara Cortazar en el periodo 2015- 2018, atendía su negocio cuando fue asesinado. La forma en que moría, tampoco sorprendía aunque no tanto a la luz de las condiciones en que se dio la última etapa de su vida en política.
El exalcalde de Cortazar no tenía un solo proceso de la Fiscalía General de la República y el de delincuencia organizada es un delito federal. Todos eran del estado.
En Guanajuato, la Fiscalía General del Estado, le tenía tres carpetas abiertas. Una por peculado, otra por fraude y una más por la famosa llamada filtrada a los medios a mediados del año pasado y que supuestamente evidenciaba un nexo con integrantes del Cartel de Santa Rosa de Lima.
Y si Estefanía no había sido detenido fue porque contaba con al menos dos amparos que lo libraban por el momento de una orden de captura.
Fue dirigente estatal del PRD, diputado local y alcalde de Cortazar. Y fue uno de las tres cabezas de un partido como el sol azteca que ha tenido presencia marginal en Guanajuato.
Se truncó parcialmente su sueño de hacer de la política un emporio familiar en 2018, merced de la alianza con el PAN cuando quiso ser candidato de la alianza a alcalde y su esposa y su nuera, candidatas a diputadas.
Su sueño de repetir como alcalde se lo quitó el PAN que, oportunamente se dio cuenta que mantener una alianza en Cortazar le habría puesto en un serio predicamento de imagen.
Al final, de las tres apuestas que tenía, solo cuajó la de su nuera que es diputada local pero de buenas a primeras se le vino el mundo encima. Aquella llamada filtrada a los medios con un presunto miembro de ese grupo criminal, lo puso en el ojo del huracán nacional. Y comenzó la debacle.
COVID-19: MÁS DATOS PARA ALIMENTAR EL PESIMISMO
Las cifras son contundentes en Guanajuato y en León que vuelve a ser el epicentro de la pandemia por Covid-19 en el terruño. La pandemia sigue para arriba.
Mientras Guanajuato se mantiene en segundo lugar de casos activos a nivel nacional, sólo por debajo de la Ciudad de México; León escaló del 23 al 30 de noviembre del quinto al segundo lugar en los municipios del país.
Hay que recordar que hace dos o tres semanas aquí le llegue a comentar cuando los contagios estaban estabilizados que León estaba en el lugar 15 con menos de 400 casos activos y ayer cerró en segundo con mil 164 casos de estos que se contagiaron en las últimas dos semanas.
Apenas el lunes anterior tenía 681 casos, debajo de Querétaro, Álvaro Obregón, Durango y Monterrey: un par de días después, esta ciudad estaba en el cuarto con 885 casos; por debajo de Querétaro, Álvaro Obregón y Monterrey.
El domingo, León ya estaba en tercer lugar y había vuelto a superar después de cuatro meses, otra vez los mil casos. Ayer, la ciudad más poblada del estado ocupaba la segunda posición sólo debajo de Querétaro que tiene mil 835 por mil 164 de León.
Es decir, en los últimos siete días en León la pandemia se ha vuelto más activa y contagiosa que en ciudades más pobladas como Guadalajara y Monterrey.
Con respecto a Guanajuato, hace una semana en el estado había 2 mil 857 y León tenía poco menos del 25% de los casos en la entidad; ayer, el estado tenía 3 mil 961 activos de los cuales mil 164 son de León. Un 29% del total.
Las cifras son contundentes y no mienten. Hay un nuevo pico de contagios en la entidad al cierre de noviembre.
A reserva de confirmarlo con cifras oficiales, este mes superó los contagios mensuales de agosto, septiembre y octubre que manifestaban una tendencia constante a la baja.
Pero no sólo eso, el mes que ayer terminó registró arriba de 13 mil contagios apenas debajo de los 13 mil 529 de julio, el mes más alto. Con la diferencia de que noviembre tiene un día menos.
El problema no es que estemos en un nuevo pico sino que no sabemos cuándo se alcanzará el máximo para empezar otra vez a descender.