La revocación de mandato
México aún es un país rico, una gran nación que a lo largo de nuestra historia ha aguantado grandes saqueos de riqueza y experimentado importantes acontecimientos, revoluciones y luchas sociales para conquistar nuestros derechos; libertad e independencia que hemos logrado como resultado de una evolución y normalidad democrática de la que hoy disfrutamos. Democracia, imperfecta, como algunos refieren desde Platón hasta Churchill “es el sistema menos malo, una forma agradable de anarquía”.
Cuando nos planteamos la idea de la revocación de mandato ante lo polémico del tema, nos preguntamos ¿debemos ir a votar o no? Reflexionemos el significado, más allá de toda preferencia partidista o ideológica para entender de qué se trata y tomar una decisión sin apasionamientos.
Elementos a considerar
Primero el significado, la definición legal establece, según el artículo 5º de la Ley reglamentaria promulgada el 14 de septiembre del año pasado, “el proceso de revocación de mandato es el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del cargo de la persona titular de la Presidencia de la República, a partir de la pérdida de la confianza
Segundo es un derecho constitucional de todos los mexicanos, según lo establece la Constitución en su artículo 35, son derechos de la ciudadanía participar en los procesos de revocación de mandato. Que también existe en otros países de América latina y en los Estados Unidos de Norteamérica.
Tercero fomenta la participación política de los ciudadanos más allá de los partidos políticos, que no han logrado captar el interés de los ciudadanos. Es claro y les preocupa, darse cuenta, que los partidos políticos, no logran consolidarse como una verdadera opción política dentro del sistema democrático de partidos, porque no han reorientando sus funciones, no han fortalecido sus estructuras internas, no han socializado y democratizando sus decisiones, no han transparentando claramente sus finanzas, no han hecho pública la información de cada uno de los aspectos de su vida interna; por eso no pueden crear condiciones para enfrentar la lucha electoral de forma eficaz.
Dice el presidente que son una oposición moralmente derrotada, porque no han logrado madurar una propuesta de gobierno que sea atractiva para los ciudadanos; no saben formar coaliciones duraderas, no solo electorales sino de cogobierno, que les permita mantener la gobernabilidad y realizar las grandes reformas del Estado que apremian, dando estabilidad y gobernabilidad democrática al México actual.
Quienes señalan que no debemos participar el próximo domingo 10 de abril en este ejercicio democrático sobre la revocación de mandato, argumentan que el presidente quiere reelegirse, que quiere medir el agua a los tamales, que es una ratificación de mandato, que es ilegal, que la Constitución establece un periodo de 6 años, que es una promoción del gobierno, una trampa, un acto propagandístico, una simulación; que buscan perpetuarse en el poder, que no vale la pena, que es una farsa, que es un instrumento para medir su popularidad.
Lo que en realidad no señalan es que no pueden y que no son capaces de mover a sus simpatizantes para derrotar al presidente. Esta es una oportunidad que tienen de convencer a los ciudadanos para quitar al presidente en un ejercicio democrático convocando a votar a todos, incluyendo a los inconformes.
Por otro lado, seguimos siendo una república representativa, democrática, laica y federal, compuesta por estados libres y soberanos, unidos en una federación establecida según la constitución. El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia de éstos y por los de los Estados y la Ciudad de México, en lo que toca a sus regímenes interiores las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal. Las instituciones y normas deben limitar al poder público, no se va a acabar el país si participamos en el proceso de revocación de mandato, por el contrario demostramos nuestra conducta cívica e interés en la toma de decisiones.
Cualquiera de los posibles resultados implica la evolución y construcción de un sistema democrático: Si votan 37 millones de ciudadanos la decisión es vinculante, según lo dispuesto por La Ley de Revocación de Mandato en el Artículo 58, la revocación de mandato sólo procederá por mayoría absoluta. Cuando la declaratoria de validez que emita el Tribunal Electoral indique que la participación total de la ciudadanía en el proceso de revocación de mandato fue, al menos, el cuarenta por ciento de las personas inscritas en la lista nominal de electores, el resultado será vinculatorio para la persona titular de la Presidencia de la República. El Tribunal Electoral notificará de inmediato los resultados del proceso de revocación de mandato al titular de la Presidencia de la República, al Congreso de la Unión, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Instituto, para los efectos constitucionales correspondientes.
Si la mayoría de ese porcentaje responde a la pregunta ¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por perdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?
Ver nota: Incrementan 12% exportaciones de Guanajuato en 2021; fue 6to lugar a nivel nacional
Que se le revoque el mandato por perdida de la confianza. El presidente debe Renunciar.
Que siga en la Presidencia de la República. El Tribunal Electoral emitirá una declaratoria de Ratificación de Mandato. Y termina el periodo de su presidencia el 30 de Septiembre del 2024.
Si no acude o no participa el 40% de las personas inscritas en la lista nominal de electores, no pasa nada. No es vinculante.
Debemos estar atentos para que los gobernantes no se conviertan en tiranos. Recordemos que quienes tienen el poder siempre van a buscar incrementar o mantener su poder a cualquier precio. Por eso las organizaciones políticas pronto dejan de ser un medio para alcanzar determinados objetivos socioeconómicos, y se transforman en un fin en sí mismos, en una agencia de colocación de empleo para los cuates o en una de contratación de obras públicas para beneficio de unos pocos socios del gobierno, dando por resultado lo que ahora tenemos: partidos políticos desarticulados, que han sido rebasados por los ciudadanos quienes no ven representados sus intereses a través de sus representantes. Este es el error de los partidos políticos que no han hecho la tarea de acercarse a los ciudadanos. Y esa, no es culpa del Presidente. Quieren ganar con la crítica no con las propuestas de un mejor gobierno.