La sociedad y su relación con la policía
El quehacer de la policía es uno de los más difíciles e ingratos, que debe revisar la sociedad. No es posible ver con indiferencia una actividad cuyo desempeño debe traducirse en tranquilidad y generar a través de ella, defensores leales de la familia, la escuela y de libertades tan apreciadas como transitar, disfrutar de la seguridad en el hogar y ser ayuda en casos de conflicto, para que se resuelvan por respeto a la equidad.
Prever para proveer, es un postulado esgrimido por una corriente filosófica defensora del progreso científico para generar bienestar a los integrantes de la sociedad. Sin embargo, parece que, en la actualidad, sólo se usa la función policiaca para instrumentar la violencia y se ignora el conocimiento científico, a la hora de pretender la relación social armónica
La sanción contenida en la norma jurídica, pretende disuadir al ciudadano de violar derechos de los demás, pretendiendo con ello, fortalecer la relación civilizada entre los habitantes. Empero ese vínculo ha de tener sustento científico que evidencie la pertinencia de las medidas que la norma exige en forma de conductas exigibles al ciudadano.
Al analizar las instituciones policiacas debemos ser congruentes entre lo que pretendemos de ellas y los medios que tenemos disponibles, para el logro de sus fines, pues tal pareciera por el trato recibido y la opinión que de ellas tienen los pueblos, que no tuvieran importancia, a no ser cuando enfrentamos una emergencia y acudimos como todos en demanda de ayuda a un teléfono ampliamente conocido.
Debemos tener en cuenta que las policías tienen necesidad de equipo, pero también de jefes y oficiales capaces para desempeñar su función. Habremos analizado alguna vez, sus jornadas de trabajo, el trato que reciben de sus superiores, la capacidad para asumir con éxito los riesgos extremos de su quehacer. Son preguntas a resolver antes de asumir una posición crítica como ciudadanos.
Seguramente ha llegado la hora de contar con elementos capacitados para prevenir la violencia y las causas que la generan. El policía es uno de los elementos del gobierno más cercanos al pueblo, pero para servir con eficiencia en su función, requieren de los conocimientos, entrenamiento y trato, para asumir con éxito, el riesgo que implica su trabajo.
Debemos analizar con seriedad, llamar a los institutos de educación superior, para que coadyuven al mejor funcionamiento de las policías. El policía debe ser un profesional con los conocimientos técnicos y científicos suficientes para responder a las demandas generadas por una sociedad crecientemente desorganizada, urgida de orden y de un manejo humanista de problemas tan dolorosos como las adicciones de mujeres y hombres tan jóvenes, a quienes la policía muchas veces, cumple sólo la función de detenerlos, imponerles una sanción y facilitarles vínculos que enriquecen las pandillas.