Viernes, 10 Enero, 2025

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Promover y reclutar demócras, deber inaplazable

Opinión

Tomás Bustos - Reflexión ciudadana

La conciencia cívica de la sociedad debe ser fortalecida con todos los instrumentos disponibles. Es indudable que en ninguna parte sobran los demócratas y que es deber fundamental de los partidos políticos, llamar a la población para que, en todos, despierte el amor entrañable a su país y, ese sentimiento, se traduzca en trabajo para engrandecer moralmente a la sociedad.

De acuerdo con nuestra ley fundamental, la democracia es una forma de vida, fundada en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. Esta definición nos obliga como seres pertenecientes a un proyecto de nación, en donde el pueblo pueda realizar las potencialidades socialmente positivas que se traducirán en comportamiento generalizado, para acceder a una vida digna de ser vivida.

Es indudable que el desarrollo científico y tecnológico, ha tenido un progreso desproporcionado con el sentido del comportamiento democrático del país. Si bien son importantes los avances en muchas áreas de la vida económica y social. El abandono de millones de compatriotas, ha generado una serie de problemas que convierten la existencia en una caricatura de lo que debiera ser.

Por imitación extralógica con respecto a la proyección del desarrollo nacional, tomamos medidas equivocadas que, pretendiendo remediar situaciones conflictivas, nos condujeron a terrenos desconocidos y, la élite que tomó el mando del país se “preparó” para gobernar una nación inexistente, lo que trajo como consecuencia, una serie de problemas originados por el rezago en el desarrollo social.

El problema de las adicciones se genera por la cancelación de una forma de vida digna, para millones de jóvenes, que se sienten en un país, extraño, incapaz de proporcionar el desarrollo en el que se pudiera apreciarse la posibilidad de realizarse como seres racionales con expectativas de desarrollo. La desigualdad que generó la forma de organización de la economía, ha marginado del acceso a bienes de la civilización y la cultura, a millones de seres, que han tomado la ruta del escape ante las expectativas que la vida les ofrece.

La desigualdad ha lesionado severamente la vida social. Las y los jóvenes ante la imposibilidad de unirse en matrimonio, por razones de carácter económico, han tomado la decisión de la unión libre que, con frecuencia dura poco, generando conflictos con la descendencia, que no tiene el apoyo emocional, para su desenvolvimiento, en una pareja estable.

La acción de una conciencia democrática, debe obligar de manera especial a quienes aspiren a gobernar, a hacerse cargo de promover soluciones. Ellos enfrentarán a un sector de la sociedad criticón, que desalienta la vida democrática con descalificaciones y, consciente o inconscientemente, mediatizan el enfrentamiento de los problemas sociales, económicos y culturales. Los dirigentes de los partidos políticos, deberán hacer un examen de conciencia al término del proceso electoral y, seguramente coincidirán entre ellos, que el enfrentamiento de los problemas sociales requiere de políticos demócratas, que entiendan y se comprometan con el deber que nos impone el artículo tercero de la Constitución, que define con toda claridad, la obligación ética del político, que por deber habrá de promover y defender el espíritu democrático.

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