Viernes, 10 Enero, 2025

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¿Qué pasó con Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger?

Opinión

Cecilia Durán Mena - Las ventanas

De repente, el mundo como lo conocemos se paró. Al principio, creíamos que era culpa del modem, del teléfono celular, de la computadora, de nuestros dispositivos. No creímos que las empresas de Mark Zuckerberg estuvieran teniendo problemas. Era más probable que fuera nuestro plan de datos, la compañía con la que contratamos el servicio de Internet o cualquiera otro el que estuviera fallando, dudamos de todos urbe et orbi y resulta que las plataformas que administra el hombre que sólo usa playeras amarillas dejaron de funcionar al menos seis horas.

Poco a poco nos dimos cuenta de que sí, que efectivamente Facebook no funcionaba bien, Instagram no cargaba y ni se podían enviar ni recibir mensajes de WhatsApp. Lo curioso fue que cuando se confirmó la caída del sistema la gente entró en pánico. Fue como si de un momento a otro, nuestras actividades se vieran frenadas, como si nuesstros movimientos se vieran impedidos y nuestras ocupaciones no pudiesen seguir adelante. Evidentmente, mientras más jóvenes más grave fue el pánico. No obstante, no sólo ellos se asustaron, los negocios que dependen de estos servicios sintieron que se les paraba el corazón al ver que sus operaciones se paraban sin remedio y sin tener cómo ni a quién reclamar.

Me parece increíble que nuestra cotidianidad dependa tanto de los servicios que ofrecen estas redes sociales. Los datos duros siempre nos ayudan a comprender la magnitud de los temas que estamos abordando. Las seis horas de suspensión de servicio de estas redes sociales a nivel mundial se tradujeron en pérdidas por más de seis mil millones de dólares. La acción bursatil de Facebook perdió casi cinco por ciento de su valor en una sóla jornada.

Dicen que todo se debió a una filtración de datos de los usuarios. No sé, al margen de las razones están los efectos. Millones de dólares de pérdidas de empresas que operan en las plataformas de Zuckerberg. la probadita fue amarga. Varios expertos en tecnología consultados por la cadena británica BBC declararon que la caída del 4 de octubre —la más prolongada que han tenido estas redes sociales— podría tratarse de un error del DNS, el sistema de nombre de dominio. Sin estos registros de DNS, los navegadores y aplicaciones buscan y no encuentran los servidores que entregan el contenido de las redes sociales.

Según los registros del portal Downdetector, no es la primera vez que existe una caída a nivel mundial de alguna de estas redes sociales. Por ejemplo, WhatsApp ha presentado un total de nueve caídas o fallos en su sistema en este 2021. Es curioso, la caída generalizada de los servicios de las plataformas de Facebook se produce justo cuando la compañía se encuentra en medio de un fuerte escrutinio público tras la publicación en el diario The Wall Street Journal de una serie de artículos elaborados a partir de informes internos de la empresa. Por supuesto, todo esto hace sospechar.

Entre las opiniones, chismes y puntos de vista, destaca el hecho de que los documentos que se filtraron por parte de Frances Haugen, exempleada de Facebook, determinan que Instagram es perjudicial para una parte de sus usuarios más jóvenes y que su uso resulta especialmente tóxico para las adolescentes, ya que agrava los problemas que una de cada tres chicas tiene de su imagen corporal.

Más allá de dimes y diretes, lo sucedido nos muestra el poder que tienen las redes sociales que maneja Mark Zuckerberg que tiene en su hacienda empresas con las que todos o casi todos tenemos que ver. Hay poder, control y más que todo, hay una reflexión fuerte y una pregunta que vale la pena contestar: ¿qué haríamos sin estas empresas? ¿Cómo podríamos seguir con nuestro día a día?

La respuesta da miedo.

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