Recuperar el turismo cuevanense
El alcalde cuevanense, Alejandro Navarro Saldaña, tiene el propósito de hacer su segundo mandato consecutivo, el de la reactivación económica de Guanajuato capital. Alguien tiene que hacerlo, pues abundan los polemistas de escritorio, que han vivido del erario por años, que se rasgan las vestiduras cuando se buscan alternativas, como un nuevo Museo de las Momias, para una ciudad hundida en concepciones de identidad de rancio provincialismo, ese que tanto abominaba Jorge Ibargüengoitia.
Con una actividad minera en decadencia y sin actividades económicas relevantes fuera de la burocracia estatal o universitaria, que pagamos todos los contribuyentes del estado, Guanajuato sólo tiene en el turismo una salida clara para la manutención de miles de familias. Su comercio se alimenta del dinero que traen los visitantes. Claro, hay que romper prejuicios, con inteligencia y talento, para sacarle el mejor de los provechos en beneficio de la población en general.
Por eso resulta interesante que este lunes el alcalde haya dado relevancia al Día Mundial del Turismo y desayune con el sector que atiende a los turistas que llegan a la capital. Los escuchará, pero también les recordará que es necesario jalar parejo, para que se ofrezcan mejores servicios y que a la vez se apoye a la ciudad, para que luzcan limpia y segura. Si viven bien los de casa, siempre será amable la urbe con los de fuera.
También le dará su lugar al Bazar Violeta al presentar su segunda edición. En las microeconomías, todo apoyo al esfuerzo de las mujeres por producir y comercializar es necesario. El evento es organizado por mujeres emprendedoras e integrantes de la Asociación Mexicana de Mujeres Emprendedoras (Amexe).
Es necesario entender que la economía es la base. Por dos años, prácticamente, los ingresos de los cuevanenses -los que no reciben el cómodo sueldo del erario- han sido pocos o nulos. Ante la crisis por la pandemia de covid-19, muchos de los habitantes de La Cañada tuvieron que salir de su ciudad a buscar sustento en otras urbes, inclusive tuvieron que lanzarse a los Estados Unidos para ver si había oportunidad de trabajo, dándose el penoso episodio de los cuevanenses defraudados por “seudo polleros” en Baja California. Los engañaron porque no tienen la cultura del mojado, eran en su mayoría extrabajadores de hoteles y bares.
La crisis explica la necesidad y agradecimiento social que tienen las Cocinas Sustentables del DIF municipal, que han permitido a muchísimas familias alimentarse todos estos meses. La cosa no es sencilla, por ejemplo, tenemos en estas condiciones, una inflación galopante: durante la primera quincena de septiembre, la inflación anual se ubicó en 5.87%, un crecimiento del 0.42% respecto al mismo periodo anterior; el alza en los precios de verduras y gas LP destacaron por su incidencia en la inflación, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Y así ha sido todo el año. Los ingresos no suben o no hay, pero los precios siguen en alza.
Por todo eso, es importante que la autoridad se preocupe por dinamizar el turismo. También debe pensarse en cómo atraer otro tipo de actividades a una ciudad anclada a una minería que vuela al agotamiento. Por ahora, reconstruirse como un destino turístico seguro, agradable, saludable, es la gran tarea.