Reyes Magos, ilusión de paz y amor

Escribiendo las primeras páginas de este nuevo año, desde la misma ilusión de nuestros niños y niñas, quienes este martes invocarán al triduo real de Orión, hoy debiéramos pedir a los Santos Reyes Magos que sea cerrada la caja de Pandora y se disipe esta terrible pandemia.

Muchas vocesitas infantiles se alzarán para pedir por presentes que les alegren la vida y les trasladen al mágico mundo de la ilusión, la imaginación y el juego, como encanto que la inocencia utiliza para escapar un poco de la terrible realidad que hoy convulsiona al mundo. Así los pequeñitos nos darán una lección acerca de lo que tanta falta hace para tener una sociedad en paz: ilusión, candidez, amor y alegría.

Esperemos que el próximo 6 de enero, el espíritu de la solidaridad y amor por la humanidad nos invada también a los adultos, para que tomemos conciencia y salgamos a reconstruir la paz y la seguridad que tanto claman nuestros barrios y colonias. Ojalá que este martes sea el día de la ilusión, para que logremos equilibrar la balanza del poder económico y emprendamos el duro camino de la extinción de las desigualdades, del abatimiento de la pobreza y la vulnerabilidad social.

Este día de los Santos Reyes Magos también reinará, por desgracia, el dolor de las voces de los reyes acallados por el Coronavirus, los acaecidos y los sometidos por la enfermedad dominante. Este Día de Reyes muchas cartitas se quedarán en silencio, muchas ilusiones serán frustradas por las condiciones lacerantes de un confinamiento abrumador, por la desolación de múltiples fuentes de empleo cerradas o limitadas y muchas familias dolientes.

Pero, aunque hoy este mundo se debata en medio de las batallas cósmicas de un destino fatalista, debemos mantener la esperanza e ilusión de que somos la generación renovadora que edificará la nueva era, la era de la concordia, la de la etapa final, la de la primavera de la humanidad, la de la tercera oportunidad.

Hoy debemos levantarnos de un encierro de más de ocho meses, de más de 84 millones de infectados en el mundo y de sus casi dos millones de fallecidos. Hoy debemos superar el acoso de los jinetes apocalípticos que han socavado a la humanidad, hoy debemos erguirnos con la firme decisión de participar responsablemente por hacer de este pedacito de mundo el mejor lugar para vivir, cuidándonos conforme a los protocolos sanitarios para superar la ola enfermiza del Covid-19.

Ahora debemos hacer de la prudencia una virtud, para contener al virus y evitar ser parte de las víctimas que engrosan las estadísticas, debemos ser solidarios para que quienes estén en situación vulnerable superen sus necesidades, apoyando a la economía local y nuestro consumo fortalezca a nuestros productores y comercios evitando el desempleo.

Nos debemos preparar para levantar el sitio, para volver a la vida en sociedad, para volver a la escuela, al trabajo, a las plazas y las calles, pero no sólo con medidas sanitarias, también nos debemos preparar para cuidar nuestro entorno, para participar de la vida democrática de nuestra ciudad, nuestro estado y nuestro país.

Hoy debemos iniciar la construcción de la nueva era desde nuestro mismo ser, hoy debemos demostrar que aprendimos la lección, que sabemos cuidar nuestra salud, que sabemos convivir en armonía, que sabemos exigir gobiernos honestos, que si queremos un futuro prometedor nos debemos involucrar en la elección certera de gobernantes, que ya estamos hartos de las mentiras, del engaño adulador del político que sujeta su actuar a la búsqueda de sus intereses antes que los del bien común.

Queridos Santos Reyes… hoy les pedimos desde este humilde espacio editorial de La mesa del rincón, que México despierte y sea capaz de edificar la gran nación que está llamado a ser y que no haya niños sin presentes, que siga viva la ilusión.

Una nación poderosa se construye con la ilusión de las generaciones más tiernas.