¿Se le agotó la oratoria?

¿Se le agotó la oratoria?

El pasado miércoles, en sus declaraciones a la prensa luego del asesinato de otro policía municipal acontecido esa mañana, el alcalde de San Luis de la Paz comenzó a mostrar que la hábil oratoria que tiene estructurada para esas ocasiones ya está perdiendo eficacia. Reiteró el argumento, al que siempre acude en esas circunstancias, de que cuando la Dirección de Seguridad aprieta vienen esas reacciones. Incluso en otros incidentes ha dicho que son respuestas a detenciones, aunque nunca se ha sabido concretamente a quien aprehenden.

De octubre a la fecha tres elementos han perdido la vida, pero además, coincidentemente, esos y otros múltiples homicidios han sido en un mismo bulevar de la ciudad. En el último año y medio ya son varios atentados, con saldo de muertos y heridos, en ese mismo sitio y a corta distancia unos de otros. Eso está fuera de toda proporción, racionalmente no hay manera de entender por qué se ha permitido que la vialidad más importante de ese poblado se convierta en un espacio donde parece ser que la muerte tiene permiso.

Pero al lamentable deceso de este último policía que iba a cumplir sus labores, se agrega que apenas dos noches antes muy cerca de ese mismo lugar fue ultimado un joven ‘gallero’ oriundo del municipio de Victoria, y otra persona más quedó herida. Esto sucedió en las inmediaciones de un palenque donde todos los fines de semana se observa una nutrida asistencia de personas hasta altas horas de la madrugada.

Al contrario de otras ocasiones donde se le veía cómodo aún en situación de crisis, esta vez ‘El chino’, proyectó la imagen de un alcalde acorralado, agobiado, con oratoria desgastada y con el problema de la inseguridad fuera de control.

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Alcalde escoltado y pueblo desamparado

Quién sabe si el presidente municipal de San Luis de la Paz se haya detenido a dilucidar por qué habiendo sido legitimado por una amplia votación que le otorgó otro trienio en el poder, sus exhortos para recuperar valores, principios éticos, el interés por el prójimo, etc… suenan vacíos, no inmuta a nadie y son ignorados por la gente.

Quizás pudiera encontrar respuestas en la regla infalible de que la autoridad genuina, no la legal, se gana con hechos y con lo que se practica. Y es que hasta ahora en el complejo tema de la seguridad Gerardo Sánchez no ha tenido contundencia, ni arrojo. Justificaciones hay muchas y funcionan un tiempo, pero terminan agotándose y a la vuelta de los días la realidad consolida percepciones sociales implacables.

En su caso, la omisión o ineficacia frente a los recurrentes hechos delictivos, sólo ha abonado las dudas, y ensanchado la distancia entre la realidad del ciudadano común y la de un funcionario como él que desde en la madrugada cuando está en el gimnasio es resguardado por una patrulla, además de los escoltas permanentes con que cuenta.

Ya en momentos del trienio pasado trascendió que ante supuestos amagos de la delincuencia incluso otros funcionarios de su administración tuvieron protección durante algún periodo. Se comprende que una autoridad goce de ese beneficio, solo que mientras ellos son cuidados, en las calles la gente está vulnerable.

Por eso no es extraño que cuando sale a declarar sobre hechos como el del pasado miércoles, Gerardo Sánchez cada vez más parece predicar en el desierto. Eso confirma que no es lo mismo tener popularidad, que gozar de credibilidad.

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En San José… realidades encontradas

En San José Iturbide están de feria, el último oleaje de la pandemia propició que los tradicionales festejos de principios de febrero se trasladaron a estas fechas. Sin embargo, la implacable realidad no deja de contrapuntear ese espíritu festivo. En días pasados sucedió un homicidio en una de las calles principales, en localidades cercanas a cabecera también hubo una ejecución, y encontraron restos humanos. A eso se suma que la alcaldesa tuvo su primer tropiezo con la pronta retirada del director de policía que presentó al principio de su administración con amplias credenciales y ahora ya buscan sustituto.

En ese mismo devenir de realidades encontradas, al tiempo que comienzan a girar los juegos mecánicos, la administración movilizó a la población estudiantil para que escucharán el testimonio del hijo del capo colombiano Pablo Escobar, quien se ha vuelto un crítico de las prácticas en que estuvo involucrado su padre. Entre su audiencia había estudiantes que han visto cómo algunos de sus compañeros y compañeras dejan el aula para involucrarse en prácticas ilegales motivados por los modelos de ‘éxito’ que se propagan. Profesores de comunidades iturbidenses relatan que cuando han pedido a los jóvenes expresen su aspiración en la vida, se han llevado sorpresas preocupantes.

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Para el alumnado siempre resultarán atractivos estos contrastes a través de personajes mediáticos, sin embargo, habrá que observar si el Ayuntamiento asume el desafío de intervenir en la raíz de esa tragedia social que ya significan las adicciones en su simbiosis con la delincuencia, y la proliferación de la mentalidad que da categoría de héroes a quienes delinquen.

Por cierto, la Comisión de Salud y Asistencia Social la encabeza el regidor Arnulfo Montes de la Vega, de profesión doctor, y quizás el político local que tiene el análisis más estructurado respecto al naufragio al que desembocó ese municipio en las dos últimas décadas. A ‘Fito’ le queda tiempo para mostrar en los hechos de qué tamaño es el amor por su pueblo.

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