Sábado, 25 Enero, 2025

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Tiempo de reflexión

Opinión

Editor Web

“Hay bajo el sol un momento para todo, y un tiempo para hacer cada cosa:”

Ecleciastés 3:1

En México, la ley preveé que después de los tiempos electorales, al cierre de las campañas, haya un tiempo de reflexión. Ya hubo tiempo para todo: para arrancar, para plantear propuestas, para vivir la tragedia de la violencia, para justipreciar las acciones que cada uno de los participantes hizo para ganarse la preferencia del electorado, para apreciar el rol que jugaron las autoridades. En fin, ya hubo tiempo para hacer lo que cada uno pensó que sería lo adecuado y ahora, las cartas están echadas, la mesa está puesta y hoy lo que toca es tener ese momento de reflexión que nos lleve a votar.

Este tiempo de reflexión se pensó para que cada sufragante llegara a la soledad de la casilla a emitir su voto en forma razonada, valorando lo que mejor conviene según su leal saber y entender, a partir de lo que escucharon, vieron y atestiguaron. Se reflexiona en torno a simpatías y antipatías, filias y fobias, oporunidades y riesgos, fuerzas y debilidades. Este tiempo de reflexión busca que no lleguemos desinformados a votar por desconocidos o por proyectos que no conocemos y que nos pueden resultar adversos.

Por supuesto, en campañas tan largas como las que tenemos en México, ha habido de todo: candidatos que iniciaron como punteros y que se veían como favoritos para llevarse el triunfo y que alguna pifia, alguna verdad revelada o alguna estrategia fallida los llevó del primero al último lugar. En otros casos, mantenerse ha sido difícil, pero se ha logrado. Otros han ido ganando preferencias y conquistando sus espacios. Los esfuerzos por remontar lugares y situarse en la prefernecia electora nos llevó a ver a políticos en situaciones ridículas en las que, más que proponer, hicieron de payasos. En estos días, podemos reflexionar qué tipo de líderazgos políticos queremos, con cuáles nos sentimos más agusto.

Hubo tiempos para lanzarse pedradas, para darse abrazos, para abstenerse de ellos. Hubo lágrimas y sangre. Ahora es tiempo de recoger las piedras, de valorar las palabras y de entender las razones por las que se desató la violencia. Tenemos que medir las palabras que nos llegaron desde las arengas políticas, desde el Estado y desde la oposición. Es la búsqueda de una opción que nos lleve a un futuro mejor, en lo partícular, para cada mexicano, para cada uno de nosotros y en general, para nuestro estado y para el país.

Es el momento de pensar en nuestras decisiones. ¿Queremos seguir por el rumbo que se eligió hace tres años o queremos desandar esos pasos? Es el momento de callar esas voces furibundas que gritan a favor y en contra de unos y otros. Cada candidato tuvo su oportunidad y ahora, nosotros los electores tenemos la nuestra. Es preciso aprovecharla.

Es necesario informarnos qué sucede si el próximo domingo yo tacho un escudo político o si tacho otro. El voto es un derecho que no debemos de desperdiciar, que no nos pueden coaccionar: es personal y es secreto. Por eso, la reflexión antes de votar es una oportunidad que no debemos dejar pasar.

Es mejor reflexionar hoy y actuar responsablemente; es momento de pensar con conciencia antes de quedarnos lamentando por años lo que debimos hacer y no hicimos.

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