Abuelitos ven cerca la libertad y el reencuentro con familiares gracias a vacuna
Roberto Lira / Luz Zárate
Celaya.- Recibir la vacuna contra la Covid-19 es para algunos adultos mayores, recibir su libertad después de un año de encierro, asimismo, la oportunidad de reencontrarse frente a frente con sus seres queridos a quienes durante la pandemia solo han visto a través de una pantalla o escuchado en un teléfono.
Recibir la primera dosis de la vacuna es casi cumplir con una sentencia de cárcel que los ha mantenido alejado se los suyos, así lo siente el señor Arturo Camacho de 72 años que este miércoles recibió la primera parte del biológico.
“Imagínese, como un año en la cárcel, así me sentí, solo con los que viven conmigo, nada más”, expresó el señor Arturo.
Asimismo, mencionó que luego de una larga espera, recibir la dosis es una motivación para seguir cuidándose y mantener la salud.
“Ya la estábamos esperando desde el otro año, tardó en llegar, tarde pero ya está aquí, mi motivación es estar protegido, ante todo. Seguirnos cuidando y esperar la segunda dosis para estar bien protegidos”, mencionó Arturo.
Y desalienta a quien no alcanzó
Julia Zamora, de 84 años, tuvo una fuerte bronquitis hace unos meses y su hija Sofía, de 63, tuvo coronavirus al mismo tiempo que su mamá enfermó, ambas acudieron este martes a ser vacunadas a Rincón de Tamayo pero ya no alcanzaron, tristes tuvieron que regresar a su casa ubicada en la comunidad Ojo Seco.
Julia y Sofía se prepararon desde temprano para ir y poder ser inmunizadas y ya no pasar por el suplicio.
Tristes, tuvieron que regresar a su casa, Sofía empujaba con dificultad la silla de ruedas de su madre quien no entendía muy bien qué pasaba pues no escucha y no se enteró de por qué ya se retiraban.
“¡No sé qué vamos a hacer! No trajeron las suficientes vacunas, algo falló. Yo ya me enfermé de coronavirus y me fue muy mal, necesité oxígeno, duré como 15 días mal. También le dio a mi esposo, a mi mamá solo le dio bronquitis. Sí tuve miedo”, externó Sofía.
LC