Infancia interrumpida: 34 menores quedan embarazadas al día en Guanajuato
La cifra de embarazos adolescentes ha disminuido, pero sigue siendo un grave problema.
León, Guanajuato.- En Guanajuato más de 12 mil adolescentes, además de librar la difícil etapa con cambios físicos, hormonales y emocionales, enfrentaron un embarazo adolescente o infantil en el 2023. De la cifra total que cuantifica la Secretaría de Salud, con 12, 564 embarazos, al menos 362 niñas tenían de 10 a 14 años.
El 2023 cerró con 12,564 embarazos de menores de 10 a 19 años, en Guanajuato. Lo que representa, si se cuantificara diariamente, alrededor de 34 nacimientos todos los días en el estado, de madres de este grupo etario.
La Secretaría de Salud de Guanajuato dividió estos embarazos por edades durante el 2023: 12, 202 madres de 15 a 19 años de edad y 362 madres de 10 a 14 años, lo que representa el 5% del total.
Pese a altas cifras, embarazos adolescentes disminuyen
Soledad Leyva, Coordinadora del programa de Salud Sexual y Reproductiva para Adolescentes de la Secretaria de Salud, dijo en entrevista a Correo que a pesar de que la cifra del 2023 es alta, representa una disminución en comparación con los registros del 2018, que en ese año se contabilizaron 20, 369 embarazos adolescentes. Un número que ha ido bajando gradualmente hasta los más de 12 mil que registraron el año pasado, pero que aún significa un reto social para el estado.
“Hemos trabajado bastante en la prevención del embarazo adolescente a través de la tasa de fecundidad adolescente. Es importante decir que México como país redujo en 16.7% al descender de 72.4 a 60.3% , esta reducción implica que se evitaron 356 mil 551 nacimientos en adolescentes de entre 2015 y 2023, es decir casi 100 nacimientos diarios”.
En el caso de Guanajuato, la Tasa Específica de Fecundidad de Adolescentes (TEFA) bajó entre el 2015 y 2023, pues de 76.3 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años, pasó a 58.9 en este periodo.
Estudiantes o no, sigue habiendo madres adolescentes
La escolaridad no es un factor determinante para embarazarse o no, explica la psicóloga, pues alrededor de esta situación hay circunstancias como el entorno social, económico, además de la falta de educación integral sexual a la que muchas menores se exponen.
“Es importante saber que muchas veces el nivel de escolaridad no es un indicativo de que las chicas que no estén escolarizadas estén embarazándose, la realidad es que las chicas van a la escuela, posterior se embarazan y es ahí cuando deciden dejar o abandonar la escuela. La educación es un factor importante, pero la educación integral de sexualidad”.
Los municipios prioritarios por embarazos adolescentes
El Grupo de Prevención del Embarazo en Adolescentes detectó municipios prioritarios en Guanajuato para enfocar sus estrategias y atenciones en la prevención. En el caso de las adolescentes de 15 a 19 años, las ciudades de mayor foco son:
- Silao
- Romita
- Villagrán
- Pénjamo
- Santa Catarina
- San Francisco del Rincón
- Jaral del Progreso
- Cortazar
- Comonfort
- Tierra Blanca
En cuanto al embarazo infantil, de 10 a 14 años, los municipios que encabezan la lista prioritaria son:
- Tierra Blanca
- Tarandacuao
- Atarjea
- Santa Catarina
- Villagrán
- Juventino Rosas
- Abasolo
- San Pancho
- Romita
- Yuriria
A nivel nacional, Guanajuato está por debajo de la media nacional en cuestión a embarazos adolescentes, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población (Conapo). Las entidades con mayor Tasa Específica de Fecundidad de Adolescentes en México son: Chiapas (81.7 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años); Tlaxcala (69.6) y Zacatecas (68.8). Mientras que con la tasa menor están Ciudad de México (47.1); Baja California (50.6) y Yucatán (51.2).
¿Qué se está haciendo para evitar los embarazos adolescentes en Guanajuato?
De acuerdo con la psicóloga Soledad Leyva, en el Grupo Estatal para la Prevención del Embarazo Adolescente hay una estrategia junto con la CONAPO y el Instituto de las Mujeres, para dar servicios amigables en las unidades de salud a través de médicos, enfermeras y psicólogos promotores de la salud, que realizan charlas en escuelas; así como el acercamiento de métodos anticonceptivos, además de un Programa de Salud Maternal (en caso de que la adolescente desee embarazarse); también la prevención de un segundo embarazo promoviendo métodos anticonceptivos de larga duración, mientras el cuerpo se recupera.
“Esta estrategia que tenemos como Grupo Estatal para la Prevención del Embarazo, implica que nosotros les demos las opciones para que las adolescentes continúen su proyecto de vida. Hay chicas que necesitan hacer una pausa por el tema de embarazo, hay quienes no, pero también hay algunos tipos de educación no escolarizada, entonces la importancia de que estemos varias instituciones dentro del grupo estatal, es facilitar las herramientas al adolescente para que concluya su proyecto de vida”.
El registro de embarazos adolescentes se realiza de forma anual, este 2024 la Secretaría de Salud tiene una proyección aparentemente positiva, aunque la cifra tendría que ser menor a los 12, 564 embarazos de menores, que hubo en el 2023.
“Soy optimista y creo que la tendencia es a la baja, desde el 2018 hemos trabajado arduamente en temas de prevención de embarazo adolescente. Nosotros como salud estamos comprometidos a garantizar el derecho el absoluto derecho sexuales y reproductivos de la población”, finaliza la coordinadora del Grupo de Prevención del Embarazo en Adolescentes en Guanajuato.
Embarazos adolescentes de 10 a 19 años, del 2018 al 2023 en Guanajuato, según la Conapo
- 2018 - 20, 369
- 2019 – 18, 055
- 2020 – 16, 021
- 2021- 14, 678
- 2022- 13, 533
- 2023- 12, 564
Melisa Luna cambió mochila por pañalera
La vida de Melisa Luna, de 24 años, cambió por completo cuando se embarazó, tenía apenas 16 años. De usar una mochila para ir a la escuela tuvo que cargar una pañalera, y no pudo terminar su preparatoria. Hoy, madre de dos niños, busca lograr sus metas académicas: la primera, terminar la preparatoria.
Melisa, vecina de la colonia San Manuel en León, relata cómo fue lidiar con la maternidad a sus 16 años. Después de que su ruta de vida cambiara completamente, además de cambios físicos y emocionales, ella se esperó siete años para tener otro bebé, pues ser madre y adolescente fue bastante difícil.
“Tenía 16 años cuando me embaracé, en el momento en que lo supe se me vinieron muchas cosas a la mente, lo primero fue si seguiría estudiando, lo que iban a decir mis papás y si realmente mi pareja me iba a apoyar”, cuenta a Correo.
En ese entonces Melisa estudiaba la preparatoria en el Sabes de San Pedro de los Hernández, cursaba primer semestre. Su preparación se pausó por un largo tiempo, aunque este proceso lo vivió acompañada.
“Lo más difícil de tener a mi bebé a una temprana edad fue acostumbrarme a una vida diferente, yo tenía una vida en la que me preparaba para ir a la escuela, a trabajar, y cambió totalmente. Saber que un ser humano dependía completamente de mí, el tiempo, todo se me hizo muy difícil, acostumbrarme a dar pecho, mis cambios físicos”.
“Atravesé el proceso a lado de mis papás y de mi pareja, no estuve sola, estuvieron conmigo siempre”.
Cuando su niña Paula cumplió un año de edad, ella regresó a la preparatoria, pero no la pudo concluir, le faltó un año. Aunque su esposo se hacía cargo de los gastos que conllevaba su pequeña familia, ser mamá y estudiante fue otro reto que se le dificultó. Al mismo tiempo, dice ella, tres compañeras más estaban embarazadas.
“El respaldo de mi pareja sí lo tuve, es muy trabajador, nos sacó adelante, aunque como siempre, algunos problemas pues los dos éramos adolescentes y yo quería seguir la vida que tenía antes de tener a un bebé, y él también. Aun así estuvo conmigo”.
El cambio radical en su vida le dejó una lección. Melisa decidió no embarazarse hasta esperar a que su hija tuviera seis años, fue así que a los 23, de nuevo esperaba un bebé, pero con una aparente estabilidad económica, emocional y de pareja.
“Sí fui muy consciente de dejar pasar el tiempo de tener mi primer bebé. Cuando yo lo tuve tenía 16 años y dejé pasar seis años para tener a mi segundo bebé, lo hice para estar mejor económicamente, con mi pareja, y en muchos aspectos de mi vida”.
Con 24 años, a Melisa le espera un futuro académico que dejó pendiente. Sus planes son terminar la preparatoria y estudiar una licenciatura en Pedagogía.
“Mi proyecto de vida es seguir estudiando, quedarme solamente con mis dos hijos, seguir con el pequeño negocio que tengo, hacerme de mi casita y seguir superándome en la vida”.
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LC
