TERROR Y VIOLENCIA: TODOS SON RESPONSABLES
Los hechos de violencia de la noche del 9 de agosto, mostraron la furia del crimen organizado frente a la vulnerabilidad en Guanajuato, con al menos 50 ataques en 13 municipios, que dejaron al menos dos víctimas asesinadas y apenas 11 detenidos.
Con epicentro en Jalisco, el eco de estos actos cumplieron su objetivo en el terror infundido entre la población guanajuatense, mientras los tres niveles de gobierno se vieron incapaces de contenerlos. Las menguadas respuestas a posteriori fueron lo máximo alcanzado para hacer frente a lo inenarrable.
TERROR Y VIOLENCIA
1.- 4T: irresponsabilidad manifiesta
La reacción del grupo criminal de Jalisco fue furiosa, organizada y expansiva con fines de infundir el miedo entre la población, lo más increíble es que no se trata de un caso inédito.
Ayer por la mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador admitió que todo se originó por la detención de varios líderes delincuenciales que se encontraban reunidos en Jalisco.
Aparentemente con información del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) encabezado por Audomaro Martínez Zepeda, elementos del Ejército se les enfrentaron y los detuvieron.
No se pueden precisar más datos, por que el presidente no dijo más. Se limitó a esbozar los daños que provocaron los miembros de este cártel, ante la intervención de los agentes de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) a cargo de Luis Cresencio Sandoval González, y de la Guardia Nacional bajo la responsabilidad de Luis Rodríguez Bucio.
De nada sirvieron la experiencias desastrosas del pasado.
En 2008, sujetos armados se enfrentaron con policías municipales, federales ministeriales y del Ejército en Jalisco, en una persecución que causó caos en Jalisco y se extendió por la carretera de León-San Francisco del Rincón; autos chocados y civiles lesionados dejó este primer antecedente.
En 2015, la llamada “Operación Jalisco” que se desplegó contra el mismo cártel, derivó en 39 bloqueos en esa entidad, además de ataques por aire y tierra contra elementos federales y del Ejército. Las represalias se extendieron a Colima, Michoacán y apenas a los municipios de San Francisco del Rincón, Purísma y León.
En octubre de 2019, tuvo lugar la fracasada operación para detener a Ovidio Guzmán López, hijo del afamado capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, articulada para tratar de cumplir una orden de aprehensión girada en Estados Unidos. Se vieron obligados a liberarlo tras los actos de represalia del Cártel de Sinaloa.
El presente nos muestra un grupo delincuencial ya instalado en diversos municipios de Guanajuato a lo largo del corredor industrial, que no dudo en activar sus redes. Los más de 6 mil elementos de la Guardia Nacional no sirvieron de nada para prever y coordinar acciones.
Otra vez, la irresponsabilidad de un operativo federal incompleto, dio al traste con la seguridad de los ciudadanos.
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2.- El pasmo estatal
Al cierre de esta edición, no se tiene al menos un reporte con cifras oficiales al número de comercios, automóviles, civiles y demás siniestros perpetrados por los criminales que respondieron desde Guanajuato al llamado de sus líderes en Jalisco. En buena medida se debe a la errática reacción del gobierno estatal.
Al menos cuatro aciagas horas transcurrieron desde los primeros reportes surgidos alrededor de las 9 de la noche en Irapuato –epicentro que acumuló 13 ataques con quemas a negocios y vehículos-, hasta pasada la 1 de la madrugada cuando León y los pueblos del rincón reportaron los últimos hechos.
En ese transcurso sólo hubo dos mensajes oficiales a través de twitter.
El primero rayando las 10 de la noche con la Secretaria de Gobierno, Libia Denisse García Muñoz Ledo, indicó como únicos los sucesos de Irapuato y Celaya, asegurando –sin estarlo- que todo estaba bajo control. El segundo fue después de las 12 de la noche, con el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, avisando que estaba al pendiente de los hechos.
No hubo capacidad de respuesta de la Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, vaya, ni del Secretario de Seguridad Pública, Alvar Cabeza de Vaca, quien se dedicó a retuitear los mensajes de su jefe.
La amplia gama de tecnología adquirida por estado brilló por su ausencia. Al no haber coordinación a raíz del operativo federal en Jalisco, menos la hubo para coordinar esfuerzos o reforzar a las policías municipales. Todo se desplegó hasta después de que las células delincuenciales cumplieron su cometido.
Ayer Rodríguez Vallejo tuvo que topar su agenda con este tema. Un escenario que quizá no imaginó tras haber cerrado el día anterior con la foto conjunta que se tomó con todos sus predecesores panistas. Una inoportuna estampa que antecedió a la violencia tan presente en Guanajuato.
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3.- Municipios rebasados
Justo cuando el asedio contra las policías municipales retomó su trágica cuenta de asesinatos, sobrevino este despliegue criminal.
En Irapuato, donde se vivieron los momentos más álgidos con 13 comercios agredidos, el gobierno de Lorena Alfaro García, enfrenta una reconfiguración de su policía municipal tras una serie de asesinatos. Aunque presumió que estos actos no dejaron víctimas, en el transcurso de ayer se documentaron dos personas asesinadas en los ataques.
En pésimo momento llegaron estos actos para la alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez Campos, quien se encontraba en visita de cortesía por la CDMX para visitar al dirigente del PAN, Marko Cortés Mendoza. Prácticamente 24 horas después pudo reaccionar con un mensaje a la población presumiendo cuatro de las once capturas.
Javier Mendoza Márquez de plano decidió no enfrentar el tema de Celaya. Como alcalde decidió no abordar más el tema de la seguridad, para remitirlo por completo a su Secretario de Seguridad Ciudadana, Jesús Rivera Peralta, quien también enfrenta la grave amenaza del asesinato de policías al ser una plaza en plena disputa delincuencial.
En Guanajuato capital, estos actos se extendieron con efecto similar. El tema es que el alcalde Alejandro Navarro Saldaña, decidió violar todo protocolo para enfundarse en un uniforme de policía simulando un patrullaje, que ‘ni con él’ pudo dar con los autores a los ataques que pusieron en jaque a la ciudad patrimonio.
Así, en estos cuatro municipios como en Salamanca, Silao, San Francisco del Rincón, Purísima del Rincón, Valle de Santiago, San Miguel de Allende, Dolores Hidalgo, Abasolo y Apaseo el Grande, el repliegue les obligó a dedicarse al mero recuento de los daños, mientras el terror y el desamparo se apoderó de sus calles.
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CONTRA RETRATO
Alejandro Gertz Manero
Si hay un responsable de perseguir al crimen organizado, de establecer el estado de derecho, de procesar las detenciones del fuero federal y realizar las investigaciones, es él. Lastimosamente para la mayoría de los mexicanos, su mente se ha ido en reyertas personales y políticas en sus primeros tres años de gestión.
El Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero es para muchos el gran ausente cuando se habla de las operaciones de los cárteles criminales en los estados. Por ello su papel será medular para llevar ante la justicia federal a los autores de los actos terroristas realizados en Jalisco y Guanajuato.
Perpetrados evidentemente para infundir temor en la población, los actos del grupo criminal que interrumpió la vida de guanajuatenses y jaliscienses, tienen justificación de sobra para ser tratados a otro nivel y no dentro del fuero común.
De acuerdo a lo dicho por el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, los once detenidos se suman a los cinco confirmados en Jalisco. De estos se dará cuenta a nivel federal, lo que hace pensar en la intervención de la FGR. La cosa es que le de seguimiento real y sin interrupciones.
Con varios asuntos truncos, la despiadada realidad se le agolpa a un fiscal general de la república, en un paso muy similar al que deja su homólogo en Guanajuato, Carlos Zamarripa Aguirre. Ambos con la impunidad a cuestas y una autonomía tomada como patente de corso.
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