Dedican en el Tec altar a Diego Becerra, estudiante asesinado en taller de Celaya

Luz Zárate

Celaya.- Estudiantes de la carrera de Ingeniería Química del Instituto Tecnológico de Celaya, realizarán un altar para recordar a Diego Becerra Becerra, el estudiante que fue asesinado junto con sus dos hermanos –Ulises y Rogelio-, en el taller de wrapping ‘Becca Cars’ en donde trabajaban el día de la tragedia.

Para ello, pidieron apoyo de los estudiantes y las personas en general, para comprar el material necesario para crear el altar de muertos.

A través de sus redes sociales la Asociación Estudiantil de Ingeniería Química del Instituto Tecnológico de Celaya (ASEIQ), solicitó el apoyo en especie o económico para poder realizar el altar.

“Necesitamos de su ayuda para hacer el altar, se va a dirigir en honor a nuestro compañero que lamentablemente falleció Diego Becerra, él era vicepresidente del ASEIQ anterior. Entonces, si ustedes quieren prestar o donar material para hacerlos es bien recibido. Si no pueden apoyar con material pueden apoyarnos de manera económica donando desde diez pesos hasta donde sea su voluntad, el dinero será para comprar material que haga falta”, exhortaron los estudiantes.

Para los interesados, se proporcionó la cuenta de Bancomer 4152313695558903 a nombre de Luis Humberto Lizcano Silva, y los productos en especie se pueden entregar en el cubículo de la ASEIQ en el Campus 1 del Tecnológico de Celaya de 7:00 a 17:00 horas.

Los hermanos eran jóvenes emprendedores

El año pasado los hermanos Ulises, Diego y Rogelio Becerra Becerra, además de Arturo Lara, de 16 años, fueron asesinados por un comando armado en su taller de wripping ‘Becca Cars’.

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Familiares, amigos y conocidos de los jóvenes, platicaron que los tres hermanos no debieron morir de esa manera, pues eran emprendedores, positivos, talentosos, buenas personas, ajenos a actividades delincuenciales y que fueron asesinados por negarse a ser extorsionados cuando lo único que buscaban era superarse y salir adelante.

Los hermanos Becerra compartían el gusto por trabajar en el detallado y acabado de pintura de automóviles, conocido como wrapping y juntaron sus talentos para echar para adelante el negocio que poco a poco se fue creando de prestigio y clientes.

Diego combinaba el trabajo con el estudio pues cursaba Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de Celaya y además era vicepresidente de la Asociación Estudiantil de Ingeniería Química de su escuela. Lo describían como un joven alegre, amable, propositivo, responsable, siempre con ganas de ayudar, que le gustaba todo lo relacionado a los coches y el wrapping, y en algún momento enamorado de andar en patineta.

LC