Galería | Así se vivió el tradicional Barrio de San Miguel en Celaya con ‘el paseo del dragón’
Celaya, Guanajuato.- Este viernes, las calles del tradicional Barrio de San Miguel se llenaron nuevamente de color, música y fuego, luego de que se llevara a cabo una de las celebraciones más emblemáticas de la ciudad: la posada, que durante casi cinco décadas ha combinado fervor religioso con expresiones culturales únicas.
El evento tuvo como eje central el simbólico "paseo del dragón", el cual, luego de una misa en el mismo barrio de San Miguel, inició su recorrido desde el atrio, continuando por la calle Javier Mina hasta el bulevar Adolfo López Mateos. Luego, siguió por la calle Ignacio Allende, el jardín principal, El Carmen y regresó por la calle Benito Juárez hasta la calle de Pípila, donde, en la estación de Bomberos de Protección Civil, le lanzaron agua después de la lucha entre el bien y el mal, en la que el bien salió vencedor.
El dragón es una monumental figura de 15 metros de largo y 400 kilogramos de peso, elaborada artesanalmente con papel, cartón, varillas y alambre. Este dragón, que requiere el esfuerzo conjunto de alrededor de 200 hombres para ser transportado, recorrerá cuatro kilómetros de las calles del barrio, en un trayecto que dura aproximadamente una hora y media.
El espectáculo se completa con un toque de magia: el dragón “escupe fuego” gracias a un tragafuegos que, oculto entre la estructura, lanza llamaradas desde las fauces de la criatura, creando una ilusión que asombra a los asistentes, quienes corren por las calles para ponerse a salvo del mal.
La figura del dragón, en esta celebración, evoca el relato bíblico de San Miguel Arcángel, patrono del barrio y conocido como el líder de las milicias celestiales que derrotó a Luzbel en una batalla cósmica. Según la tradición, el demonio caído tomó la forma de un dragón al ser arrojado a la Tierra, convirtiéndose en símbolo del mal.
El recorrido del dragón culmina en el atrio de la iglesia, donde la figura llega desgastada por el agua y el fuego, simbolizando la victoria del bien sobre el mal. Allí, entre la música de un grupo en vivo y el entusiasmo de los asistentes, se reparten aguinaldos a los niños, reforzando el sentido comunitario y festivo de la celebración.
Fotos: Ramón Ramírez
Además del paseo del dragón, la posada incluye danzas tradicionales, una misa solemne, un convivio comunitario y un baile que se extiende hasta las 11:00 de la noche. Este evento, que reúne a cientos de familias locales y visitantes, cuenta también con la participación de comerciantes de la zona, quienes colaboran gustosamente para que esta gran tradición no termine y siga a través del tiempo.
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