Sin lugar a dónde ir; familia de Celaya se reinstala al otro lado de las vías
Luz Zárate
Celaya.- La familia que se resistió al desalojo que hizo la empresa ferroviaria Ferromex, improvisó al otro costado de las vías del tren de donde fueron desalojados, una pequeña vivienda formada con sus propios muebles y colchones. Aseguran que ahí se van a quedar hasta que encuentren un lugar a dónde ir o sean ayudados por el gobierno municipal.
Son 16 personas, entre ellas 6 niños -el más pequeño de 7 meses, el resto entre 5 y 9 años de edad-, 3 adolescentes y 7 adultos los que durmieron bajo la lluvia, a sólo unos tres metros de las vías del ferrocarril; esto luego de que el martes llegó personal de Ferromex junto con decenas de policías municipales a desalojar y derrumbar unas 15 casas que estaban ubicadas en el derecho de vía de la carretera alterna a Villagrán.
“¡Ferromex fue cruel, nos sacaron sin pensar en los niños!”, dijo Aketzaly Bobadilla López, de 27 años.
“Hasta que encontremos un hogar vamos a estar aquí, qué más quisiéramos que ahorita viniera alguien y nos ayudara, nos dijera: en tal lugar te vamos a dar alojamiento, pues nos vamos, qué vamos a estar haciendo aquí, sin tener agua, sin tener nada, dónde hacer de comer”, afirmó la joven.
La mujer fue una de varios integrantes de la familia que se aferró el martes a la puerta y paredes de su casa hechas a base de madera, láminas y cartón; ella, su mamá, sus niños y sobrinos se negaban a quitarse del frente de la vivienda por “la rabia, coraje y tristeza que les dio que fueran desalojados” y “les quitaran su hogar”.
Luego de unos minutos de gresca entre los miembros de la familia y quienes los estaban desalojando, los afectados accedieron a salirse de la vivienda y permitir que los trabajadores de Ferromex sacaran sus muebles, para que, acto seguido, pasara una máquina retroexcavadora por encima de la casa en la que vivieron 15 años.
Los muebles, su ropa y todas sus pertenencias las pasaron del otro lado de la vía -frente a donde tenían su casa-, ahí acondicionaron un pequeño cuarto cuyas paredes eran los muebles y colchones, el techo era unas lonas que les regalaron.
“Fue muy cruel Ferromex, porque no pensó en los niños, en personas de la tercera edad, nos sacaron, nos vieron que estábamos aquí y no les importó que aquí nos quedamos lloviendo. Ferromex si hubiera querido desde un principio evitarse este problema, lo hubieran hecho (el desalojo) desde el primer día que llegaron las familias a este lugar hace más de 40 años, nosotros somos los únicos, han pasado muchas personas. No somos la primera generación que estamos aquí, yo soy una generación, mis hijos son otra”, afirmó.
Aketzaly dijo que no se han ido del lugar porque no tienen un sitio a donde mudarse, tampoco tienen dinero o alguien que los ayude.
Preocupada y triste, platicó que tendrán que empezar desde cero, pues no sólo se quedaron sin casa, ahora su refrigerador, estufa, televisión y otros muebles se les echaron a perder con la lluvia que sucedió durante la tarde y noche del martes.
“Nos vamos a quedar mientras aquí, no tenemos para una renta, en donde quiera nos van a pedir dinero y si no completamos nos van a sacar igual que aquí, mejor buscar un lugar bien para ya quedarnos de planta, para no volvernos a exponernos a esto. Ahorita lo que queda es buscar un lugar y seguir adelante, buscar un lugar y volver a comenzar de nuevo”, señaló.
Reconoció que el DIF municipal les ofreció que se quedaran en un albergue, pero debido a que sólo sería una noche no accedieron, pues ellos piden un lugar donde puedan asentarse definitivamente.
“Vino el DIF, nos trajo leche, pañales, cereal para los niños, nos dijeron que andan buscando la manera de cómo ayudarnos. Lo del albergue no lo aceptamos porque nos dijeron que era una noche, luego nos dijeron que máximo dos noches, y ahorita están viendo la forma de cómo ayudarnos, ya van dos veces que han venido. Se nos mojaron las cosas, ya todo se echó a perder”, platicó.
Mientras que resuelven a dónde se van a mudar, buscan entre sus cosas y las de las otras casas demolidas, el fierro que puedan pepenar para venderlo y de ahí obtener ingresos para comprar comida y para pagar una renta.
Aunque reconoce que sí les da miedo estar, permanecer y dormir a unos tres metros de la vía del tren, en este momento es la única opción que tienen.
“Sí nos da miedo, pero a dónde me voy a ir a meter si no tengo, qué más quisiera yo que darle la seguridad a mis hijos, pero no tengo la posibilidad. A todos mis familiares nos tocó (golpes) por defender nuestros hogares, porque eran nuestros hogares aunque el terreno no era de nosotros, estamos conscientes, pero aquí vivimos años”.
La familia ha sido ayudada por algunas personas que han acudido a regalarles un poco de comida, alguna lonas e incluso, una mujer se ofreció a cuidarles sus perros mientras encuentran un lugar para reubicarse, pero insisten en que el gobierno les apoye.
“La alcaldesa Elvira Paniagua sí fue buena para pedirnos el voto, fue buena para prometer, ahora que nos ayude”, dijo Francisco.
Ahí a un lado de las vías, durante todo el día permaneció la mayor parte de los miembros de la familia, hacinados en el interior de un pequeño cuarto hechizo de unos dos metros de ancho por dos metros de largo.
Terminan desalojo
El desalojo que hizo la empresa ferroviaria Ferromex a familias que invadían el derecho de vía en la carretera alterna a Villagrán –entre la Avenida 12 de Octubre y el Eje Manuel J. Clouthier– terminó este miércoles con la demolición de las últimas casas construidas con láminas, cartón y madera.
Quedaron pendientes algunas construcciones que son extensión de negocios y empresas que están ubicados en la Avenida Constituyentes y que se ampliaron hacia atrás invadiendo el derecho de vía. A estas propiedades enviará Ferromex un oficio en el que se establezca el plazo para que desalojen y derrumben su construcción.
El operativo de desalojo comenzó el martes a las 9 de la mañana y este miércoles alrededor de las 15:00 horas terminaron de derribar las últimas casas que estaban instaladas a un lado de las vías del tren y donde vivían decenas de familias desde hace 20 y hasta 40 años.
En el lugar donde se realizó el desalojo y tras el paso de la máquina retroexcavadora sobre unas 15 casas, sólo quedó el cascajo, restos de muebles, materiales de construcción y vegetación, además de toneladas de basura. También quedaron algunos juguetes que sus dueños no alcanzaron a rescatar, casas donde se resguardaban los perros, gallineros, zapatos y ropa.
Este miércoles terminaron de retirar sus muebles y pertenencias los vecinos de las últimas casas demolidas, a excepción de una familia, la cual fue la única que se resistió al desalojo y quienes continúan al otro costado de lado de las vías, ahí se quedarán a vivir –aseguraron- hasta que encuentren un sitio a donde mudarse.
Jorge Peralta, gerente de relaciones gubernamentales de Ferromex, aseguró que el desalojo no se hizo con la intención de dañar a alguien y que incluso no se inició ninguna acción penal aun cuando esta invasión es un delito federal penado con cárcel.
Señaló que el desalojo se hizo en base a los artículos de la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario y que el personal y apoderados legales dieron aviso a las personas que se encuentran invadiendo el derecho de vía para que se retiren de manera voluntaria, sin embargo, al no acatar estas indicaciones se procedió a solicitar el apoyo de la fuerza pública.
En las vías ubicadas en la carretera alterna a Villagrán se tiene un paso de entre 20 y 25 trenes al día.
LC