Vuelven migrantes a pasar por las calles de Celaya

Luz Zárate

Celaya.- Luego de los hechos de inseguridad y violencia que han sucedido en Celaya, además de la pandemia del coronavirus, ya nuevamente comienzan a pasar por esta ciudad grupos numerosos de centroamericanos que desean llegar a Estados Unidos o las entidades del norte del país.

De acuerdo con lo que los propios migrantes relatan, el año pasado y el antepasado evitaban pasar por Celaya por los sucesos de violencia que han caracterizado a este municipio y la región.

A principios de 2020 disminuyó el flujo de centroamericanos un 70% y hasta un 80% en su punto más álgido de la contingencia sanitaria por el coronavirus.

Eran pocos los que pasaban por Celaya y quienes sí se aventuraban por su sueño americano evitaban quedarse a pernoctar en este municipio, de acuerdo con el personal de la Casa del Migrante.

A pesar de que entre los migrantes centroamericanos se corre el rumor de que en Celaya y Comonfort hay grupos delictivos que los secuestran para pedir rescate por ellos o bien hay grupos criminales que los obligan a delinquir, este sábado se notaron decenas de ellos, quienes pasan por este municipio como parte de su ruta para llegar a la frontera y poder ingresar a Estados Unidos.

“Sí nos enteramos que han secuestrado a unos, pero nos la tenemos que jugar porque en nuestro país las cosas están muy mal. Nosotros cuando pensamos en nuestra ruta ya prevemos que en Celaya las cosas están difíciles, incluso en las caravanas que pasaron hace meses, decían que no querían pasar por Celaya por lo que se dice pero sabemos que ya mejoró un poco y a eso agréguele el virus”, señaló Jonathan Mendoza.

Algunos son deportados

En la última semana ya se han notado decenas de centroamericanos descansado sobre las vías del ferrocarril en avenida Anenecuilco en diferentes momentos del día, pues unos pasan por la mañana y siguen su camino y otros se quedan a descansar un poco más.

Sin embargo, muchos de ellos no llegan porque son deportados a su país de origen, porque en el camino se topan con policías federales, militares o personal de seguridad ferroviaria que los agrede, intimida o extorsiona, o porque los grupos delictivos los incitan a unirse a delinquir y, en el peor de los casos. los secuestran.