Callejón de las Ánimas en Guanajuato 'se cae a pedazos'; vecinos denuncian riesgo de derrumbes

Guanajuato, Guanajuato.- Se caen a pedazos múltiples casas en el Callejón de las Ánimas; la humedad las ha afectado desde hace meses, y Protección Civil no interviene. Un predio donde se resguardan productos del Mercado Hidalgo está por derrumbarse.

El Callejón de las Ánimas se ha vuelto un foco rojo para sus habitantes, ya que quienes necesitan circular hacia el Centro Histórico o subir a Contra Presa de Gavira deben evadir más de cuatro predios que, desde su interior, se están destruyendo por la gran cantidad de humedad y por la antigüedad sin intervención en los inmuebles.

Para la señora Mónica, que vive en la parte superior de Ánimas, es un incómodo pasaje, ya que, además de ver cómo casas grandes se caen a pedazos, el vandalismo está presente, y los grafitis o pintas son testigos de ello.

“Aquí abajo hay varias casas que por años hemos reportado, ya nos cansamos. Mejor que se caigan y que la autoridad ponga orden, porque al final del callejón, en Gavira, hay una casa que está toda chueca y la pared se ve que un día se va a venir abajo”, explicó.

Incluso Héctor González, un adulto mayor, comentó que una de las casas principales es la que resguarda objetos, productos orgánicos, materiales e insumos de los locatarios del Mercado Hidalgo, quienes a diario van y vienen. Por ello, el predio se encuentra en pésimo estado, ya que nadie se preocupa por darle una rehabilitación adecuada.

“Fíjate que ahí abajo, en la casa de los del mercado, entran y salen diario muchísimas personas, y creo que nadie se preocupa por invertir en ese muro. La última vez, Protección Civil ni nos hizo caso, como que ya saben que se va a caer y solo esperan el incidente”, dijo.

Al recorrer gran parte del callejón céntrico, se pudo verificar que, en efecto, las denuncias confirman que, por el tiempo, el clima y las condiciones de los predios, varias casas muestran signos de vandalismo, lo que indica que hace mucho no se les da mantenimiento por parte de los particulares. Sobre todo, no hay intenciones de mejorar el entorno.

Por otro lado, don Agustín señaló que, con las lluvias, el callejón se vuelve peligroso por la corriente que baja, y porque algún muro o loza podría caerles encima. Por ello, suben y bajan con muchísimo cuidado o, de plano, circulan por otro lado, hacia Peñitas, para evitar riesgos.

“Deberían de grabar cuando cae el agua, cómo corren todos. Los niños se empapan, algunos se han caído. Aquí es peligroso con esas casas que nunca atienden, ojalá nos tomen en cuenta”, comentó el capitalino.

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