Amazon recibe una multa de 30 millones de dólares por vulneraciones a la privacidad en Ring y Alexa
Los Ángeles, Estados Unidos.- Malas noticias para Jeff Bezos. Amazon tendrá que pagar 30 millones de dólares en multas como consecuencia de diversas vulneraciones a la privacidad de sus usuarios de dispositivos Ring y Alexa. En ambos casos el problema radica en el mal uso de las imágenes y las grabaciones de voz registradas por las cámaras y los micrófonos de estos dispositivos, despertando aún más las preocupaciones en torno a los asistentes del hogar.
La filtración de videos y grabaciones de sonido en nuestro propio hogar puede ser realmente peligrosa. Por eso, se recomienda siempre revisar los ajustes de seguridad de cada dispositivo, cerrar la cámara con su pestaña manual siempre que sea posible, y proteger la conexión a internet de nuestro hogar con un VPN, que es un sistema de ciberseguridad capaz de encriptar nuestra conexión y mantener a raya a los hackers que traten de vulnerar nuestros asistentes.
Los problemas de privacidad de Amazon son varios, no uno solo
La multa de 30 millones de dólares a Amazon responde no solo a uno, sino a varios problemas con sus dispositivos Ring y Echo (es decir, Alexa). En ambos casos se trata de dispositivos para el hogar conectados a internet que incorporan una cámara y un micrófono, si bien tienen usos diferentes. La serie Ring son esencialmente timbres inteligentes que se instalan en la puerta, mientras que la serie Echo/Alexa son asistentes virtuales para el hogar con más funciones.
En ambos casos, se denuncia que Amazon cedió de forma ilegítima el acceso a las grabaciones de video y de sonido de estos dispositivos a empresas de terceros, en numerosos casos lucrándose en el proceso. Estas empresas de terceros no estaban autorizadas para gestionar los videos privados de los hogares de miles de personas. Y, peor aún, hicieron un uso inapropiado de estos videos, o los almacenaron en sus sistemas de forma deficiente.
El comportamiento espeluznante de algunos empleados de Amazon
También hubo infracciones muy serias por parte de los empleados de la propia Amazon. En concreto, destaca el caso de un empleado que comenzó a espiar a decenas de usuarias de la línea Ring a través de las cámaras instaladas en sus dispositivos. Este empleado pasó incontables horas mirando a estas usuarias en el baño y otros lugares: un comportamiento abusivo que no fue detectado por la compañía hasta que otro empleado lo denunció.
El hecho de que los asistentes de Amazon hayan sido utilizados con tanta ligereza por sus propios empleados pone de relieve una problemática mucho mayor, y hace saltar las alarmas en torno a la privacidad de millones de hogares, que ya cuentan con estos dispositivos en muchas de sus habitaciones. ¿Cuántas infracciones de este tipo pueden estar teniendo lugar sin el conocimiento de la propia Amazon?
La protección de la infancia, más importante que nunca
Quienes tengan niños en casa deben hacer un uso especialmente prudente de sus asistentes virtuales, como se deduce de esta multa. Otra de las razones por las que Amazon tuvo que pagar estos 30 millones de dólares es el uso inapropiado de grabaciones de niños en el contexto de su hogar. Amazon no solo fue incapaz de eliminar las grabaciones de niños a petición de sus padres, sino que, además, mantuvo su geolocalización en sus servidores.
De esta manera, cualquier depredador que tuviera acceso a estos videos –y acabamos de ver que Amazon con frecuencia cedía el acceso a estas grabaciones a empresas de terceros– podría
saber en qué horarios se encontraban los niños solos en casa, espiarlos sin su consentimiento, y conocer la ubicación exacta de su domicilio. Las consecuencias podrían ser sencillamente aterradoras, y el origen de todo esto sería un simple asistente virtual.
¿Cuál es el precio a pagar para decir ‘Hola, Alexa’?
Es indudable que los asistentes virtuales como los de la línea Echo de Amazon o los timbres de la línea Ring aportan un valor considerable en términos de comodidad, entretenimiento, e incluso compañía para millones de personas en todo el mundo. Los asistentes se pueden emplear para escuchar música, ver videos, hacer consultas, llamar a familiares, o incluso ponerse en contacto con los servicios de emergencia si es necesario.
Sin embargo, no debemos olvidar que hacer uso de estos asistentes implica llenar nuestro hogar con cámaras y micrófonos conectados las 24 horas a internet. Los peligros potenciales derivados de esto son extraordinarios. Nunca antes habíamos renunciado hasta tal punto a nuestra privacidad en el hogar, y multas como la que tiene que pagar Amazon demuestran que estos riesgos son muy reales. ¿El precio de nuestra privacidad es poder decir ‘Hola, Alexa’?
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