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Como hace más de 43 años, Petra Ramos celebra en grande a la Virgen de La Candelaria

Ni la pandemia pudo con la fe de Doña Petra y de varios creyentes, quienes como cada año visitaron a la Virgen de La Candelaria, que la mujer tiene en su casa
Irapuato

Maria Jose Soto Pallares

Como hace más de 43 años, Petra Ramos celebra en grande a la Virgen de La Candelaria

Ni la pandemia pudo con la fe de Doña Petra y de varios creyentes, quienes como cada año visitaron a la Virgen de La Candelaria, que la mujer tiene en su casa

Nayeli García
Irapuato.-El miedo a la pandemia no fue obstáculo para que Doña Petra, cumpliera la promesa que le hiciera hace más de 43 años a Doña Demetria Arredondo, de festejar y dar gracias a la Virgen de la Candelaria por todos los favores y la felicidad recibida durante el año.

En La Candelaria es una tradición que cada dos de febrero, Doña Petra Ramos abre las puertas de su hogar para dar de comer a toda aquella persona que se acerque a visitar a su pequeña Virgen de la Candelaria, que exhibe en una capilla dentro de su casa, junto al Cristo de los Milagros.

Los visitantes llegan de todas partes, algunos por primera vez acudieron a la capilla para conocer la imagen religiosa y pedir que no los deje solos en su caminar.

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Eso, a doña Petra la llena de orgullo y alegría, pues el ofrecer comida a todo aquel que llegue a su casa, es una forma de agradecer y compartir la dicha que ella siente, por lo que el dos de febrero es una fecha especial para sus nueve hijos y su esposo.

El año pasado no acudió tanta gente a la celebración, a causa de la pandemia pero este año, las personas regresaron a visitar a la Virgen y es que aunque existe el miedo a contraer la enfermedad puede más el deseo de dar gracias.

“Como que yo no tengo mucha desconfianza, ellos sí (sus hijos), como ya estamos grandes mi esposo y  yo, y decían que no fuera para mucha gente, pero la gente se mete ¿cómo la vamos a correr’”, comentó Doña Petra quién a sus 78 años de edad, gusta de compartir un plato de arroz y mole a todo aquel que así lo desee.

Y es que la imagen, la recibió de manos de Demetria Arredondo, una de las primeras personas que llegaron a vivir a esa zona, y quién le confío la Virgen, antes de morir.

La Candelaria es celebrada a lo grande, pues a las afueras de la capilla, la calle se llena de puestos diversos y tradicionales de las fiestas patronales, así como una parcela es el lugar idóneo para colocar juegos mecánicos y el escenario para tener música en vivo, todo en honor para la virgen.

En la preparación de la fiesta, es evidente, que como dice Doña Petra “ya nos vale” la pandemia, pues niños y personas adulta se pasean sin las medidas sanitarias básicas, como es el uso del cubre bocas.

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