Acusan protección a curtidores de León en reforma al reglamento de Sapal
El hermano de una de las víctimas e ingeniero Ambiental advirtió que la reforma al reglamento de Sapal apenas reduce los niveles de contaminación
Carolina Esqueda
León.- La reducción de niveles de contaminación toleradas en el reglamento del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (Sapal) no son significativos. Así lo advirtió el familiar de una de las víctimas del accidente en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Arroyo Hondo.
Modificar la normativa para reducir los niveles de contaminación permitida en las aguas residuales, fue parte de las negociaciones entre el municipio y familiares de los trabajadores fallecidos en el accidente del 13 de noviembre de 2020.
Sin embargo, el hermano de una de las víctimas advirtió que la reducción no fue significativa. Incluso acusó que de forma inexplicable se aumentó la concentración de cromo.
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Luis Ángel Briseño Rangel estudió Ingeniería en Tecnología Ambiental y tiene cuatro años de experiencia en plantas tratadoras de aguas residuales. Advirtió que, con los valores actualizados, no se detendrá el deterioro de la planta. Algo que sostiene, fue lo que produjo la muerte de su hermano Víctor Ricardo junto con las de José Salvador Afanador Martínez, Alberto de Jesús Silva, Omar Ignacio Martínez Flores y Juan Antonio Méndez.
“La reducción es casi nula y no aportará a que el módulo de desbaste no tenga la chatarrizacion que tiene por la descarga de contaminantes.
Por otra parte, subir la concentración de cromo es absurdo por lo costoso que se vuelve el tratamiento físico-químico para tratar el agua con estas características”, dijo, tras ser consultado al respecto.
Privilegian a curtidoras
La asociación Acción Colectiva Socioambiental, que acompañó a las familias de tres de las víctimas durante todo el proceso legal, denunció desde el jueves que con la reforma al reglamento aprobada el 23 de junio de 2020 se autorizó elevar un 30% en promedio los niveles de contaminación permitida, provocando el rápido deterioro del módulo de desbaste en Arroyo Hondo.
Como parte de las negociaciones con el municipio, los familiares habían pedido que las tablas de valores regresaran a los establecidos hasta 2017. Momento en que el reglamento no contenía una distinción entre sectores doméstico e industrial y los parámetros eran los mismos.
Industrias reciben “otro trato”
En la reforma de 2020 se establecieron dos tablas adicionales para el sector industrial. En la tabla 1, para los establecidos en zona urbana que llevan a cabo procesos de teñido en azul y subsecuentes, se permitió que el nivel máximo de sólidos suspendidos pase de 350 a 3 mil mg/L (miligramos por litro); mientras que, el de grasas aumentó de 100 a 200 mg/L.
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La tabla 2, para la zona industrial que vierte sus descargas directamente al módulo de desbaste, se permitió que los sólidos sedimentables pasen de 10 a 81 mg/L. Mientras que en los suspendidos se elevó hasta 7,500 y el de grasas y aceites hasta 2,038 mg/L.
En ambos valores, también se permitió que la medición de contaminantes, expresados en demanda química de oxígeno (500 mg/L DQO) y demanda bioquímica de oxígeno (350 mg/L DBO) correspondientes al agua medianamente contaminada, se eleven a niveles de agua extremadamente contaminada. Además sus concentraciones serán de 11,500 mg/L DQO y 4,400 mg/L DBO en la tabla 1, mientras que para la tabla 2 se permitieron 15,000 mg/L DQO y 6,179 mg/L DBO.
Solo pidieron opinión de Sapal
Para establecer las mediciones a la baja, en la mesa de trabajo solamente se tomó en cuenta la opinión del director del Sapal, Enrique de Haro Maldonado, quien solamente propuso reducir los niveles de DBO y DQO para la tabla 1. Aunque mantuvo los parámetros de contaminación extrema, mientras que para el cromo pidió una reducción del 7% en ambas tablas, dejando como máximo permitido 65 mg/L.
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Luis Ángel Briseño aseguró que esta reducción está 130 veces por encima del nivel permitido por la NOM-001 de la Semarnat, mientras que a los residuos sólidos y otros compuestos, ni siquiera se los tomó en cuenta.
“No hay dentro del comité alguien que conozca del tratamiento de agua y es muy técnico para que lo propongan de esta manera. Debería de existir profesionistas que conocen del tema o consultores que se dedican al diseño de plantas de tratamiento para ser críticos en los límites máximos permisibles”, cuestionó el ingeniero ambiental.
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LC