Barrio Arriba muestra con orgullo su historia de impulso a la curtiduría en León
León, Guanajuato.- El Barrio Arriba es una de las zonas que dio origen a la Ciudad de León. Su aporte también fue a la consolidación de una industria que identifica a nivel nacional e internacional al municipio, la curtidora.
El Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) recoge que el origen del Barrio Arriba data de 1597 cuando a los mulatos se les dio un lugar ubicado al norte del “casco de fundación” para que lo pudieran habitar, apartando así a la población no española. También era conocido como el “El Barrio de la Canal” o “Barrio de la Salud”.
En un inicio sus actividades económicas se centraron en la agricultura y la ganadería. Fue hasta mediados de 1800 que comenzaron a prosperar los talles de curtiduría en la zona, esto bajo la educación de los llamados “maestros del oficio” traídos por Julián de Obregón desde Puebla para enseñar oficios en la ciudad. Por ello fue considerado como uno de los impulsores de la industria manufacturera en León.
La industria curtidora se consolidó en el Barrio Arriba con el apoyo de industriales franceses, quienes introdujeron nuevos métodos en el tratamiento de las pieles.
“La actividad económica se sustentó en el comercio y la curtiduría, lo que mejoró las condiciones de los habitantes de este barrio. Sin embargo se le siguió considerando un lugar de convivencia de sectores de bajos recursos, donde la esperanza de mejorar la calidad de vida atendía a una religiosidad de raíz virreinal. Prueba de esto es la construcción de una numerosa cantidad de capillas y templos, los cuales en su mayoría fueron iniciativas populares”, señala en IMPLAN en el Plan Maestro de Regeneración Barrio Arriba.
La ubicación del Barrio Arriba también favoreció el desarrollo de dicha industria, esto al contar con abundantes cuerpos de agua, un ejemplo fue “Canal del Ojo de Agua”, que más tarde se convirtió en Florencio Antillón y luego en el Parque Hidalgo.
Durante 1900 los talleres de curtiduría crecieron e hicieron frente al freno que representaron las afectaciones por la Revolución o desastres naturales. La identidad del barrio estaba marcada también con el surgimiento del equipo de futbol de la Unión de Curtidores en 1928.
“Bajo este contexto los trabajadores se convirtieron en pequeños empresarios, mejoraron notablemente sus ingresos y conformaron una numerosa clase media”, recoge el IMPLAN.
Se reconoce desde el organismo municipal que la falta de control durante décadas sobre la industria curtidora en Barrio Arriba derivó en consecuencias ambientales o incluso de daño a infraestructura como la red de tuberías en la zona.
“Otra resultante es la problemática ambiental que se genera debido al uso intenso del agua potable y la contaminación de ésta por los procesos de la curtiduría. Buscando remediar estas problemáticas el gobierno comienza a implementar acciones como la aplicación de políticas restrictivas, normas ambientales y urbanas”, se explica.
Es en los años 90 que la industria comienza a enfrentar un reto y que se ha extendido y agravado hasta hoy, el contrabando, el ingreso de piezas extranjeras de forma ilegal y la propia competencia con importaciones legales.
Las políticas públicas en favor del medio ambiente provocaron que empresas consolidadas migraran a clústers industriales con la finalidad de tener un mejor control de la contaminación, aunque en la zona aún prevalecen algunas empresas que conservan el legado del Barrio Arriba a la industria curtidora.
Sobre su rescate, desde el 2012 se generó el Plan Maestro de Regeneración Barrio Arriba, aunque no se han ejecutado sus propuestas, como su integración al primer cuadro de la ciudad como una forma de concretar un corredor.
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