Surgen los campeones del futbol acambarense
Entre música de viento, porras y emociones, la gente disfrutó el momento y celebró la victoria de sus equipos
Onofre Lujano
Acámbaro.- Ambiente de fiesta se vivió en el estadio Fray Salvador Rangel Mendoza, que lució a toda su capacidad para presenciar la jornada de campeones de la liga de futbol acambarense, donde se coronaron Deportivo Jerécuaro, Unión de Loreto, Pericos del Tenorio y San Pablo Pejo.
Entre música de viento, porras y emociones, la gente disfrutó el momento y celebró la victoria de sus equipos, de nada valieron las recomendaciones contra el Covid.
En el partido estelar, en la categoría Primera Especial, donde estuvieron autoridades municipales de Jerécuaro yAcámbaro, el equipo Jerécuaro venció 3-2 a Intercarrier. Un partido que resultó de alternativas constantes. Por parte de Jerécuaro los anotadores fueron Rafael Guzmán, Jonathan Sánchez y Leones Morales.
Definen en penales
En la Intermedia, el juego entre Unión Loreto y Parácuaro fue muy parejo, ambos con defensas férreas y poca imaginación en media cancha, se anularon con marca personal.
Al minuto 15, Parácuaro se puso en ventaja tras un error de la defensa, aprovechado por Uriel Cervantes. Fue hasta el 76, cuando el Unión de Loreto logró el empate con gol de su delantero Víctor Castillo.
Todo se definió en tanda de penales, Deportivo Unión de Loreto, atinó uno más y ganó 4-3.
Los Pericos ‘cantan’
En el juego de la Segunda A, el triunfo fue para los Pericos por marcador de 4-1, se decidió hasta el final. Los dos equipos se brindaron en la cancha y fue el cuadro de los Pericos quien se puso en ventaja por medio de su goleador Jair Lujano.
Los campeones fueron amos y señores de la cancha, dominando la mayor parte del partido. Eliseo Venegas marcó doblete para incrementar la ventaja, mientras que Diego Ruiz descontó 3-1 y Alejandro Arriaga puso cifras definitivas
San Pablo Pejo golea
En la categoría Segunda B, el Deportivo San Pablo Pejo se llevó el campeonato al vencer por goleada de 3-0 a Deportivo Rancho la Esperanza, que poco pudo hacer para contener la rapidez de un rival que no tuvo miramientos.