Denuncian saqueos y violencia en operativos de la Guardia Nacional en Loma de Zempoala, Yuriria

Yuriria, Guanajuato.- Habitantes de la comunidad Loma de Zempoala, en el municipio de Yuriria, enfrentaron a elementos de la Guardia Nacional y los obligaron a retirarse, luego de que, desde el martes, ingresaran a cualquier hora del día sin orden judicial. Los pobladores advirtieron que no permitirán el ingreso de la Guardia Nacional, el Ejército ni las FSPE.
Este jueves, al menos siete viviendas fueron allanadas. En una de ellas, los habitantes denunciaron el robo de 170 mil pesos, destinados a la cirugía de un adulto mayor, además de celulares y otras pertenencias. En otras casas, además del saqueo, se reportaron destrozos, agresiones contra un menor de dos años, una mujer con lupus y un hombre con hemodiálisis. También se denunciaron acoso contra mujeres y la privación ilegal de la libertad de un hombre.
María de la Luz Pizano denunció que su hijo, Luis Alfredo Martínez Pizano, fue llevado por la Guardia Nacional el martes por la noche.
“No sabemos ni por qué. Iba llegando a la casa y lo agarraron en la calle sin decir nada. No sé qué hacer. Me dicen que denuncie su desaparición, pero no sé dónde”, relató.
Margarita, otra de las afectadas, narró que la madrugada del jueves los uniformados irrumpieron en su vivienda. “Rompieron todas las puertas y se llevaron las pertenencias de más valor. Se llevaron 170 mil pesos, que teníamos para la operación de mi papá, además de los celulares”, denunció.
Agregó que, durante la manifestación, los elementos de la Guardia Nacional le pidieron pruebas del dinero y le dijeron que era de origen ilícito.
“Me lo mandaron de Estados Unidos para la operación. Acaba de fallecer una tía, tengo la cruz ahí y me hicieron un tiradero con las veladoras. No entiendo por qué”, expresó.
Dijo que no ha presentado una denuncia porque tuvo que llevar a su padre a estudios de laboratorio en Jaral del Progreso. “Deben analizar quién es el culpable y qué está pasando aquí, porque atacan a todos sin razón. A mi papá lo dejaron fuera de casa sin camisa, y está enfermo”, lamentó.
Ignacio Arroyo, otro habitante, relató que la noche del martes fue interceptado por los elementos cuando volvía a su casa. “Me faltaban tres casas para llegar y me detuvieron. Me empezaron a golpear y luego no supe a dónde me llevaron. Parecía una casa. Me pusieron una bolsa y me taparon con el gorro de mi chamarra”, dijo.
Aseguró que fue víctima de tortura. “Me echaron agua para ahogarme. Querían que les dijera cosas que no sabía, pero como no consumo nada, no podía decirles dónde vendían cosas ilegales. Me golpearon, me apretaron los dedos con pinzas de mochar alambre y en la camioneta me arrancaron el cabello del copete”, narró.
Mónica Almanza denunció que los elementos intentaron llevarse a su hijo.
“Es autista. Veníamos de su terapia cuando dos soldados me lo empezaron a jalar. No me lo querían soltar”, dijo entre lágrimas.
Dulce María afirmó que los elementos entraron a su casa sin orden judicial. “Se llevaron televisiones, teléfonos, ropa, tenis y comida. Destrozaron los roperos. También se llevaron los medicamentos de mi cuñada, que está enferma de lupus. Ahora está grave en el hospital, le harán otra quimioterapia”, explicó.
Yaneli relató que el martes los agentes forzaron la entrada a su casa.
“Se robaron cinturones de mi tío, ropa interior, calcetines, y hasta querían llevarse un cazo de carnitas de mi abuelito. Rompieron camas, dañaron el calentador solar del techo. No es justo. Ahora, ¿qué vamos a hacer?”, cuestionó.
Finalmente, denunció que al reclamar los abusos, fue víctima de agresión sexual por parte de los uniformados. “Me manosearon”, acusó.
Marisol Martínez, dijo que, llegaron por la noche los elementos; 08:30 horas, cuando estaban dormidos sus hijos menores.
"Tocaron la puerta, de la ventana quitaron el mosquitero y al abrir mi esposo, Ricardo Rangel, lo agarraron de la camisa y le dijeron, salte de la casa, pero les pregunto, por qué, si no estaba haciendo nada malo, que estaba con su familia. De la Guardia Nacional y Ejercito, se metieron a la fuerza, se llevaron mi cartera con mi dinero, los celulares. Mi esposo, traía en brazos a mi hijo de dos años de edad, se lo quitaron y lo aventaron en la cama y retacho. Mi hijo está golpeado, sangro. Se llevaron a mi esposo, lo regresaron como a las 5 de la madrugada. Lo torturaron. A mí esposo le hacen hemodiálisis y como quiera, no les importo, presenta golpes en todo el cuerpo, con pinzas le apretaron dedos de la mano. Ya no estamos seguros, nosotros no tenemos nada, mucho menos tenemos que ver en algo, más, sin embargo, se meten a las casas"
María de los Ángeles, dijo que, su hijo mayor, trabaja en la empresa Mar Bram en Jaral del Progreso y como le tocó de tarde e iba a llegar de noche, le pidió que comprara de la tienda para que llegara a cenar.
"Mandé a mi hijo que tiene 14 años, y los de la GN lo pararon, le dijeron que era un malo. Le preguntaban por el celular, que le daban cinco para que les dijera donde estaba. Le dieron una cachetada, lo escucharon, le tiraron el dinero al suelo, eran 100 pesos en cambio. Cuando le dijeron que ya se fuera, se agachó a recoger el dinero y le dijeron, no, dárselos a él y se los dio a un elemento y mi hijo llego bien espantado".
Los esposos, Juan Alfaro y Verónica Sánchez, dijeron que fueron amedrentados con palabras altisonantes.
“Íbamos con nuestro bebe y al estar junto a nosotros los guardias y ejército mexicano, sin decir nada, nos empezaron a golpear. A mi me patalearon, puñetazos en la cara, en las costillas, pies, a mi esposa le daban de cachetas, sin decirnos por qué. Les decíamos que nos dejarán ir y no, que nos iban a tener hasta que ellos quisieran, así nada más por su gusto”, dijo, Juan.
Este jueves, pasado el mediodía, los vecinos de la comunidad, Loma de Zempoala, se pusieron de acuerdo para hablar de lo que estaba ocurriendo y saber qué iban hacer, cuando de repente pasó y se detuvo una patrulla con elementos de la Guardia nacional y su reacción fue correrlos.
Durante varios minutos de mujeres y hombres les reclamaron por su actuar y les decían que eran unos delincuentes, que mejor se fueran de su comunidad, porque ya no eran bienvenidos.
“No se va a permitir que entren al rancho, creo estamos mejor sin ustedes, porque claramente ya tenemos miedo toda la gente. Ya no estamos seguros, ya los hijos mejor no van a la escuela. en el SABES, los tenían formados y los estaban golpeando y les hacían preguntas. Ya no estamos seguros, según ustedes nos están cuidando, pero nos están robando todo”, les reclamaron y los de la GN, se subieron a la unidad y salieron de la comunidad.
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