Conoce a Hedy Lamarr, “la mujer más bella del mundo” e inventora del WIFI

Redacción

Austria.- Ella es Hedwig Eva Maria Kiesler, mejor conocida como Hedy Lamarr, nació en Austria el 9 de noviembre de 1914. Su belleza brilló en las salas de cine durante los años treinta y cuarenta. Pero su etapa de actriz es secundaria, si tomamos en cuenta su aportación al mundo: el Wifi.

Desde pequeña sus padres notaron que la chica era superdotada y no resultó una sorpresa que estudiara ingeniería. Pero dejó todo por la escuela de arte dramático.

Después de pequeños papeles en películas poco memorables, en 1932 protagonizó el primer desnudo de la historia del cine, en ‘Éxtasis’. La película fue censurada, pero ya tenía grandes fans, entre ellos, un magnate de la industria armamentista llamada Fritz Mandl. El hombre, algunos años mayor, se convertiría en esposo de Hedy.

Fritz era tan celoso que la llevaba a todos lados, eso incluía reuniones donde se discutía sobre tecnología y armamento nazi. En algunas, estuvieron presentes Hitler y Mussolini.

Hedy aprovechó un viaje de Mandl para escapar a París. Luego huyó a Londres donde tomó un barco rumbo a Estados Unidos. En el viaje conoció a un productor de Hollywood así que al desembarcar, ya había firmado contrato con la Metro-Goldwyn-Mayer.

Hedy rechazó ‘Casablanca’, y estuvo a punto de protagonizar ‘Lo que el viento se llevó’. Pero la vida le tenía deparado un destino mayor.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, ofreció sus servicios al gobierno estadounidense al tener información privilegiada sobre los alemanes. En el departamento de tecnología militar, descubrió que las señales de radio que guiaban los misiles norteamericanos eran fáciles de interceptar. Con un amigo compositor, diseñó un sistema para detectar torpedos, que funcionaba como las teclas de un piano.

Pero los militares subestimaron el alcance del invento. Fue hasta 1962, durante la crisis de los misiles cubanos, que lo emplearon.

Este sistema es precursor del wifi, una primera versión del espectro ensanchado que permitiría comunicación inalámbrica a larga distancia.

Hedy no logró mantener su carrera como actriz, y la faceta de inventora fue su refugio secreto. La industria del cine y sus exigencias la orillaron al consumo de pastillas, a la obsesión con las cirugías estéticas, y desarrolló trastornos mentales.

Murió el 19 de enero del 2000 a los 85 años, debido a una complicación cardiaca.

Jamás obtuvo el reconocimiento que merecía por sus aportaciones a la tecnología, hasta que en Austria, su patria, se declaró Día del Inventor el 9 de noviembre, fecha de su nacimiento.