“A LA MEXICANA…”
Una expresión cultural tan conocida en nuestro país, debe adquirir un mejor significado. Así como los ingleses tienen fama por su puntualidad, los italianos por la calidad de sus telas. Los mexicanos debemos darle una re significación ontologica: somos creativos, cuna de artistas, alegres, solidarios, hospitalarios, valientes, echados para adelante. Desafortunadamente también se nos caracteriza en otros lugares, por flojos, ladinos, habladores. Toda generalización es errónea.
La imagen que proyectamos al mundo y a nosotros mismos, debe mejorar. Por amor a nuestro país, a nuestras raíces, a nuestra cultura, no podemos continuar fomentando esas imágenes grotescas que ahora se difunden en los medios.
Debemos empezar por nosotros mismos y por nuestros políticos; si seguimos como estamos, haciendo las cosas mal, se nos va a deshacer el país en las manos. Los niveles de violencia, son consecuencia de las malas políticas económicas que durante décadas se han implementado. Pobreza, desempleo y corrupción son la enfermedad que padecemos.
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México somos todos, esta es nuestra casa, y si queremos que esté limpia, todos tenemos que poner de nuestra parte, si queremos que se vea bonita, tenemos que arreglarla. Hasta para pintarla tendríamos que sentarnos y decidir de qué color, unos la van a querer guinda, otros la van a querer azul, otros tricolor, unos más verde o naranja. Pero independiente del color debemos entender que es la casa de todos, que todos vivimos aquí, que lo que se decida nos afecta. Por eso lo mejor es cambiar la manera en que estamos haciendo las cosas.
Hay arreglos que pueden llevar mucho tiempo, otros que pueden ser rápidos, otros que son urgentes. Pero tenemos que ponernos de acuerdo; sino la casa, se nos va a venir abajo por no arreglarla. Y ahí perdemos todos incluyendo los partidos políticos, porque ahora solo se observa que cada quien está intentando hacer sus arreglitos por su cuenta, cada quien jalando agua a su molino.
Si nuestros políticos y gobernantes, no tienen la disposición de sentarse a dialogar para ponerse de acuerdo en cómo se van a solucionar los problemas, y entienden que el juego es que todos ganen. Y si para eso hay que ceder en algunos puntos. Hay que hacerlo. Es decir que si creamos las condiciones de diálogo y entendimiento, para hacer la paz, la tranquilidad, seguridad. Podemos hacer que México logre un desarrollo más allá del esperado. Pero se requiere que exista un orden para progresar.
Quien ahora conduce los destinos de nuestro país, debe contar con el esfuerzo de todos; pero si unos van en un sentido (azules y tricolores) y otros (guindas) al contrario, lo único que estamos logrando es que nuestro país no funcione, se paralice. Los políticos tienen la obligación de escuchar la voz del pueblo, esa es la sagrada labor de todos los gobernantes. Todas las voces, incluyendo las disruptivas o incordios; pero sobre todo aquellas que formulen propuestas que aporten soluciones para el desarrollo. Hace unos días alguien me escribió diciéndome que la democracia era un invento, una mentira, que el mismo Platón y Sócrates habían señalado que quienes deben gobernar son los filósofos. Lo que puedo contestar es que no nos gobiernan los filósofos, pero la democracia es dentro de las formas de gobierno, la menos mala. Permite, que cualquier ciudadano, pueda votar por quien quiere que le gobierne. Claro que existente diferencias en la educación y el intelecto, que desafortunadamente la gente con menos recursos económicos, es la que más se reproduce y la más manejable, que puede ser comprada por cualquier beneficio mínimo, pero de eso, a negarles su derecho a elegir, es hacerles un mayor mal. Dejemos de ser esclavos, descolonizar la política y comportémonos como gente civilizada, que sabe ponerse de acuerdo.
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