Adelantar pasos para enfrentar la COVID-19
La presencia de José Medina Mora Icaza, flamante presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en el estado de Guanajuato, para la toma de protesta de su representante en Irapuato, Antonio Rivera, sirvió para que el empresariado guanajuatense supiera que esta organización caminará por otro sendero en la relación con el gobierno de la 4ª. Transformación, el del diálogo y la búsqueda de consensos, antes que la confrontación, como cerró su antecesor, Gustavo de Hoyos Walther.
Hermano del exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Eduardo Medina Mora, José, con 25 años de participación en la Confederación; también es miembro consultivo de Nafinsa y Banamex, la primera, una institución financiera del gobierno mexicano, la segunda un banco privado, lo que le ha permitido también trabajar con el actual gobierno mexicano y tener el pulso de lo que ven los inversionistas extranjeros en su participación con el banco estadounidense.
Resultó interesante su postura, mientras acompañaba al gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, de alentar con la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador la apertura gubernamental para que el sector privado pueda financiar, compra, importar, distribuir y aplicar las vacunas en el sector productivo.
Su postura no carece de sustento. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, autorizó el martes la venta de vacunas en farmacias estadounidenses, a razón de un millón por semana, a partir del 11 de febrero, en una primera etapa, luego se ampliará el volumen de los antígenos, a la vez que se aplica de forma gratuita por el gobierno estadounidense. Dos de los entes privados que han logrado la autorización, ya operan en México: Costco y Walmart.
Lo que le interesa a la Coparmex es adelantar pasos, es decir, lograr la desregulación en México del proceso de adquisición y distribución de los fármacos, en la lógica que la Cofepris solamente está replicando lo que aprueba la FDA estadounidense y no está asumiendo realmente procedimientos profundos de análisis o autorizaciones autónomas de las vacunas. Ir contra lo que disponga la FDA, en esta suerte de dependencia de lo que hacen los Estados Unidos por parte del sector salud federal es, al momento, poco probable. Inclusive para la aprobación de la vacuna Sputnik V, la validación del propio Hugo López-Gatell se hizo tras la publicación de las validaciones en la revista británica The Lancet y no las propias evaluaciones de Cofepris, que se mueve más por lo político que lo científico.
Si logra Coparmex, en esta nueva praxis de diálogo con la Federación, que el gobierno de AMLO facilite las autorizaciones correspondientes, cuando el mercado ofrezca la oportunidad, ya estará en la fila el sector privado mexicano. Esa es la idea. No repetir el fiasco actual, donde las vacunas son mínimas, porque las contrataciones fueron en realidad meras promesas de compra, no de venta, ojo, y los pagos se han hecho a cuentagotas y detrás de muchas otras naciones. Todo por esperar a que la ONU nos arreglara el problema. Ya ni se diga de la carencia de otros medicamentos por la poca eficacia en las compras consolidadas nacionales.
El sector privado está actuando en defensa propia con esta propuesta de Coparmex, donde el Estado no cumplió su papel con la sociedad. Lo dijo con claridad Medina Mora: quieren la reactivación, pero con las medidas de sanidad, colaborando con la autoridad, sobreviviendo en sus negocios y buscando alternativas de solución para recuperar la economía.