Atemperar crisis, desafío político
La doctrina positivista, sostuvo, según los enterados que: es necesario prever, para proveer. Sin embargo, para prever hay que tener conocimiento científico del problema y varias expectativas para solucionarlo. Precisar quién se hará cargo de intentar resolver los problemas en cuestión, es el primer paso, para responsabilizar a quien tiene el deber, de avocarse a la tarea asignada por ley o compromiso adquirido al empeñar la palabra.
Los políticos avezados, por su participación intensa el interior del partido político de su preferencia, sostienen la necesidad de un nuevo pacto mediante el cual, se privilegie el apego a los valores sobre el interés ilegítimo, afincado en el pretendido beneficio personal; pues cuando esto ocurre, las instituciones, al servicio de un particular habilidoso, pierden sentido y son abandonadas con todo y los principios que les dieron vida.
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Cada generación, debe analizar a la luz de los principios generadores que dieron vida a las instituciones, comenzando por los partidos políticos, qué aspectos de su comportamiento contribuyeron al mejoramiento del organismo en comento y qué violaciones hacen peligrar la sobre vivencia de esos instrumentos, creados con la finalidad de evolucionar el comportamiento social.
El análisis deberá comenzar invariablemente por la autocrítica de cada individuo, sin distraerse juzgando y condenando las vidas ajenas. Cada sujeto debe responsabilizarse ante su conciencia del balance de sus acciones, en torno a la institución que se ha comprometido a defender, no solamente de los yerros comunes, sino de manera especial de la mala fe que hubiere en los propios.
La simulación es la conducta que más lastima a personas e instituciones, pues se elimina la auténtica destinataria, para crear una generalmente antagónica a la titular en la declaración formal. En tales condiciones, la situación crítica, no viene necesariamente del exterior, sino de la deformación del área interior del ciudadano, que debe comprometerse, sin variación, con la verdad.
Algunas veces, nos quejamos del alejamiento social de los valores, sin precisar ni dar contenido a nuestras expresiones, lo cual se traduce en un discurso vacío carente de impacto en la realidad.
Los partidos políticos, encontrarán en la comunicación dialógica permanente, caminos para solucionar carencias en el área de la justicia, sin que haya necesidad de acudir a la injusticia para rescatar el derecho real o supuestamente violado.
Evitar prejuicios que inhiben el diálogo permanente para fortalecer el pluripartidismo, es tarea inaplazable ante conflictos que se pueden generar por los problemas de salud, vinculados a la mala alimentación e ignorancia, sobre temas tan importantes como los derivados de esas dos áreas. Sumados a la inseguridad provocada por la desigualdad, habrá cuestiones, de cuyo tratamiento colectivo, depende la solución en paz de problemas ingentes.
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