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Bienvenida… con difuntos y balaceras

Divisadero
Opinión

Eliazar Velázquez - Divisadero

Bienvenida… con difuntos y balaceras

Al primer minuto del domingo 10 de octubre, Luis Gerardo Sánchez legalmente había comenzado su segundo periodo al frente del Ayuntamiento de San Luís de la Paz, la protesta formal estaba programada para el mediodía. Sin embargo, apenas transcurridas cuatro horas de lo que será el nuevo trienio de este alcalde, el silencio de la madrugada en la cabecera municipal fue interrumpido por disparos de armas de fuego.

Con el amanecer se sabría de tres hombres asesinados y algunos más heridos en el principal bulevar, a corta distancia de una cantina donde el pasado 30 de diciembre también fueron masacradas varias personas. Es una zona muy transitada y poblada, a unos pasos se encuentra la Cruz Roja, y muy cerca también Protección Civil. Esta vez los fallecidos quedaron sobre la banqueta de un local con cortina blanca donde se anuncia venta de carnitas.

El solo hecho en sí mismo no podía ser más simbólico y contundente respecto al enorme desafío que el Cabildo entrante deberá afrontar en materia de seguridad, hace tiempo que  los ciudadanos de ese municipio viven en la intranquilidad permanente. Pero además, al paso de las horas fluyeron datos apuntando a que quizás no se trató de una mera casualidad  el día y el momento de ese lamentable suceso. Y es que pronto pudo saberse que entre los muertos había un policía en descanso.

El día lunes, al acompañar la toma de protesta del nuevo gabinete ludovicense, el gobernador Diego Sinhue expuso en una céntrica plaza cifras sobre lo que considera como avances en el combate a la delincuencia; no fue el mejor momento, pues a unas cuadras de donde esgrimía su numeralia optimista, tres familias preparaban los espacios para velar a sus difuntos acribillados el día anterior, y por mucho que la muerte se haya vuelto rutinaria, en el ánimo social estaba más presente ese acontecimiento que la expectativa por los rituales del traspaso del poder.

Por la tarde, decenas de elementos en sus patrullas y con las sirenas abiertas, esperaban el arribo de la carroza que trasladaba a su compañero. Pero la zozobra aún no terminaba, horas después, al filo de las 2:00 de la madrugada ya del martes, volvería a desatarse el temor, pues en las inmediaciones de la zona céntrica donde estaban siendo velados los difuntos, se escuchó el fuerte estruendo de balaceras casi simultáneas, fueron tan intensas que hasta vecinos de colonias aledañas se inquietaron.

La noche de ese mismo día el propio alcalde, mediante un video divulgado en sus redes sociales, confirmó las detonaciones. Informó que atendieron varios reportes, que no hubo lesionados y en lo que pareció un mea culpa anticipado por sucesos que puedan seguir aconteciendo, pidió a la gente cuidarse, y expresó: “lamentablemente no nos alcanza, hay que ser realistas, no nos alcanza para estar en todos lados”.

Oscuro panorama…

En materia de seguridad el Ayuntamiento saliente entregó pobres resultados. A principios de 2020, apenas días antes del comienzo de la pandemia se desplegó con abundante propaganda oficial un ‘Programa de Prevención’, la contingencia sanitaria dificultó los procesos institucionales, pero lo cierto es que dicha iniciativa no ha rendido frutos. Cualquier habitante del lugar puede constatar que en los últimos tres años, coincidentes con la administración de este mandatario que repite, no ha habido un punto de quiebre en la espiral de violencia que  envuelve desde hace mucho a este municipio por el que atraviesa la carretera Federal 57.

Una de las áreas donde Luis Gerardo Sánchez ya confirmó rotaciones para emprender su segundo periodo, fue en la Dirección de Seguridad Pública. Aunque tampoco parece haber apostado a cambios radicales, ni a nuevas o novedosas fórmulas con las que se pudiera augurar algo distinto. Por lo severo de esa problemática y su propia confesión pública de la vulnerabilidad de sus fuerzas, no hubiera sido extraño que buscará reforzar los mandos con perfiles llegados de fuera, incluso con trayectoria castrense, sin embargo se mantuvo en el guion que ha seguido en ese tema y recurrió a personal de la propia estructura local de Policía. El nuevo director lleva más de una década en la corporación y tiene raíces en la localidad.

Si los actos de violencia suscitados la madrugada del domingo, a pocas horas de que el nuevo Cabildo entró en funciones, no tuvieron que ver con el calendario político, o si por el contrario se trató de un mensaje desafiante, a estas alturas ya debió ser descifrado por quienes son parte de esos laberintos y enredaderas; pero cualesquiera sean los lenguajes encubiertos de esos hechos, lo que para los ciudadanos resulta evidente es  que pinta muy complicado y oscuro el panorama.

Por mucho que hasta ahora le hayan funcionado a este alcalde priista sus habilidades mediáticas para hacer control de daños cada que la delincuencia organizada da un zarpazo, el desgaste propio del tiempo terminará restando eficacia a  esos artilugios. La gente le dio una nueva oportunidad para mostrar si realmente tiene temple y voluntad de afrontar la situación.

Todo apunta a que comenzando 2024, cuando ya estará cumpliendo un sexenio en el poder, y quizás aspirando a otro cargo, uno de los principales indicadores con los que se medirá su paso por el gobierno, será el de los saldos concretos y tangibles de la batalla contra la inseguridad.

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