¿Cómo aportamos cada uno a la violencia?
Cómo aportamos cada uno a la violencia
La población en general debe hacer un sincero examen de conciencia, para darnos cuenta de lo que podemos hacer para que la ira y la falta de caridad, salgan del inconsciente ciudadano y dejemos de buscar culpables de la violencia que agobia a la sociedad contemporánea.
El ser humano utiliza la violencia de muy distintas formas para imponer su voluntad; los jóvenes infligen sufrimiento a sus padres y de manera especial a quienes los aman, para fortalecer su ego y ceder a las exigencias de la moda; quienes han caído en la delincuencia sistemática en contra de la propiedad, agreden quienes tienen sólo pocos bienes más que ellos. La deformación de la personalidad de los niños rey, facilita el cultivo de sus neurosis, entrenando sus estrategias con sus padres o tutores.
Algunos legisladores para no estar fuera de moda, confunden la desobediencia con el ejercicio de la libertad y tienden una trampa a las nuevas generaciones, que de buena fe, llegan a creer que pueden hacer impunemente lo que les venga en gana, amparados en discurso de quienes, irresponsablemente, les ofrecen recompensas hedonistas por el ejercicio de la libertad, sin límite a sus deseos.
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Pero, las cárceles están llenas de quienes creen que se pueden tener derechos, sin hacerse cargo de las obligaciones. Muy tarde, si que es que tienen oportunidad de hacerlo se dan cuenta que responder de las consecuencias de sus actos y aún de sus pensamientos consentidos, puede tener dolorosos resultados.
Muchos tratadistas modernos, piensan que el derecho debe carecer de límites e invadir sin consecuencias nefastas, los campos de la normas éticas y religiosas.
La sociedad debe exigir que el remedio a los problemas de conducta social, no se solucionen reformando la ley, sin prever las consecuencias que ello puede ocasionar; sino haciendo evolucionar las instituciones que históricamente han dado buenos resultados.
Sin el orden necesario, la mejor de las instituciones fracasará. El anhelado progreso con justicia no puede venir de la anarquía, sino de una sociedad dispuesta a poner las bases para que la obediencia, sea practicada sin caer en la sumisión, porque la anarquía a través de la historia ha traído inenarrable dolor y sufrimiento. Hay que buscar la paz, con pasión, con tenacidad, empeñados en la felicidad del ser humano, para poderla compartir, haciendo el sacrificio suficiente.
Después de tener conciencia de la forma en que contribuimos a la violencia, es necesario comprometernos a enmendar nuestra conducta, mediante el cultivo de los valores que pueden llevarnos a la paz con libertad.
Con frecuencia, la conducta violenta se presenta como como resultado de enfermedades mentales, causadas por la ausencia de caridad.
Cómo aportamos cada uno a la violencia
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JRP