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De su ronco pecho

“Si recuerdan, tenemos directivas internacionales de CALEA, que nos mandan y nos dicen los procesos para revisión tanto de vehículos...
Opinión

Miguel Zacarias -Palabras Mayores

De su ronco pecho

Miguel Zacarías

“Si recuerdan, tenemos directivas internacionales de CALEA, que nos mandan y nos dicen los procesos para revisión tanto de vehículos como de personas en vía pública. Son más de 400 directivas nada más de Policía Municipal que se tienen que atender, que incluyen vehículos, motocicletas y más. Eso nos da la línea para intervenir, además de los reportes al 911 cuando nos hablan de personas sospechosas o que acaban de cometer una falta”.

Mario Bravo Arrona

Los lineamientos y referencias de CALEA (Comisión de Acreditación para Agencias de Aplicación de la Ley) para Mario Bravo Arrona están incluso por encima de la Constitución para orientar los protocolos de intervención de la Policía Municipal.

MARIO BRAVO: CALEA SIRVE HASTA PARA ESCURRIR EL BULTO

Ufano, el secretario de Seguridad leonés Mario Bravo Arrona cree que las certificaciones de CALEA son guía y referencia para la actuación de la Policía Municipal de esta ciudad y que no es necesario reparar en el cumplimiento de la Constitución que exige la protección de los derechos humanos de los ciudadanos.

Lo hace incluso frente a los cuestionamientos de los síndicos panistas Leticia Villegas Nava y Arturo Sánchez Castellanos, luego de una serie de acusaciones que ha habido a la actuación de los policías y que relatan los excesos y abusos de elementos frente a ciudadanos cuando ni hay flagrancia en la comisión de una falta y se trata de revisiones que arbitrariamente hacen algunos elementos cuando realizan una intervención.

Debería preocupar la posición del secretario Bravo Arrona. Su formación policiaca que lo ha llevado a ser uno de los referentes de la llamada cultura del esfuerzo en ese rubro provoca que no nos sorprenda. Es solidario con sus subordinados porque él vivió lo que ellos padecen.

Pero, Bravo Arrona se va al otro extremo al mostrarse desdeñoso de las leyes que se comprometió a cumplir en el desempeño de su cargo. Para todo bien CALEA, y para todo mal también.

La famosa certificación de esa agencia como justificación de cualquier acción de la Policía. Una muestra adicional de que al secretario poco le importa revisar las quejas de fondo. Si la Policía que encabeza cumple con los protocolos a la hora de las detenciones y los traslados.

Bravo Arrona no ve ni oye otra referencia que no sea la famosa certificación CALEA. Su razonamiento no da para más. Las quejas por los operativos de policías que no siguen el mínimo protocolo y cachean, interrogan y amedrentan ciudadanos abundan, pero no pasan de las redes sociales, de los chats entre amigos.

Incluso funcionarios que trabajan en la administración municipal o estatal los han sufrido. El problema también es que las denuncias ante Asuntos Internos o ante Derechos Humanos no corresponden en proporción a los que se conoce en redes y eso facilita que Mario Bravo escurra el bulto.

No podemos ignorar desde luego la indignación que ha provocado en los últimos años la impunidad en nuestro país que lleva a muchos usuarios a aplaudir los llamados “finales felices” en los que los asaltantes o delincuentes tienen una respuesta que en ocasiones les lleva a perder la vida.

La defensa de los derechos humanos de los delincuentes indigna y lacera. Y en parte, eso empuja a policías a ignorar la condición de flagrancia de un delito para sustituirlo por la aleatoriedad en la revisión a ciudadanos que -en algunos casos- se convierte en abuso.

La violencia y dominio de la criminalidad coloca nuevos paradigmas en los protocolos de seguridad. Eso obliga a una mayor tolerancia desde todos los frentes, estirar la liga. Pero no puede llevar al extremo de la negación y la evasión facilona de un secretario que parece solo querer administrar daños y voltea para otro lado cuando se le pide corregir excesos.

ÉCTOR JAIME Y SALIM: 13 AÑOS DESPUÉS DE UNA ILUSIÓN FALLIDA

Hace ya 13 años Éctor Jaime Ramírez Barba y Miguel Ángel Salim Alle protagonizaron una anécdota dentro de la batalla grupera que distinguía al panismo en Guanajuato.

Una anécdota que hoy nos ayuda a ilustrar qué tanto han evolucionado y a quién le ha ido mejor y a quién peor en la política, de ambos personajes que han construido su propio derrotero con éxitos y fracasos por platicar.

El doctor era jefe de la Unidad de Evaluación de Delegaciones del Seguro Social casi al final de sexenio de Felipe Calderón, mientras que Salim estaba buscando armar la revancha como precandidato panista a la alcaldía de León luego de haber perdido un par de años antes la nominación frente a Ricardo Sheffield.

Palabras más, palabras menos, aquel ‘Monday Night’ azul en León, Ramírez Barba dijo ante cientos de panistas que se pronunciaba a favor de Salim Alle como aspirante a la dirigencia municipal albiazul, pero que cuando llegara el momento de disputar la nominación por la alcaldía para las elecciones 2012, ambos se verían las caras.

Ramírez Barba estaba a punto de regresar a Guanajuato, invitado por el entonces gobernador Juan Manuel Oliva a rescatar la credibilidad e imagen de la Secretaría de Salud, encabezada por Jorge Armando Aguirre.

Salim aceptaba el respaldo de Ramírez Barba, pero tenía trazado su camino. Dirigencia municipal del PAN, la Dirección del ISSEG (con polémica incluida con las farmacias y la famosa Torre ISSEG) y de ahí a la candidatura a la alcaldía.

Siempre empeñoso, obsesivo y con una buena dosis de fortuna, las ganó casi de todas, todas. Porque fue candidato, pero perdió la apuesta más importante que era la presidencia municipal.

Ramírez Barba ni siquiera pintó en la carrera por la alcaldía de León aunque le fue mejor que a Salim que perdió la elección frente a Bárbara Botello y él fue secretario de Desarrollo Social y Humano de 2012 a 2015 con Miguel Márquez y luego coordinador de la bancada azul en el Congreso local

Salim, mientras tanto, tuvo que aguantar tras el descalabro de ser el primer candidato desde la década de los 80 que perdía una elección en León. De la mano de las buenas relaciones políticas en 2015 y de una buena dosis de fortuna en 2018 se mantiene en la brega.

Ramírez Barba recibió un golpe al orgullo en 2018 cuando Miguel Márquez lo desdeñó como candidato al Senado, pese a sus mejores prendas que su elegido Erandi Bermúdez.

Fue diputado federal y en 2021 se reeligió. Por su parte, Salim Alle hizo lo propio, pero en el ámbito local. Electo de manera consecutiva en 2018 y 2021 como diputado local.

Al final, ambos no han podido lograr -y difícilmente lo harán- llegar a cargos del Poder Ejecutivo y a estas alturas, los dos que han querido ser alcaldes y Éctor Jaime, gobernador, quizá deban tener expectativas más moderadas cuando tienen más de 20 años en el servicio público.

La máxima de los gobiernos panistas en León materializada en aquella frase de “tanta sociedad como sea posible y tanto gobierno como sea necesario”, ejecutada en la práctica en la operación de consejos ciudadanos ha acarreado, con el correr de las décadas, cotos de poder, usos, costumbres y excesos que hoy conviene anotar.

Y no solo de parte de las agrupaciones civiles que son las beneficiarias de las designaciones sino de parte del gobierno quien es el aval de los que participan.

El pasado viernes, el gobernador fue testigo de la toma de protesta del consejo rector del Sistema de Consejos de los Municipios que tendrá como objetivo central aglutinar una cartera de proyectos para construir el León del futuro.

Para ello, la alcaldesa Alejandra Gutiérrez pretende capitalizar el arribo en tres años más al 450 aniversario de la fundación de León como un aliciente.

El gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo aprovechó para machacar con una propuesta que ya ha realizado en otros momentos a nivel estatal: dar un paso en el modelo de participación ciudadana de los gobiernos azules para transitar de la simple participación a la toma de decisiones.

Ambas adiciones pueden dar, en efecto, un plus a ese modelo aunque siempre en abono del status quo de los grupos que han resultado privilegiados y beneficiarios de la inclusión en los consejos ciudadanos.

El modelo -ya sabemos- le da al alcalde en turno (o gobernador, según sea el caso) el reservarse el derecho de admisión de cada consejero o de vetar a alguno que no sea de su contentillo.

El PAN refrenda así su alianza con las cámaras y el gremio empresarial, esos “mismos de siempre” beneficiarios del ingreso a los consejos. Lo que no debe olvidar Acción Nacional es que todo por servir se acaba y que los modelos se agotan.

Ahora que las distancias en los sondeos de intención de voto rumbo a las elecciones de 2024 se estrechan y Morena como partido se vuelve más competitivo, uno de los temas a discutir a nivel círculo rojo será justo ese, el modelo de participación ciudadana vigente en la hegemonía panista.

Y el otro flanco de la participación ciudadana; el de los observatorios, mesas de seguridad y agrupaciones civiles que se asumen como contrapeso de los gobiernos y que, de manera directa, el gobernador Diego Sinhue combate y noquea.

No mandó decir en su momento por ejemplo al Observatorio Ciudadano de León que le restaba importancia como interlocutor directo ni tampoco que se proponía revisar y rehacer las mesas de seguridad ciudadana en los municipios del Corredor Industrial.

Obvio, se trataba de proponer un modelo en donde el gobierno tiene el control y no se cuela en esas mesas ningún prietito en el arroz ni agente crítico que haga tambalear a los gobernantes.

El mayor drama es que, si tomamos como referente a la 4T, Morena propone el aniquilamiento de ese tipo de participación ciudadana porque beneficia a los poderes fácticos en lo económico y lo político.

El panorama para la participación ciudadana entonces no tiene mayor novedad. Acechan electoralmente los que quieren aniquilarlo y se desgastan quienes lo quieren eternizar, controlar y mantenerlo en el elitismo puro.

A propósito del Observatorio Ciudadano de León, quien esto escribe toma nota de la respuesta a la reflexión de hace unos días en donde refería los tiempos gloriosos del OCL en el trienio de Ricardo Sheffield Padilla.

“Siempre es importante recordar que los contrapesos los construimos juntos”, dice en la invitación a la presentación del más reciente reporte sobre delitos patrimoniales y delitos contra la vida. Que así sea.

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