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DEFINICION FUNDAMENTAL EN LOS ESTADOS UNIDOS

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Santiago López Acosta - Tiempo Político

DEFINICION FUNDAMENTAL EN LOS ESTADOS UNIDOS

En las semanas y días anteriores hemos visto las comparecencias de personajes claves para conocer y demostrar lo ocurrido el 6 de enero de 2021 en la toma del Capitolio, sede del Congreso de los Estados Unidos (EEUU), cuando se trató de impedir la calificación y formalizar el triunfo del Presidente Joe Biden.

Estas son convocadas por la denominada Comisión 6 de enero del propio Congreso norteamericano, para determinar con mayores pruebas, los hechos ocurridos y los responsables de estos.

Decíamos que ese día el mundo fue testigo de un hecho inédito, donde se puso en entredicho la solidez de la democracia moderna más antigua y consolidada del mundo. Los EEUU, desde su fundación, hacia finales del siglo XVIII, con la unión de las antiguas 13 colonias inglesas originales, se convirtió en un Estado nuevo y moderno, con instituciones innovadoras que han sido modelo a seguir en muchas partes del orbe, como el presidencialismo como forma de gobierno, el federalismo como forma de organización política territorial, el sistema de control constitucional difuso del poder judicial y la democracia como sistema político, electoral y de gobierno, donde los ciudadanos juegan un papel protagónico y central, entre otras importantes aportaciones.

Los testimonios de muchos, pero sobre todo de personalidades integrantes del círculo inmediato y cercano del entonces presidente Donald Trump, como el vicepresidente Mike Pence, el Fiscal General William Barr y la propia hija de Trump, Ivanka, están demostrando y confirmando lo que desde entonces se sospechaba y suponía, que el propio presidente Trump organizo y orquesto esa movilización para impedir la transición pacífica e institucional del poder.

Se está corroborando que fue un intento, afortunadamente frustrado, de un auténtico golpe de estado contra la democracia estadounidense, desde la propia presidencia de los EEUU. Algo nunca visto en toda la historia de ese país, aunque algunos analistas lo equiparan al Watergate de hace 50 años, que provocó la renuncia del entonces presidente Richard Nixon, que estaba buscando reelegirse, y sin duda fue un cisma político de enormes proporciones.

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Los testimonios de Barr e Ivanka confirman que trataron de convencer a Donald Trump de que no había manera de desconocer los resultados y mucho menos de que estos se podrían modificar para declararlo a él como ganador, sin embargo, no fueron escuchados y ahora descalificados por el propio Trump.

La declaración más dramática fue la del vicepresidente Pence, al señalar que fue maltratado, ofendido y amenazado por Trump, para que, en su carácter de presidente del Senado, desconociera los resultados y desde ahí se generara la desestabilización institucional. Ante su negativa, se azuzo a la turba para se fueran contra él y lo agredieran señalándolo como traidor. Fue patético saber por el propio Pence que tuvo que buscar refugio en los sótanos del Capitolio para evitar que lo lincharan, además de que se negó a que lo sacaran del edificio por temor de no saber a dónde lo llevarían y que harían con él.

Las imputaciones están traspasando los limites eminentemente políticos y están llegando a las probables acusaciones criminales contra Trump, además de los más de 700 procesados, acusados por los hechos violentos de ese día.

También comentamos la importancia de que esa Comisión tuviera resultados rápidos y antes de las elecciones legislativas de noviembre de este año, donde según casi todas las encuestas, los demócratas están en desventaja. Todavía no sabemos que tanto influirán estos testimonios para eventualmente cambiar las tendencias de esa cita electoral.

Los demócratas tienen en su contra la pobre calificación que le dan la mayoría de los estadounidenses a la gestión del presidente Biden que, si no mejora o cambia, difícilmente mantendrán la frágil mayoría que ahora tienen en el Congreso. Además de que se ve muy complicado el buscar su reelección en 2024 y la figura de la vicepresidenta Kamala Harris ha quedado muy desdibujada y ausente, como para convertirse en alternativa viable y ganadora, por ahora.

Los republicanos, por su parte, siguen teniendo en Trump a su principal activo para la candidatura presidencial en 2024, sin que los probables contendientes, como el gobernador de Texas, Greg Abott, entre otros, se le puedan acercar, todavía.

El segundo impeachmeant o juicio político contra Trump está prácticamente descartado, pues los demócratas no tienen los votos suficientes en el Senado para inhabilitar a Trump para ser candidato en 2024. Sin embargo, si se acredita su participación en al asalto al Capitolio, como está sucediendo, con las muy posibles incriminaciones penales, podría ser suficiente para dejarlo fuera de la contienda.

El riesgo para la democracia estadounidense sigue latente mientras no se contenga la posibilidad del regreso de Trump al poder en 2024, qué de ocurrir, podría ser catastrófico. La democracia de los EEUU resistió 4 años a Trump como presidente, pero no sabemos si aguante un segundo periodo.

Por eso es tan importante la definición que se tendrá que dar en las próximas semanas y meses, respecto de Trump, independientemente del resultado electoral de noviembre, aunque nada les garantiza a los estadounidenses que no surja otro personaje igual o peor que aquel, pero por lo pronto, por los hechos y evidencias, él es la gran amenaza.

Los EEUU es el sistema democrático más sólido que existe, y lo que pase ahí impacta, en mayor o menor medida, en el resto del mundo. Por eso es tan importante estar atentos al devenir de esa coyuntura, cuyo desenlace tendrá consecuencias más allá de sus fronteras.

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