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Despacio que vamos de prisa a las clases presenciales

Rosa de los vientos
Opinión

Israel López -Rosa de los vientos

Despacio que vamos de prisa a las clases presenciales

“Durante tres meses se reunieron actores del mundo educativo para dialogar y relatar experiencias, dificultades y aprendizajes sobre cómo fue educar en la pandemia. En largas jornadas y sesiones en octubre, noviembre y diciembre, coincidieron en que en los primeros días de cuarentena hubo momentos de mucho estrés, desmotivación y poca claridad; pero también que de a poco pudieron innovar y flexibilizar los procesos de aprendizaje. Concluyeron en revisar la organización de actividades en las escuelas y mejores coordinaciones con los ministerios de Transporte, Desarrollo Social y Salud” (En República de Chile)

Quizá una “ampliación del piloteo” para este retorno a clases resulte la salida mesurada al problema para Guanajuato a fin de no embarcarse en lo general y se acceda lentamente a las clases presenciales, pero evitando riesgos, ante la tercera ola de contagios. Aunque los funcionarios tratan de minimizar los efectos de la pandemia, lo cierto es que no existen sectores sociales o grupos de edades que la covid-19 no infecte.

A pesar de la pretensión de las autoridades de que el retorno a clases presenciales sea el 30 de agosto próximo, señalado como el inicio del nuevo ciclo escolar 2021-2022, no tienen contemplado un plan para el propósito, el cual apenas se está elaborando sin información suficiente para evitarle riesgos a niños, adolescentes y jóvenes, trabajadores de la educación y padres de familia. El interés con esta medida, es la reactivación socioeconómica donde anotaron la instrucción escolar. Guanajuato debe medir capacidades y riesgos antes de incorporarse.

El famoso plan de retorno se estará presentando la próxima semana. Mientras los gobiernos, federal y estatal, se empezaron a reunir para “acordar medidas” que garanticen el regreso a clases seguro y propicien la reactivación de los sectores, como el económico, señaló la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, durante una reunión virtual acompañada de funcionarios federales de educación y salud, con gobernadores.

Quizá una “ampliación del piloteo” para este retorno a clases resulte la salida mesurada al problema para Guanajuato a fin de no embarcarse en lo general y se acceda lentamente a las clases presenciales, pero evitando riesgos, ante la tercera ola de contagios. Aunque los funcionarios tratan de minimizar los efectos de la pandemia, lo cierto es que no existen sectores sociales o grupos de edades que la covid-19 no infecte.

El gobierno de la entidad tiene elementos suficientes para el uso de la táctica de transitar despacio, pero avanzando seguro, si sigue con el plan piloto “ampliado y mejorado” para los primeros meses. Cuenta con la mayoría de los profesores y trabajadores administrativos del sistema educativo estatal y un gran dique de apoyo: los padres de familia que concientizaron el problema, pues la vacunación concluye hasta octubre: palabra de AMLO.

Los contagiados favoritos

Es menester recordar que el residente de Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador, y el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, se contagiaron con coronavirus al igual que el subsecretario de salud federal, Hugo López-Gatell y el secretario de salud de Guanajuato, Daniel Díaz Martínez. Experiencia les sobra y atención hospitalaria tuvieron al por mayor; pero el resto de las personas que enfermó y falleció, 240 mil a nivel nacional y 13 mil 500 en el estado, no tuvieron la misma suerte de los altos funcionarios que hasta exhibieron sus fotografías.

Desde mayo de 2020 las autoridades de salud federal pregonaron el fin de la pandemia, a la larga se equivocaron y reprodujeron con sus actos y discursos una serie de “anomalías” sociales contrarias a las medidas higiénicas que se demandaban, amén de que incrementaron en exceso la infodemia. Catorce meses después, la pandemia no se ha esfumado, se avisa que mutó con el temor del arribo de la cepa Delta al estado.

Escenario de Similares. Se explicó hasta la saciedad que el regreso a la “nueva normalidad” sería en varias etapas y se aplicaría el semáforo de cuatro colores: rojo, anaranjado, amarillo y verde, en donde el “rojo” representaba las mayores restricciones y el verde el regreso a todas las actividades, precisamente a la escuela o a las clases presenciales.

El más callado de los secretarios del gabinete federal, de Salud, Jorge Alcocer, aseguró que ese plan de reactivación económica cumplía con criterios de seguridad y certidumbre; se privilegiaba la salud de los mexicanos. Cual maldición se nos vino la enfermedad, esa intención de volver a la normalidad resultó la salida precipitada a las calles.

Otra historia con guion pasado

En 2021. Para el regreso a las aulas casi nada se habla sobre el estado de la infraestructura, a lo sumo se menciona que ha sido “vandalizada”, en consecuencia, escuelas y salones de clases en los 46 municipios del territorio guanajuatense, todavía no está en condiciones óptimas para recibir a los alumnos de instrucción básica como de diversos sistemas de bachillerato y educación superior, máxime que en el inicio del ciclo escolar, se requiere que las aulas sean apropiadas y susceptibles de quedar libres de contagios. La Secretaría de Educación de Guanajuato no ha entregado una evaluación total, en todos los niveles educativos, del estado sobre la infraestructura.

Tampoco se están mostrando los trabajos conjuntos con las instancias que pueden contribuir en el proyecto estatal sistematizado como salud y desarrollo social, las diversas direcciones de la educación federal en la entidad y de educación estatal, y de manera especial con padres de familia y profesores.

Aunque no hay planes, federal ni particular, el gobernador, Rodríguez Vallejo, está considerando entrarle al negocio luego del contacto con Gobernación, animado informó que está dispuesto a sumarse a esa estrategia en la lógica de AMLO: “no existe nada que impida el regreso a clases presenciales”.

De nueva cuenta la trampa está hecha más que la explicación sobre el retorno. Al semáforo epidemiológico le metieron mano para que cuadre con los objetivos de los tres niveles de gobierno; que vayan de compras los consumidores, los más convenientes los alumnos de las escuelas. Así, resulta que el retorno a clases presenciales, ahora no se requiere del color verde; ni tampoco el rojo intenso servirá para los nuevos confinamientos; nuevos colores reducen restricciones de actividades.

La tesis de los gobiernos y sus altos funcionarios, es que en el momento de lanzarse a una nueva aventura, luego de reconocer que se enfrenta a la tercera ola de contagios por covid-19 más virulenta, es que están mejor preparados para evitar la pandemia, pues la clave ha sido y es la vacunación de los grupos vulnerables, con lo cual “se prevé que durante esta fase será menos letal” informó la Federación sin una “garantía”.

Al calce. Una ilusión óptica o el uso de los menores de edad. Sostienen las autoridades que se debe regresar a las aulas “para darle oportunidad a los niños y jóvenes de que vuelvan a tener contacto con sus amigos y maestros, pues el impacto socioemocional es muy fuerte para ellos”.

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