El PAN no se rinde en el caso Celaya
FONDO. Más allá del innegable interés partidista que tiene la impugnación del PAN de Guanajuato ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a la candidatura de Juan Miguel Ramírez Sánchez a la alcaldía de Celaya por Morena, la causa es abrazada seguramente por actores políticos no panistas que quedaron insatisfechos con las determinaciones de la Sala Monterrey del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y previamente del Tribunal Estatal Electoral.
LO MEDULAR. El argumento del representante del PAN ante el IEEG, Raúl Luna Gallegos es interesante. Dijo que lo que pretende el es que se deje un precedente en el que un partido o coalición pueda sustituir una candidata mujer por un hombre tras el asesinato de ella lo cual, sería lamentable.
LAS MUJERES COMO PRIORIDAD. El PAN sostiene ante Sala Superior se evite fijar un precedente de la sustitución de una mujer por un hombre tras el asesinato de quien era la abanderada. Es decir: que en el principio constitucional de la paridad de género y la protección de las mujeres que busquen ocupar cargos públicos, bajo ninguna circunstancia se puede sustituir por ningún partido político a una mujer por un hombre en una candidatura.
TOMA Y DACA. Estamos ante una discusión en la que por un lado, el TEEG y la Sala Monterrey simplemente apelan a que la sustitución de una mujer por un hombre en una candidatura no descompuso la paridad horizontal y vertical del elenco de candidatos de Morena a la alcaldía.
MUJERES A FAVOR Y EN CONTRA. En el TEEG, el proyecto lo hizo la magistrada presidenta María Dolores López Loza y lo rechazó Yari Zapata. Hizo la diferencia el magistrado Alejandro Martínez Mejía. En la Sala Monterrey fue por unanimidad, 2 de las magistradas son mujeres.
EL ORIGEN. Previamente, en el IEEG, por 4 a 3 la propuesta de sustitución de Morena había sido rechazada por la presidenta Brenda Canchola, Sandra Liliana Prieto y la consejera Concepción Aboites además de Antonio Ortiz; la apoyaron Luis Mota y las consejeras Beatriz Tovar y Nora García.
EL DATO. Es decir, en las 3 instancias, hubo mujeres que no respaldaron el argumento de que bajo cualquier circunstancia, una mujer candidata debe sustituir a otra.
CON TODO. Para quienes cuestionan el fallo de los tribunales, el precedente equivale a dar un paso atrás en la consolidación de los derechos de las mujeres. Sandra Liliana Prieto es la más férrea defensora de esta tesis.
LA OTRA GUERRA. Por eso hemos comentado aquí que los reclamos de Morena se tienen que tomar con las reservas del caso porque como se puede apreciar, las instituciones funcionan y operan. La discusión tiene sustancia y ya vemos que las mujeres integrantes de cada poder no se alinean en una sola postura. La mejor garantía de que no hay dados cargados.
TEXTUAL. Porque la Sala Monterrey esgrime un argumento similar para avalar la sustitución. "No se trataba de algún ajuste realizado por iniciativa del propio partido o derivado de alguna renuncia; por tanto no implicaba la candidatura a una mujer pues el fallecimiento generó la ausencia definitiva de la persona que ocuparía dicha posición y aún con dicha sustitución se garantiza el principio de paridad de género en sus postulaciones", dice la sentencia de Sala Monterrey. Esta historia continuará.
LA DEL ESTRIBO...
"Con la bandera y la agenda abiertas". Así dijo llegar o mejor dicho, regresar, Ricardo García Frausto a las filas del PAN tras renunciar a la militancia en el Partido Verde y a la coordinación misma de la campaña de Gerardo Fernández.
La de García puede ser una más de las adhesiones que anuncia el blanquiazul de personajes que provienen de otros partidos si no fuera porque se da en un contexto peculiar.
Desde el poder ejecutivo, el PAN le regatea derechos a la comunidad de la diversidad sexual con la no publicación de la ley de diversidad sexual a 3 meses de su aprobación en el pleno del Congreso.
Sheffield vs. Márquez: Polvos de viejos lodos
Miguel Márquez Márquez y Ricardo Sheffield Padilla se conocen muy bien y hay afrentas entre ambos y realidades recientes que era imposible, no explotaran en un debate por el Senado, aún a sabiendas de que los 2 tienen asegurado su escaño para el siguiente sexenio.
Ayer se encontraron en la fase estelar del debate como integrantes de la fórmula 1 del Partido Acción Nacional que va solo en esa contienda y Morena-Verde-PT que mantienen la coalición federal y estatal.
Ambos se dieron con todo en sus flancos débiles. Ricardo Sheffield le dijo a Márquez "el padre de la inseguridad" con el cuestionamiento al proyecto Escudo, el gran fracaso del sexenio marquista y la minimización que hizo el nacido en Purísima del drama de desapariciones que hoy es un lastre y una pena para la entidad.
Miguel Márquez acometió como se esperaba con la denuncia de presuntos moches que pedía como titular de Profeco el exalcalde y que por enésima ocasión negó y también con las denuncias por violencia política en razón de género.
La realidad es que más allá del morbo que despertó este encuentro, esa recriminación mutua, culpándose entre ellos y a sus respectivos partidos no hace gracia al ciudadano común y al contrario es lo que provoca su desinterés por la política y los políticos.
La violencia rampante, las desapariciones, la ausencia de un proyecto hídrico para Guanajuato son grandes pendientes de los que no pueden escapar ni el gobierno de Miguel Márquez ni sus antecesores y su sucesores emanados del PAN ni el gobierno federal encabezado por Morena que ha sido incapaz de cambiar la historia en el país.
A unos meses de que concluya el sexenio, ni el PAN en Guanajuato ni Morena en lo nacional pueden presumir buenos resultados en el combate a la inseguridad y al crimen organizado.
Lo deseable es que el reparto de culpas se traduzca en compromisos y acuerdos para cambiar la historia de Guanajuato. Se ha ido un sexenio con abandono federal hacia Guanajuato pero también 6 años en los que las autoridades locales no cumplieron ni de lejos su compromiso de pacificar el país.
Sheffield y Márquez, personifican el encono pero también encarnaron anoche la incapacidad desde ambas instancias para cambiar la historia de mexicanos y guanajuatenses.
Mesas de Seguridad: El control de la participación ciudadana
Uno de los términos más manoseados en los últimos años en la política mexicana es el de la participación ciudadana. Manoseado y atacado desde Palacio Nacional por el presidente Andrés Manuel López Obrador que ha cuestionado a los organismos descentralizados como el Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública y en su momento en el sexenio canceló los apoyos que se daban para guarderías porque quería entregarlos directamente.
Pero también manoseado y manipulado desde el gobierno estatal, por ejemplo en el tema de las mesas de seguridad que justo hace 2 años planteaba el gobernador Diego Sinhue Rodríguez: controlar desde el poder las mesas de seguridad en los municipios y quitar el papel de interlocución que llegaron a tener con el poder político sobre todo la que operó en León hace varios años. En enero de ese año, en Celaya, Rodríguez Vallejo había lanzado algunas indirectas, dirigidas al exasesor estrella del municipio de León, Bernardo León Olea en el primer trienio de Héctor López Santillana.
Expuso entonces que su gobierno entendió que los problemas de inseguridad no se resolvían con soluciones mágicas ni proyectos de personajes que venden espejitos. No hubo otro personaje que haya sido tan cotizado y contratado en el estado como León Olea. En algún momento, cuando ya estaba contratado para León, el exalcalde de Irapuato Ricardo Ortiz, lo quiso reclutar para asesorar a su municipio.
Bernardo León se ganó la animadversión de Rodríguez Vallejo cuando rechazó una invitación para participar en su gobierno. Recordemos los tiempos de gloria de la Mesa de Seguridad de León.
Cuando la empujaban los empresarios (entre otros el ahora síndico panista, José Arturo Sánchez Castellanos) junto a Rocío Naveja y Luis Alberto Ramos que se convirtieron en un dolor de cabeza para el entonces alcalde Héctor López Santillana, pero también para el fiscal Carlos Zamarripa y para el secretario de Seguridad, Álvar Cabeza de Vaca.
Fue en esos tiempos y en esa mesa en la que se incubaron los pleitos de los 2 funcionarios estrellas del gabinete de seguridad dieguista con el propio Sánchez Castellanos que era presidente del Consejo Coordinador Empresarial de León y apoyaba el modelo de Bernardo León que tenía como eje o ancla el fomento de la cultura de la denuncia y que la policía municipal fuera la receptora de las mismas.
Finalmente, el modelo fracasó en la medida en que los que lo implementaron, Luis Enrique Ramírez Saldaña y compañía cometieron errores, excesos y presuntas irregularidades.
Cuando Rodríguez Vallejo hablaba de "reordenar" la Mesa de León, se refería a quitarle el perfil beligerante y de contrapeso de la autoridad lo cual finalmente se logró. Al menos, el nivel de contrapeso que llegó a tener.
Vino la creación de las Mesas de Irapuato y Celaya, aunque en realidad no eran mesas ciudadanas porque su nacimiento se dio al amparo, cuidado y vigilancia del poder político.
En sus tiempos de gran auge, la Mesa de Seguridad en León convocaba a funcionarios y se presentaban análisis y resultados que incomodaban a la autoridad.
En Guanajuato, se creó también el consejo estatal de Seguridad, un grupo cerrado de 10 personas en el que destaca la presencia de empresarios que se reúnen cada determinado tiempo a puerta cerrada y que ofrece como producto un boletín con un resumen de los temas tratados.
En Guanajuato y particularmente en León, participación ciudadana ha sido asociada con participación empresarial, un sector que literalmente ha monopolizado los cargos en consejos ciudadanos. No es gratuito que algunas cámaras y agrupaciones hayan mostrado abiertamente su apoyo a Xóchitl y que la 4T sea su principal cuestionador.
Una crisis que tendrá que atenderse y corregirse, empezando desde lo local.
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