El polémico caso de Novak Djokovic
Los aficionados del tenis creímos que, salvados los trámites, el escandalo de la cancelación de la visa de Novak Djokovic ya era tema olvidado y que veríamos al número uno del mundo jugando en la cancha el lunes que empieza el Abierto de Australia, uno de los torneos más importantes del circuito. No obstante, el gobierno australiano todavía tenía que decir algo más y se reanudaron las diligencias para cancelarle la visa. Entre fanáticos y detractores del jugador, a mí me queda la duda de por qué hay personajes de la vida pública que no se quieren vacunar.
No sé si mi visión de las cosas es muy simplista, pero si a mi me dicen ¿qué prefieres: estar protegida o desprotegida?, la respuesta me parece obvia. Optas por vacunarte. Cierras los ojos si te dan miedo las agujas o te volteas para otro lado y te aguantas el piquetito. Tampoco es que duela tanto. Sin embargo, hay muchos que, como el tenista serbio, han mostrado reticencias.
Parece que, para muchos, esto del Covid-19 es un enfado, es una molestia y tratan de minimizar el asunto, pero el peligro del virus es muy real. La ola de contagios no deja de crecer y da duro y parejo lo mismo a niños, jóvenes que adultos mayores. No hay momento en que no nos enteramos de un nuevo caso. Todos tenemos un conocido que empezó con síntomas de gripa y que terminó en resultado positivo. Lo mismo un familiar, un amigo, un vecino que un compañero de trabajo o de la escuela. En todos lados están brotando los casos de nuevos contagios por Covid-19.
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Australia ha sido un país que ha exigido muchos esfuerzos a su población para frenar las olas de contagio. Se entiende la desesperación del Primer Ministro australiano que exige los mismos cuidados a propios que a extraños. Por otro lado, parece que Novak Djokovic no ha sido tan sincero en sus declaraciones. Primero dijo que no tenía el esquema de vacunación completo porque estuvo enfermo de Covid-19, luego al ingresar a Australia, dijo que no había viajado y se le demostró que estuvo en España. Da la impresión de que el tenista quiso tomar un atajo y ya se sabe lo que pasa cuando uno deja camino por vereda.
Claro que esto afecta la marca Djokovic. Eso hace que menos se entienda la postura del tenista. Por ejemplo, Tiago Montero que es un jugador brasileño se vacunó en tiempo y forma porque sabe las reglas del juego y no busca doblarlas. Un problema para Montero similar al de Djokovic le implicaría perdida de ranking en la Asociación de Tenistas Profesionales y no aparecer en la primera ronda del Abierto de Australia le representaría pérdidas por cientos de miles de dólares. Tiago está clasificado alrededor del sitio ochenta, imagínense lo que eso significa para el número uno.
No entiendo las razones de Novak Djokovic y entiendo las del gobierno australiano que busca que el suelo sea parejo, con independencia de fama y fortuna. Pero, como dice el célebre escritor George Orwell: unos son más iguales que otro. De repente, parecía que se le habían dado ciertos privilegios al jugador y que podría jugar. Se le vio entrenando en la cancha Rod Laver, él mismo subió la foto y videos de sus calentamientos a sus redes sociales —así nos enteramos de que ya había sido dispensado de su resguardo en un hotel para refugiados— y creímos que por una o varias razones, había logrado conseguir el visado que le permitiría jugar en el torneo.
Pues, no. Nada de eso. Las autoridades detuvieron nuevamente a Novak Djokovic antes de una audiencia judicial sobre su caso para permanecer en el país y jugar en el Abierto de Australia. El ministro de inmigración de Australia revocó este viernes por segunda vez la visa de la estrella de tenis no vacunada, diciendo que su presencia en Australia podría conducir a un “aumento en el sentimiento antivacunas” e incluso incitar a “disturbios civiles”. Se entiende esta postura y cada vez me cuesta menos comprender el sentimiento antivacunas.
“Creo que todos queremos seguir adelante”, dijo Garbiñe Muguruza, de España, a periodistas en Melbourne el sábado. “Creo que todo esto podría haberse evitado, como todos lo hemos hecho, vacunándonos, haciendo todas las cosas que teníamos que hacer para venir aquí”, dijo, y agregó que todos conocían las reglas “muy claramente”. “Solo tienes que seguirlos y eso es todo. No creo que sea tan difícil”, dijo Muguruza. Me parece que sí, que la saga de visas de Djokovic afecta la opinión de las personas promedio sobre el tema de las vacunas, de los tenistas internacionales y de si alguien puede torcer las reglas a voluntad, sólo por tratarse de una celebridad. ¿Lo dejarán jugar? Veremos, porque lo tiene complicado. Tan fácil que hubiera sido evitar tanta polémica alrededor de este caso.