El zapotillo: el veto permanente
"En México, la justicia es cara, elitista, desgastante, humillante, lenta, inaccesible, inentendible, clasista, sexista, racista, corrupta y racial”.
Lenia Batres Guadarrama
La ministra en plena campaña por la reforma al Poder Judicial entre protestas en Guanajuato.
LENIA BATRES Y LA REFORMA AL PODER JUDICIAL: NUEVOS AIRES Y VIEJAS PRÁCTICAS
Es cierto. Una de las formas de analizar el accidentado foro de la reforma al Poder Judicial que organizó Morena el pasado viernes en el Congreso local es la hostilidad que encontró la ministra Lenia Batres Guadarrama que seguramente en pocos o en ningún otro estado del país ha encontrado la 4T en este trance.
Protestas, gritos, cuestionamientos, interrupciones. Quizá solo en Guanajuato. Los dirigentes de Morena saben perfectamente que, pese a su avance en el reciente proceso electoral, este sigue siendo un territorio comanche para ellos.
Pero visto desde el otro frente. Con los ojos del PAN-Gobierno: su adversario político morenista sigue avanzando y conquistando terrenos. No hay que perder la perspectiva: con todo y la carta abierta y las facilidades que se habrían dado en el Congreso local para que los manifestantes ingresaran al recinto legislativo y realizaran su actividad sin restricciones, el principal partido opositor en Guanajuato pudo organizar un evento partidista que promueve una de las apuestas más cuestionadas por el PAN en un lugar en donde eran impensables estos eventos en los tiempos de omnipotencia azul.
Y ya se dieron cuenta los morenistas que eran profesionales de la protesta como Ricardo Gómez Escalante que no es lo mismo ser borracho que cantinero. No es lo mismo andar de reventador de eventos, actos y políticas públicas panistas como él lo hacía hace 10 años, que pedir cordura y prudencia a quienes se oponen a estrategias de la 4T.
Aplica igual para David Martínez Mendizábal, coordinador de la bancada morenista que en esta misma legislatura pidió tolerancia y apertura a la mayoría del PAN frente a ruidosas protestas de compañeros de su causa que hicieron retumbar la sala del pleno con gritos y consignas contra el Fiscal Carlos Zamarripa y que el viernes se lamentaba de la falta de cumplimiento de su palabra de los manifestantes de que no iban a reventar el evento encabezado Lenia Batres.
No hay autoridad moral. "No somos iguales", suele decir el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando le cuestionan las prácticas de su gobierno y su partido que son un símil del PRI y del PAN. Claro que lo son.
Desde la propia manufactura del evento. Se trató de un foro partidista, de propaganda más que informativo. Lo dejó claro la presencia de la presidenta estatal de Morena Adriana Guzmán y de Alma Alcaraz en su papel de excandidata protestante, que no se dobla. "¡Gobernadora, gobernadora!", fueron los gritos que escuchó cuando la presentaron.
La ministra Lenia Batres entendió bien su papel. Ella no se iba a molestar en calmar a los manifestantes, ni responderles, ni ponerse al tú por tú con ellos. Pero sí en soltar los aguijones conocidos de la narrativa cuatroteísta sobre los vicios del poder judicial, varios de ellos, certeros por cierto.
Pero además, taquilleros en ese afán propagandístico. Hay argumentos y experiencias propias entre el ciudadano común que hacen "click" con el señalamiento a los vicios del poder judicial en la narrativa morenista.
Por ello a pesar de la falta de autoridad moral, de las formas, Morena avanzó un paso el pasado viernes a pesar de la resistencia. En Guanajuato, ya nada es como antes. Ya nada será como antes.
EL ZAPOTILLO: EL VETO PERMANENTE
A punto de concluir el sexenio, no habrá proyecto para solucionar el problema de abasto de agua para Guanajuato y para León en lo particular. En realidad, nunca hubo voluntad política de la Federación que dio atole con el dedo.
Cuando hubo funcionarios abiertamente críticos del proyecto que estaba vivo "El Zapotillo"pero también cuando hubo algunos otros que parecían partidarios del mismo.
Hace exactamente 5 años irrumpía en la escena mediática Víctor Manuel Toledo Manzur, entonces secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales quien visitaba Jalisco para reunirse con agrupaciones civiles de las poblaciones de Temacapulín, Palmarejo y Acasico que se oponían al proyecto.
El entonces titular de Semarnat había expresado su abierta simpatía con los argumentos de los pobladores en contra del acueducto.
“Me bastaron 15 minutos para percatarme donde me encuentro y de darme cuenta que inundarlo sería el acto más irracional”, dijo ante habitantes de Temacapulín, Jalisco en papel más de activista que de funcionario.
Para entonces ya era público que se habían puesto de acuerdo, los gobernadores Diego Sinhue y Enrique Alfaro para sacar adelante el proyecto. Los técnicos de Jalisco, Guanajuato y CONAGUA ya habían arrastrado el lápiz para darle viabilidad a un acueducto que dotaría de agua a la zona metropolitana de Guadalajara, municipios de los Altos y León.
Un factor que nunca antes se había dado pues entre 2000 y 2012 cuando el PAN gobernó el país y de 2012 a 2018 cuando el PRI llegó a la presidencia de la república no hubo sintonía en el proyecto que afectaba y beneficiaba a ambas entidades.
Lo anterior, pese a que en uno de los sexenio hubo astros políticos alineados pues el PAN gobernaba tanto en la presidencia de la república como en Jalisco y Guanajuato.
Toledo Manzur fue un peculiar titular de Semarnat. Integrante del Sistema Nacional de Investigadores de la UNAM y se describía como un ecólogo, poeta y ensayista; fue a Temacapulín a decir a los pobladores lo que querían escuchar.
Toledo Manzur se tuvo que ir después porque su activismo desde la burocracia de la 4T ya era insostenible; llegó Blanca Jiménez a Conagua e hizo que Diego Sinhue se ilusionara otra vez por su sensatez y sentido común. Parecía que El Zapotillo se podía hacer realidad hasta que Jiménez se tuvo que ir a una embajada.
A mediados de 2021 ,el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciaba que visitaría estos poblados para hablar con las comunidades y conocer su sentir de viva voz.
Fue el principio del fin. El pueblo en esas comunidades ya había dicho años antes que no quería ni la presa ni el acueducto. Puro atole con el dedo para Guanajuato y Jalisco que tampoco tiene lo que supuestamente pactó Alfaro.
DESDE LA TERCERA CUERDA
A un mes exacto de que terminó el último período ordinario de sesiones del Congreso local, no hay la más mínima señal del momento en que se llevará a cabo, el período extraordinario de sesiones que se dijo, habría, antes de que concluya la actual legislatura, el próximo 25 de septiembre.
El punto clave es que lo que se aborde en esa eventual sesión serán temas que interesen y avale la siguiente administración que encabezará Libia Dennise García Muñoz Ledo. De eso no queda la menor duda.
Sobre todo en temas que van a impactar las políticas públicas que implementará la nueva gobernadora.
La primera señal ya se dio con el dictamen guardado y no aprobado en esa última sesión de la reforma que permite nuevas facultades para policías municipales entre ellas, la recepción e investigación de denuncias que en su momento fue muy cuestionada por la Fiscalía del Estado.
Resultaron ciertas las versiones que señalan que Alejandro Sierra, uno de los asesores estelares de Libia Dennise García Muñoz Ledo como el responsable de pedir la no procedencia del dictamen.
La gobernadora electa pretende alinear sus estrategia y objetivos en materia de seguridad con la legislación y los actos vigentes. Así que hay que esperar.
No se ha hablado ni programado nada en torno a los foros que pidió el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo sobre el futuro del FIDESSEG. No hay ánimo de Luis Ernesto Ayala, presidente de la Junta de Gobierno para organizarlos porque podrían convertirse en un ejercicio inútil de simulación.
Sobre todo porque la decisión seguirá estando en la cancha del gobernador Diego Sinhue quien en la soledad del final del sexenio y en el entendido de que cualquier decisión a esas alturas del sexenio tendrá un nulo costo político para su causa.
En otras palabras, Diego Sinhue puede decretar el fin del FIDESSEG hoy mismo o el último minuto del 25 de septiembre. Libia García ya dijo que podría haber un nuevo esquema, con algunas reglas y nuevo nombre.
Es nueva administración y es tiempo de renovar la esperanza. Sobre todo cuando ha habido tantos cuestionamientos y problemas para un proyecto que se incubó desde el reconocimiento de un privilegio del gobernador en funciones hace 6 años hacia la cúpula empresarial.
Es lógica pura en una renovación de poderes que además se anuncia como un nuevo comienzo que estamos ante las horas finales del FIDESSEG.
Y entonces, resulta innecesario que el Congreso mueva un dedo a menos que quieran darle un poco de simulación a ese trance.
Y bueno, en la incógnita de la agenda de ese período extraordinario de sesiones queda saber si habrá algún tema sustantivo o que va a tocar fibras sensibles de grupos de interés como el caso de los notarios que se rebelaron el jueves contra una reforma que empuja el PAN para regular a los agentes inmobiliarios.
Una iniciativa que es la reacción panista al fraude escandaloso aún no resuelto del que fueron víctimas cientos de personas de parte del despacho Punto Legal que negociaba remates inmobiliarios y que involucró a algunas notarías.
Temas que marcan el signo de los tiempos. Lo viejo no acaba de morir ni lo nuevo de nacer.
LA DEL ESTRIBO...
Que el alcalde de Guanajuato Alejandro Navarro declare, irreflexivo y desconocedor de asuntos legales básicos que el Festival Cervantino tiene que pagar el 11% de impuestos por la realización de espectáculos en la ciudad no debería sonar a sorpresa.
Navarro reaccionó así cuando se dio en el cabildo la discusión por el aval del Municipio al concierto de Natanael Cano, uno de los exponentes del género de corridos tumbados populares entre las nuevas generaciones en el parque Aguilar y Maya con la venia absoluta de su gobierno.
Un despropósito en toda la extensión de la palabra. Queda claro que "lo que natura no da, Salamanca np presta".