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Gubernatura 2024: sin voto en cascada

En medio de la contienda por la gubernatura de Guanajuato, la participación electoral parece ser el acertijo más complicado. Si a nivel nacional...
Opinión

Don Giovanni

Gubernatura 2024: sin voto en cascada

1.- Gubernatura 2024: sin voto en cascada

 

En medio de la contienda por la gubernatura de Guanajuato, la participación electoral parece ser el acertijo más complicado. Si a nivel nacional alentar el voto se ha traducido como la posibilidad de contrarrestar la fuerza electoral de Morena, a nivel estatal la cantidad de indecisos o indiferentes, se consolida como un factor que podría inclinar la balanza de uno u otro lado.

Por lo anterior, la encuesta de 1 mil 500 entrevistas presenciales realizada por TAG Research y publicada hoy por Correo, revela también esa dualidad entre las contiendas, pero también el potencial electoral que persiste inactivo y que crece cada seis años pese al crecimiento poblacional de Guanajuato.

En la dualidad, la Coalición Fuerza y Corazón por Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo, tiene una ventaja de 11 puntos porcentuales de preferencia efectiva sobre Alma Alcaraz Hernández, de Sigamos Haciendo Historia; mientras que su abanderada presidencial, Xóchitl Gálvez Ruiz, sigue abajo de Claudia Sheinbaum Pardo por 15.8 por ciento.

Lo anterior, la propia encuesta lo explica, pues la tendencia de los votos en cascada parece reducirse. El 19.7 por ciento de los que acudan a votar el 2 de junio votarían por todos los candidatos del PAN, mientras el 24.5 por ciento lo haría por todos los candidatos de Morena y el 41.6 por ciento realizará un voto diferenciado.

Ahora bien, de esa participación estimada se debe entender que, a diferencia de otras elecciones, el voto duro está cayendo. Este se ubica apenas en un 15.3 por ciento a favor del PAN, mientras Morena alcanza un 10.6 por ciento. De esta manera, los llamados switchers, prácticamente decidirán la elección al representar prácticamente la mitad de los electores.

Mención especial merecen los comparativos de la votación lograda por cada partido, pues el PAN ha disminuido su número de votos, pero manteniéndose por encima del millón. La pérdida es de apenas 100 mil votos en las últimas tres elecciones; mientras en 2006 logró 1 millón 134 mil 607 votos, en 2018 el número se ubicó en 1 millón 15 mil 629 sufragios a su favor.

Históricamente en el estado de Guanajuato las elecciones concurrentes suelen tener más del 50 por ciento de participación, aunque en la última elección se registró una disminución de casi 8 por ciento del listado nominal. Si se observa una tendencia como la observada, la participación para el 2024 estaría entre el 52 por ciento y 57 por ciento.

Ante estos indicadores, es preciso recuperar que una de cada tres personas entrevistadas considera que lo mejor para el estado de Guanajuato es que siga gobernando el PAN mientras que un 57 por ciento considera que debe haber un cambio de partido en el gobierno. Una medida, que demuestra nítidamente el potencial desaprovechado por la oposición para capitalizar una patente inconformidad.

2.- Morena se aferra a su marca, incluso en Celaya

La encuesta de TAG Research reveló que el 89.5 por ciento de los electores en Guanajuato, se enteró del asesinato de Gisela Gaytán, quien en vida fuera la candidata de Morena a la alcaldía de Celaya. De ese porcentaje, el 18 por ciento dijo haber cambiado su preferencia electoral.

Lo anterior, parece ser la razón de peso tras la decisión del Comité Directivo Estatal de Morena, para impugnar la negativa del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG) para autorizar el registro al candidato a la alcaldía de Celaya, Juan Miguel Ramírez Sánchez, quien aspira a lograr más votos incluso sin poder hacer campaña de manera formal.

Otra razón de peso se asienta en la posibilidad, en efecto, de ganar la impugnación debido al frágil argumento con el que el Consejo General del IEEG que preside Brenda Canchola Elizarraraz, decidió negar el registro, pues invocaron el principio de no discriminación contra la mujer, para que una candidata no sea depuesta para dar paso a un hombre; sólo que en este caso se trata de un fallecimiento.

El cálculo morenista para elegir a Juan Miguel, cerrar filas y amarrarse a su postulación, se debe en principio a que no se rompería la paridad de 26 candidatos y 26 candidatas. De ahí, incluso, que no se haya ni tomado en cuenta a Bárbara Varela Rosales, quien ha levantado la mano para tomar la alternativa desde la misma semana en la que sobrevino el trágico desenlace de Gisela Gaytán.

Para los representantes de la 4T la apuesta central es la marca Morena. Su presupuesto es que esta siga pesando en la contienda por Celaya sin tener un candidato oficial. Si esto implica perderse el debate electoral que el PAN solicitó posponer, mejor. Al tiempo.

3.- El debate en León: entre aliados y enfrentados

El debate entre los candidatos a la alcaldía de León resultó tragicómico por varios sentidos. Un moderador incómodo, dos candidatas que resultaron mejores aliadas del oficialismo y cuatro candidatos que lidiaron con el formato para poder lanzar sus ofensivas, prendieron un encuentro político que duró poco más de dos horas y media.

La candidata del PAN a la reelección en la alcaldía, Alejandra Gutiérrez Campos, era evidentemente la rival a vencer. Sus casi 10 puntos de ventaja hicieron preciso que los oponentes se dirigieran a ella, pero a leguas se mostró reacia a enfrascarse con alguno de ellos. Un panorama positivo y la continuidad de sus proyectos fueron la tónica de sus respuestas, con sólo algunas alusiones para sus detractores.

Pero de hecho, la alcaldesa con licencia no tenía necesidad de entrarle a los ataque, pues para eso contó con la valiosa colaboración de Hilda Zukeyli López Jiménez y Karla Gisela Lira Díaz, candidatas del PRI y el PRD, quienes hicieron valer la alianza estatal con el PAN lanzando críticas al gobierno federal y a la candidata de Morena, Vannesa Montes de Oca.

Vannesa tuvo pocas alusiones directas hacia Gutiérrez Campos. Si bien planteó críticas, la mayoría fueron en general a los gobiernos del PAN. Los que llegaron con un arsenal completo fueron Gerardo Fernández González y Juan Pablo Delgado, candidatos del Partido Verde y Morena respectivamente. El que tuvo para todos, con una actitud sarcástica, fue el representante del PT, Vladimir Santos Salcedo.

Al final, las dudas sobre la parcialidad de la moderación del debate se dejaron ver en las redes sociales, pues más una intervención fue interrumpida para hacer llamados de atención sobre el uso de celulares y la respuesta a las preguntas sobre Seguridad, Pobreza, Salud y Desarrollo Económico, un ingrediente que sólo coronó un atípico debate entre aliados y enfrentados.

CONTRA RETRATO

 

Víctor Jiménez Ramírez

Como en los momentos de bonanza del sindicalismo charro, en los que el voto se asentó como una práctica corporativa y no individual, este fin de semana estrechó lazos con la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por Guanajuato capital, Samantha Smith Gutiérrez, quien ávida de sumar en la competencia electoral, recibió con beneplácito un pacto que hace recordar tiempos rancios.

Simulando ser un simple vecino del fraccionamiento El Bosque -hogar de 160 de sus agremiados- el secretario general de la Asociación Sindical del Personal Administrativo de la Universidad de Guanajuato (Astaug), Víctor Jiménez Ramírez, firmó una carta-compromiso con la candidata representando a sus vecinos “para mantener entornos seguros, limpios y ordenados”.

La verdad es que pareciera una acción desproporcionada de parte de la abanderada panista, pero no lo es. El pacto no es con los habitantes de este fraccionamiento en el que vive solo una parte de los trabajadores de la UG, sino con el sindicato que encabeza Jiménez Ramírez, habituado a las negociaciones y el servilismo cuando una elección política o universitaria se avecina.

Se puede explicar que la actitud del líder sindical que se ha adueñado de la Astaug viene de una cultura política y obrera de otro siglo, pero no justificar. Como perteneciente a la máxima casa de estudios del estado, es ya un contrasentido que persistan modelos y prácticas de complicidad política pues de entrada eso es jugar con la decisión de sus agremiados.

Por su parte, Samantha Smith no podría mostrarse incómoda ante la posibilidad de contar con aliados de este tipo, siempre dispuestos a entregar los más por lo menos, cuando se trata del beneficio y el empoderamiento personal.

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