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Inseguridad, militarización y polítuca

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Santiago López Acosta - Tiempo Político

Inseguridad, militarización y polítuca

INSEGURIDAD, MILITARIZACION Y POLITICA 

Desde los primeros años del presente siglo se hicieron patente los problemas de inseguridad en ciertas regiones del país, que se fueron extendiendo, agudizando y agravando hasta nuestros días. Vicente Fox fue el primer presidente en utilizar a las Fuerzas Armadas (FFAA) en tareas de seguridad pública. Felipe Calderón las empleó de manera amplia y abierta en esas tareas, promoviendo además reformas para cambiar el Sistema de Justicia Penal y fortalecer las policías federal, estatales y municipales, creando la Policía Federal, buscando que fuera una policía profesional y científica, y que fuera el modelo a seguir en Estados y Municipios. Enrique Peña Nieto continuo con esa tendencia militarista, formando además la Gendarmería Nacional. 

A pesar de haber dicho hasta el cansancio como opositor, Andrés Manuel López Obrador, que estaba en contra de la militarización de la seguridad pública y que había que regresar a los soldados y marinos a sus cuarteles, una vez en el poder, en su cuarto año nos dice que cambio de opinión, y no solo se mantiene esa política, sino que la ha profundizado, además de otorgarles más de 200 actividades adicionales que nada tienen que ver con sus funciones institucionales. 

En días pasados Morena y sus aliados aprobaron la iniciativa del Presidente de la República que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, de la Ley de la Guardia Nacional, de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana y de la Ley de Ascenso y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, en materia de guardia nacional y seguridad pública, para adscribir operativa y administrativamente ésta a la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA).

INSEGURIDAD, MILITARIZACION Y POLITICA  

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INSEGURIDAD, MILITARIZACION Y POLITICA 

Esos cambios son contrarios al texto constitucional, en sus artículos 21 y 129, además de inconvencionales, esto es, que van en contra de Tratados Internacionales en materia de derechos humanos suscritos por nuestro país. 

Los penúltimos párrafos del 21 dicen “La Federación contará con una institución policial de carácter civil denominada Guardia Nacional, cuyos fines son los señalados en el párrafo noveno de este artículo, la coordinación y colaboración con las entidades federativas y Municipios, así como la salvaguarda de los bienes y recursos de la Nación”.  “La ley determinará la estructura orgánica y de dirección de la Guardia Nacional, que estará adscrita a la secretaría del ramo de seguridad pública, que formulará la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, los respectivos programas, políticas y acciones”. Párrafo adicionado el 26-03-2019, con el consenso de todas las fuerzas políticas. 

La primera parte del artículo 129 dice “En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar…” Aunque en ocasiones pareciera que estamos en guerra, por la violencia, terror y homicidios que desata la delincuencia organizada, no tenemos la declaración formal, por lo que nos encontramos en tiempos de paz. 

Las Acciones de Inconstitucionalidad que se interpondrán contra esas reformas no sabemos cuándo se resolverán, y pueden pasar años, después de asuntos similares que siguen sin atender de fondo por la Corte. 

El caso se complicó con la iniciativa que presentó la diputada del PRI Yolanda de la Torre, para ampliar el periodo de 5 a 9 años, establecido en el articulo quinto transitorio de la reforma constitucional de 2019, que crea la Guardia Nacional, para que las FFAA sigan haciendo tareas de seguridad pública, hasta en tanto aquella desarrolle su estructura, capacidades e implantación territorial, misma que ya fue aprobada por la Cámara de Diputados, donde las bancadas del oficialismo alcanzaron la mayoría calificada requerida con los votos de casi todos los priistas. 

Este vuelco del PRI desarticuló la coalición opositora Va Por México, que se había comprometido con la moratoria constitucional, desde junio pasado. Los motivos parecen evidentes, de una negociación con el dirigente del PRI, Alejandro Moreno, el popular “Alito”, para evitar que lo desaforen, lo pongan frente a los tribunales penales y eventualmente lo priven de la libertad. 

Esta situación ubica la iniciativa, no en el interés y preocupación por la seguridad ciudadana, que supondríamos es la prioridad, sino en una vil y vulgar componenda, de un giro del PRI a cambio de impunidad. Con esto, Alito paso de ser el opositor más combativo y duro, al que había que destruir inmisericordemente, al aliado “honesto” y “consciente” que se debe apoyar, por parte del oficialismo. 

Esta semana se votará la iniciativa en el Senado, donde también necesitan los votos del PRI, y aunque varios senadores de ese partido han declarado que lo harán en contra, el cabildeo y las presiones están muy intensas.  

Sin un proyecto claro para contrarrestar la inseguridad y la violencia, generalizada y exacerbada en casi todo el país, lo que vemos son jugadas de un ajedrez político con alcances electorales. 

Después de casi dos décadas que tenemos a los militares en las calles, no se ha visto ninguna mejoría en la seguridad pública, por el contrario, todos los indicadores han estado y siguen al alza y no se necesita ser experto para advertir que esa no es la alternativa de solución. En los países donde se ha utilizado ha sido un fracaso.  

El respaldo hacia las FFAA, muy alto en casi todas encuestas, desde que se realizan, es por sus funciones institucionales de garantizar la seguridad nacional y apoyar a la población en casos de desastres; pero no por eso se les puede poner a hacer cualquier otra cosa, además de darles el más grande poder económico, administrativo y hasta político, de toda su historia. Se está corriendo un riesgo que puede ser muy alto para el país. 

La política de fortalecer a las policías no se ha continuado, por el contrario, se han reducido o eliminado las partidas del Presupuesto Federal, y solo se mantienen, con muchos problemas de recursos, algunos casos de policías municipales y estatales, que no tienen la capacidad de enfrentar a la delincuencia organizada. 

La razón primigenia y originaria del Estado es la de proporcionar seguridad a sus habitantes, sin la cual carece de sentido cualquier otro propósito de los políticos de coyuntura, y los escenarios del Narco Estado, del Estado Fallido o de la “bota militar” ahí están.

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