Involución política o el auriga de los castrados
¿Qué esperar de las próximas elecciones? Realmente la mayoría de los ciudadanos están decepcionados de los partidos políticos y de sus candidatos; ya no se espera nada de las próximas elecciones, reina el hastío. Como consecuencia de la carencia de genuinos representantes de la sociedad, los hemos visto cruzar el pantano y salir enlodados; ha desaparecido el mito de esas rara avis, cuyo plumaje no se manchaba.
La designación de candidatos, la nula democracia interna, no existe un relevo generacional, la permisiva reforma, que lleva a la reelección de diputados y presidentes municipales, sin permeabilidad social y la nula circulación de las elites, han bloqueado la situación económica; crean el caldo de cultivo propicio para la inestabilidad, el desorden y la violencia. Antes -por lo menostenían cuidado en seleccionar perfiles profesionistas, populares representantes de algún gremio, para guardar las formas y que el pueblo siguiera creyendo en el juego democrático; pero ahora ya les vale a las oligarquías, creen que el pueblo -ignorante, desorganizado, hambriento y con miedova a seguir votando los candidatos que les pongan, aun con riesgo de que sea mayor el abstencionismo.
Ni el ‘¿qué?’, ni el ‘¿cómo van a elegir los ciudadanos en las próximas elecciones?’ realmente ya pueden distinguir las ideologías de cada partido, cuando vemos como se han aliado para vencer al contrincante, a pesar de tener distintas ideologías. Tampoco pueden comparar las distinguidas personalidades de sus candidatos, ¿qué hará la diferencia?, ¿cómo se puede tomar una decisión adecuada, si carecen de propuestas viables para gobernar?
Si los árbitros electorales, se meten a jugar como porteros en la cancha, van a desequilibrar el juego electoral, con riesgo de destruir las bases democráticas que hasta ahora nos mantienen en orden. Pero, existe el riesgo latente de que estas elecciones desaten la violencia, como lo advierten las muertes de algunos candidatos.
Una generación de jóvenes se está perdiendo en el abandono político, pues el sistema de partidos les ha negado la oportunidad de representarlos; en su lugar proponen a los mismos de siempre, aves -que son verdaderos cuervos- rostizadas.
Una sociedad no puede evolucionar si no se permite escuchar las voces disidentes, las diversas propuestas, si no se atienden las críticas y las observaciones. ¿Por qué continuar pensando en pequeño? Mínima-mente, como ejemplo esta semana vimos las mesitas de análisis de nuestros parlamentarios, donde más parecían tertulias de café, que verdaderas mesas de análisis y glosa; donde claramente se ve que el formato está hecho para que no se les moleste, ‘ni con el pétalo de una pregunta’. Eso es querer vivir en un estado de ficción, un mundo donde la esquizofrenia de nuestros gobernantes es grave y evidentes sus delirios de grandeza y sus alucinaciones; donde nada es verdad, ni las estadísticas de los homicidios, la inseguridad, los asaltos. Los índices de pobreza, desgraciadamente, no van a desaparecen por decreto, ni por mucha propaganda gubernamental pagada, ya que la realidad continúa lacerando a la sociedad. Y así siguen creciendo los problemas.