Las ganas del gobernador por ver el lado positivo del nuevo desdén de AMLO
“Al final, positiva la reunión, lo demás lo vieron en la mañanera y positiva la reunión porque por fin veo un ánimo constructivo lo que en tres años no logramos cuajar, aunque siempre ha habido una buena relación entre el presidente y su servidor en lo personal, no cuajaban proyectos y hoy al parecer este proyecto del Zapotillo, la cohesión, el tema de seguridad, los números que van a la baja y ver ese ánimo de construir es algo que tengo que agradecer”
Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, Gobernador de GuanajuatoY en el tema de seguridad, tras la visita presidencial y el arsenal de cifras puntuales que se dieron en la mañanera del viernes, pese a los mil homicidios menos que hay en Guanajuato, hay factores que mantienen en alto la preocupación porque la disminución no ha sido uniforme y se mantienen León y Celaya como focos rojos.
Además, temas como el incremento en el delito de extorsión en los últimos meses mantienen un flanco de preocupación importante. Que en León maten al dueño de varias tortillerías y que en Purísima asesinen a una conocida comerciante y a su pareja en el mercado de la ciudad, llaman la atención.
Las autoridades ministeriales no han hablado del móvil de los crímenes, pero valdría la pena preguntar si los rumores y las versiones que circulan en redes sociales sobre el incremento en el cobro del derecho de piso en varias ciudades del estado, son o no ciertos.
El problema hace unos años se centraba en Celaya y los municipios de la región Laja-Bajío. Hoy, se ha extendido en otros municipios y el disparo en las denuncias informado el pasado viernes por el secretario de la Defensa, Crescencio Sandoval es sintomático porque eso no lo habían reconocido previamente las autoridades locales.
Y se trata de un tema preocupante porque, en los casos mencionados, las víctimas no son sicarios ni son producto de la guerra de cárteles. En la extorsión suele haber víctimas inocentes. Hombres y mujeres sin deberla ni temerla a quienes se les exige un pago para que un criminal no los moleste.
Eso le da otro cariz al momento violento que sigue viviendo en Guanajuato.
Y en el tema de los números, habría que darles el contexto adecuado. Es cierto que Guanajuato ha disminuido mil homicidios en este año, pero debemos recordar un par de factores.
El primero, que la comparación es frente al año más violento en la historia del estado, que fue 2020; y segundo -y más importante-, que una comparación válida tendría que ser en qué nivel El primero, que la comparación es frente al año más violento en la historia del estado, que fue 2020; y segundo -y más importante-, que una comparación válida tendría que ser en qué nivel
Según la gráfica que mostró el general Sandoval, Guanajuato registra dos mil 388 homicidios con base en carpetas de investigación, casi mil menos que los tres mil 359 de los mismos diez primeros meses del año anterior.
Cabe destacar que las carpetas de investigación pueden incluir varios homicidios en un solo evento y ello explicaría que las cifras extraoficiales hablen de más de dos mil 900 homicidios.
Y esto supone que Guanajuato estaría en los niveles de homicidios dolosos que había cuando llegó Diego Sinhue al poder en 2018: dos mil 609.
Al confirmarse el viernes que el diputado federal electo Jorge Romero Romero podrá seguir su proceso penal por abuso sexual en libertad, quedó clarísimo que el aplazamiento de la audiencia programada para el jueves se debió, no a una falla técnica, sino al “timing” pésimo de quienes no repararon en el hecho de que esa fecha se conmemoraba el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pero sobre todo que era la víspera de la visita del presidente López Obrador.
Poner una resolución desfavorable a la víctima era echarle demasiada gasolina al fuego en un día simbólico y previo a una visita con muchos reflectores que haría de la resolución uno de los temas.
Más allá de términos y explicaciones legales y con todo y los argumentos que pueda esgrimir para justificar la reclasificación del delito imputado originalmente de violación espuria por el de abuso sexual, queda mal parada la Fiscalía del Estado que primero acredita un delito grave y luego le baja la categoría.
Mal tino, mal cálculo, mal trabajo. Tremendo resbalón. El horno no estaba para bollos y la percepción los volverá a noquear. Su margen de error siempre será mínimo.
LEY DE SEGURIDAD INTERIOR: REBASADA POR LA DERECHA
Ahora que vemos al Ejército hasta en la sopa en la vida actual del México de la 4T, parece un juego de niños y podemos recordar hasta con ternura la polémica que causaba la aprobación en el pleno del Congreso federal, la Ley de Seguridad Interior hace cuatro años.
Diputados del PRI, del Partido Verde e incluso de PAN y del PRD avalaban en lo general esa ley que regulaba la actuación de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública y que era seriamente cuestionada por organizaciones civiles.
Obvio, la bancada de Morena se oponía en contra de lo que en ese momento era la militarización de la seguridad pública.
“No podría votar a favor de esto que manda la Cámara de Diputados. Puedo dar infinidad de datos, de elementos para rechazarla, pero de manera general, en primer lugar, es violatoria de la Constitución porque las tareas de seguridad pública corresponden a las policías y no son facultad del Ejército y la Marina”, decía la entonces senadora de Morena, partido gobernante hoy que ha encontrado cada día más, al Ejército como soporte de sus acciones.
En Guanajuato, celebraba hace cuatro años el gobernador Miguel Márquez Márquez que estaba esperando la aprobación de esa ley como regalo navideño adelantado, justo cuando centenares de policías militares se aproximaban a la base que se construía a velocidad de rayo en Irapuato.
Curiosamente, el mandatario panista les tenía que agradecer a los diputados priistas solamente porque -¡oh paradojas!- los de su partido o votaron en contra o se abstuvieron o de plano no acudieron a la sesión. Pero ninguno votó a favor.
Y es que en el blanquiazul hubo una división, pues de 109 diputados, 48 se abstuvieron de votar, 17 lo hicieron en contra y 30 se ausentaron.
Los priistas Érika Arroyo, Bárbara Botello, Azul Etcheverry, David Mercado, Ricardo Ramírez, Yulma Rocha y Timoteo Villa levantaron la mano a favor.
Del lado panista, votaron en contra Ricardo Sheffield y Erandi Bermúdez. Se abstuvieron Alejandra Reynoso, Alejandra Gutiérrez, Adriana Elizarraraz, Ariel Corona, René Mandujano, Olimpia Zapata y Lorena Alfaro. No estuvieron en la sesión Verónica Agundis, Karina Padilla y Miguel Angel Salim.
Sucede que los azules querían la enchilada completa y no solo la Ley de Seguridad Interior que regulaba la intervención de las fuerzas armadas en los estados, sino reformas que dieran forma al Mando Mixto en las policías estatales y locales.
Un Mando Mixto que tanto criticó de su antecesor Miguel Márquez y erradicó Diego Sinhue Rodríguez Vallejo que hoy pide a los alcaldes reforzar y fortalecer a sus policías municipales. De aquellos diputados que se abstuvieron, hoy son alcaldes Alejandra Gutiérrez, Lorena Alfaro y Ariel Corona.
El REENCUENTRO AMLO-DIEGO: SÓLO GESTOS Y MÁS PROMESAS
Con muchas aristas por analizar, el reencuentro para el futuro del sexenio de ambos que significó la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Guanajuato el pasado viernes dejó saldos interesantes en varios frentes que hacen abrigar esperanzas en el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo de que “algo” sustancial puede dejar la 4T para los guanajuatenses.
Dos temas estaban en la agenda fundamentalmente: el del agua para León y la seguridad, en concreto, el asunto de la sobrepoblación de cárceles.
La sensación en el círculo rojo de que el presidente “no quiere” al estado por ser el gran bastión panista y que se argumenta en la comparación de los apoyos que reciben otras entidades, las constantes visitas de López Obrador a otras latitudes, la exclusión manifiesta de Guanajuato en el proyecto El Zapotillo y la tardanza para atender una audiencia del gobernador se pudo paliar con algunos gestos el pasado viernes en la zona militar de Irapuato.
Pero sólo paliar. Porque, en efecto, la relación personal de Diego Sinhue con López Obrador puede ser hasta buena. Hay sintonía en el trato “en corto”, pero -al final- hechos son amores y no buenos gestos y discursos.
El gobernador tuvo que esperar varios meses para que el presidente escuchara su propuesta alternativa de abasto de agua a León. De hecho cuando empezaban las gestiones, ni siquiera estaba claro como ahora que El Zapotillo no estaría para León.
Si Diego Sinhue pudo presentar la propuesta de agua para la ciudad zapatera fue porque aprovechó un espacio en la reunión de seguridad para hacerlo. Pero, a sabiendas de que el gobernador de Guanajuato tenía interés en ese tema, López Obrador no llegó como a Temacapulín, con todo su gabinete.
Al menos aquí se requería la presencia de Germán Martínez de Conagua para que escuchara la propuesta y se ahorraran la visita que ahora tendrán que hacer a la Ciudad de México los guanajuatenses. El desdén se mantiene pues.
Diego Sinhue logró arrancar al presidente un guiño de que no le parecía mal el proyecto. No más.
De ahí en fuera, un compromiso de que públicamente no seguiría en Guanajuato con sus continuas quejas al fiscal Carlos Zamarripa y su petición para que lo despidan. Pero queda claro el sentimiento de López Obrador al pedir que no estuvieran ni él ni Alejandro Gertz, titular de la FGR (maroma clara) a la reunión de seguridad, algo que no ocurrió en la visita anterior.
Un gesto que obliga a preguntarnos si Diego Sinhue, a sabiendas de que es factor de tensión su fiscal en la mesa (aunque haya sintonía en las acciones), va a jugársela con Zamarripa hasta el final del sexenio.
Por lo pronto, olvídese usted de decir que tras la visita de López Obrador a Guanajuato los sentimientos y la actitud cambiarán. Fueron sólo guiños y gestos. Los apoyos están por verse.